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Bancos presionan al BCRA para que suba la tasa, pero en la City creen que ya no hay forma de parar la corrida del dólar

Acelera la salida de depósitos que buscan refugio en el dólar. Los bancos piden que Pesce cambie su política y suba la tasa de interés
10/10/2023 - 20:40hs
Bancos presionan al BCRA para que suba la tasa, pero en la City creen que ya no hay forma de parar la corrida del dólar

Para la tribuna, los bancos se sumaron a ola de condenas contra Javier Milei y su teoría de "cuanto peor, mejor". Pero en privado, no se asignan la responsabilidad mayor al candidato libertario por la aceleración en la salida de depósitos, sino a la política de tasas del Banco Central, que creen que está quedando corta frente a la escapada del dólar paralelo.

Ejecutivos de bancos líderes en volúmenes de depósitos consultados por iProfesional afirman que "desde hace rato" que el BCRA debería haber tomado medidas -concretamente, una suba de tasas a los ahorristas de plazo fijo- para prevenir la situación que se vive hoy en el mercado, que cada vez tiene más visos de corrida bancaria.

Por eso la lupa está nuevamente en la actitud que tome el Central luego que se publique el IPC de septiembre. Si continuara apegado a su libreto, no habría motivos para un retoque al alza de la tasa, dado que la inflación mostrará una moderación respecto del 12,4% de agosto. Sin embargo, a esa altura la inflación de 12 meses ya estará en 134%, y si se proyecta el nivel actual hacia adelante, los economistas ya estiman 300%.

Para el BCRA es una disyuntiva compleja, porque por un lado no subir las tasas puede ser interpretado como una invitación a que continúe la salida de depósitos y la demanda por dólares. Pero, si se produce un alza significativa, supondrá un agravamiento de la pelea nominal del dólar contra la tasa, al tiempo que se incrementa el problema de las Leliqs.

Dólar y la fuga previa al "efecto Milei"

Si bien el estado del sistema financiero hoy no es comparable con la situación crítica de otras crisis -como la de 2001, cuando las instituciones no podían responder a los rescates de depósitos de sus clientes-, hay una preocupación creciente entre los banqueros.

Ayer, por séptima jornada consecutiva, las entidades tuvieron que volver a pedir liquidez al Central para atender los pedidos de retiros. Fueron u$s40 millones, después de una jornada en la que la solicitud había sido de u$s125 millones.

Ante la aceleración de la salida de depósitos, los bancos tienen la expectativa de que el BCRA retoque al alza las tasas de interés
Ante la aceleración de la salida de depósitos en pesos, los bancos tienen la expectativa de que el BCRA retoque al alza las tasas de interés

Y en cuanto a los depósitos en pesos, los retiros vienen acelerándose, en particular desde las colocaciones a plazo fijo. En parte, es un movimiento que se daba por descontado, porque es un movimiento típico de los períodos pre-electorales. Pero el ruido político generado por las declaraciones de Milei hizo que se temiera por un "efecto estampida".

Por eso, un día después de que el BCRA emitiera su comunicado en el que destaca que el sistema financiero "está líquido y solvente", las asociaciones de bancos se sumaron, con una declaración en la que piden a los candidatos -es decir, a Milei- "responsabilidad en sus campañas y declaraciones públicas" para no generar más volatilidad.

"Más allá de que a esta altura ya nadie discute la fortaleza del sistema financiero -con altísimos niveles de capital y liquidez- y su capacidad para ayudar al resto de los sectores frente a crisis internas o externas, declaraciones como las referidas generan, innecesariamente, incertidumbre y angustia a mucha gente", afirma la declaración de los bancos.

Ya la semana pasada había ocurrido algo similar respecto de la polémica sobre las Leliqs: primero el presidente del BCRA, Miguel Pesce, emitió un comunicado en el que afirmaba que era incorrecto considerar a los intereses de esas letras con el déficit fiscal, los bancos mostraron sintonía, con una declaración en la que refutan que exista un peligro de crisis por el volumen de Leliqs, a las que califican como un respaldo de los depósitos en plazo fijo.

La realidad, sin embargo, es que las salidas de pesos habían comenzado mucho antes de que Milei aconsejara no renovar los plazos fijos y decir que cualquier activo en pesos "no puede valer ni excremento".

Dólar récord: así no hay tasa que aguante

Medido en pesos constantes -es decir, depurado el efecto inflacionario- los plazos fijos están en su nivel más bajo del año, con $13,2 billones. Pero lo preocupante es el ritmo de caída. En el mes terminado el 30 de septiembre, los depósitos a plazo cayeron un 6,4% respecto del mes anterior.

Y la cifra no es peor porque la mayoría de los depositantes son empresas, que en una economía no tienen mucho margen de acción para mover sus tenencias. En cambio, cuando se pone la lupa solamente sobre los pequeños ahorristas, el desplome de los plazos fijos llega al 13% real en apenas un mes.

Estas cifras, aun siendo el reflejo de una salida fuerte de depósitos, ya son una "foto vieja", porque no llegan a cubrir la semana en la que el dólar blue pasó de $800 a $1.010. Dicho en otras palabras, una suba de 26% en apenas diez días y de 46% en un mes, lo cual hace que la colocación a plazo fijo, medida en dólares, haya sufrido una grave pérdida real de 13%.

