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Las alimenticias "reflotan" el manual de negociaciones con los supermercados

No sólo envían listas con subas, también recomponen la relación comercial para retomar bonificaciones, inversiones en góndolas y ofertas y promociones
13/12/2023 - 15:50hs
Las alimenticias "reflotan" el manual de negociaciones con los supermercados

Más allá de recibir listas de precios con aumentos de hasta un 60%, las cadenas de hipermercados están desempolvando el "manual" de negociaciones con las grandes productoras de alimentos que no sólo se limitan a los reacomodamientos de los valores en las góndolas.

Después de casi una década de congelamientos, cepos, limitaciones y restricciones para negociar precios a partir del "pie" del Estado, ahora también se retoman las charlas con las compañías para reflotar ofertas, promociones, inversiones en punteras de góndola y todo tipo de propuestas que permitan recomponer la relación comercial.

El gobierno de Alberto Fernández estableció tantas medidas estrictas que, en un momento, el vínculo entre hipermercados y productores se tornó conflictivo al punto que desde las cadenas se llegó a acusar a las productoras de ser las responsables de fomentar la inflación con subas que, por ese entonces, se consideraban "desmedidas".

En su defensa, las empresas siempre argumentaron que no podían compensar las subas de costos con las listas de precios que la administración kirchnerista les autorizaba, por lo cual comenzaron a reducir el margen de negociaciones que tradicionalmente se llevaban a cabo para bonificar parte de las ventas, invertir en publicidad, realizar ofertas de 4 por 2 o llevar dos y pagar uno, entre otras.

Alimenticias: propuestas "contenidas"

Desde el año 2020 que la reconversión de los planes de venta de los productores a los hipermercados había desaparecido, más que nada los descuentos que los fabricantes hacen a las cadenas para poder sostener las agresivas ofertas que se brindaban a los consumidores.

Es decir, los tradicionales 80% de descuento en la segunda unidad o la venta tres artículos al precio de dos, entre otras.

Programas como Precios justos "pisaron" los valores reales de los alimentos durante los últimos años.

Estas propuestas estaban siempre contenidas en los llamados acuerdos troncales y también incluían descuentos por exhibición en diferentes lugares de las góndolas o en los surtidos que las cadenas de supermercados descontaban de la factura a la hora de pagar a las empresas proveedoras.

La diferencia se trasladaba luego a sostener los programas de descuentos que, de esta forma, eran mayormente financiados por el aporte de los productores y los comercios en porcentajes que habitualmente dependían de una serie de variantes como, por ejemplo, la rotación del producto o el volumen de venta.

Sin Precios Justos, supermercados ajustan "por las dudas"

En este proceso que el cepo y los planes como Precios Justos hicieron desaparecer, también participaban los bancos emisores de tarjetas de crédito y débito que se utilizaban para financiar las compras de los clientes, también de acuerdo a una serie de variables negociadas con las cadenas y fabricantes.

Si bien hasta ahora los supermercados e hipermercados siguen promocionando ciertos descuentos y más ahora que se acercan las fiestas de Navidad y Año Nuevo, las empresas proveedoras se bajaron de las iniciativas por no poder soportar el costo de financiamiento que esos planes suponen en un escenario de precios que no podían actualizarse