Con la escapada del dólar paralelo, varió drásticamente el cálculo de retorno de los plazos fijos
Con la escapada del dólar paralelo, varió drásticamente el cálculo de retorno de los plazos fijos, argumentan los economistas

Ahí está, en realidad, el centro de la polémica. Porque el Banco Central, a la hora de justificar su política de tasas, solamente establece la comparación de los depósitos con la inflación. Y entonces puede ocurrir lo de agosto pasado, cuando resolvió no tocar el nivel de la tasa, alegando que ya había indicios de moderación para la inflación de septiembre.

Es por eso que el último comunicado de Pesce afirma: "La política monetaria desarrollada por el Banco Central procura mantener el poder adquisitivo de los ahorros a través de la remuneración de los plazos fijos, cuya tasa se define mensualmente, o con los plazos fijos actualizados por la inflación más una remuneración de 1%", apuntó el comunicado del Central.

Pero, como coincide la amplia mayoría de los economistas, los ahorristas argentinos no solamente quieren una tasa positiva en relación con el IPC sino, además, en términos de devaluación esperada. Y claro, ahí se agrega un factor adicional: si la brecha entre el blue y el tipo de cambio oficial se mantiene estable o empieza a agrandarse.

Con una paridad oficial que el 14 de agosto quedó congelado en $350, los ahorristas tendrían asegurada su rentabilidad en dólares: un 9,6%, siempre y cuando luego pudieran convertir esos pesos a billetes verdes. Pero, para desazón de los funcionarios, la brecha del blue empezó a agrandarse hasta llegar a un nivel de 175%.

Dólar: escepticismo en el mercado

Ante esa situación, los incentivos quedan claros: cuando se mide en dólares del mercado paralelo, los ahorristas de plazos fijos vieron una pérdida en el último mes, incluso aquellos que tienen coberturas de indexación CER o dólar linked.

Y es lo que lleva a los bancos a redoblar la presión para que el BCRA dé una señal mediante una nueva suba de las tasas, con la esperanza de que esa medida pueda atenuar el ritmo de salida de los ahorristas.

No está claro qué hará Pesce. Pero la sensación reinante en el mercado financiero es que, a esta altura de la crisis financiera, ya no hay mucho margen de acción, porque en un momento de pánico cambiario no habrá tasa que resulte lo suficientemente atractiva como para compensar la devaluación esperada.

Miguel Pesce, presidente del Banco Central, quedó en el centro de las expectativas del mercado, que está atento a su señal en la política de tasas
Miguel Pesce, presidente del Banco Central, quedó en el centro de las expectativas del mercado, que está atento a su señal en la política de tasas

Para Fernando Marengo, economista del Estudio Arriazu, "la tasa de interés en pesos que mantendría el poder de compra de esos pesos, en dólares, resultaría astronómica; y a eso hay que sumarle la asignación del riesgo argentino".

Su visión es que no será con un retoque de tasas que se cambiará la tendencia del mercado, sino "gestionando las expectativas, tanto de inflación como de tipo de cambio", para lo cual pone el foco en las señales desde el frente fiscal. Y recuerda que la expansión monetaria que ocurrió como consecuencia de las medidas de Sergio Massa van en el sentido opuesto a ese cambio de expectativas.

En la misma línea, el economista Roberto Cachanosky enfatiza que no hay tasa de interés que hoy pueda compensar el riesgo devaluatorio.

"Es lógico que los bancos presionen, porque en esta crisis ellos quedan en el medio. En realidad, lo del alto nivel de liquidez del sistema es relativo, porque los bancos no tienen pesos sino Leliqs. Si la gente sigue retirando pesos ellos van a tener que devolverle Leliqs al Central, y hay que ver si les da pesos o si se hace una nueva versión del plan Bonex", afirma el economista.

Su argumento es que, aun cuando el Central aceptara subir las tasas, si el dólar paralelo sigue subiendo llegará inexorablemente el momento en que los ahorristas querrán salir del sistema. Y en ese momento, habrá una disyuntiva de hierro: si ante una salida masiva de depósitos acepta todas las Leliqs y vuelca liquidez a la calle, implicaría un riesgo de estallido hiperinflacionario. Pero si no lo hace, debería repetir alguno de los esquemas de licuación de deuda que se conocieron en el pasado.

"El Central tiene cada vez menos poder de controlar la situación, esa es la realidad; con estos niveles de incertidumbre, la tasa de interés ya dejó de ser una referencia para la gente", afirma Cachanosky.

Por su parte, Ramiro Castiñeira, analista de Econométrica, sostiene que se equivocan quienes creen que la corrida es cambiaria pero no alcanzó al sistema bancario. "A esta altura, ya se puede hablar de corrida bancaria, porque al dólar se lo está corriendo con pesos que salen de los bancos, no puede haber una cosa sin la otra. Y es justamente la caída de depósitos lo que puso al dólar en estos niveles", argumenta.

"Hay mucha discusión por intereses políticos, y los bancos están en el medio y no quieren una crisis. Pero la realidad es que este Gobierno emitió una tonelada de pesos, que está contenida en Leliqs y paga una tasa que, con la expectativa de devaluación que hay, inevitablemente va a tener gusto a poco".

¿Cuánto es esa expectativa? A juzgar por los contratos del mercado de futuros Rofex, la gente ya está viendo un salto a $490 para fines de noviembre, $800 en diciembre y más de $1.000 en enero. Es decir, una rápida confluencia del dólar oficial a los valores que hoy se ven en el paralelo.

Es en ese contexto de incertidumbre que queda planteada la pregunta: ¿una suba de tasas de interés puede tener efecto, o ya se ingresó en la etapa en la que pasa a ser un remedio inocuo para una enfermedad grave? Es exactamente lo que está tratando de dilucidar el Banco Central.

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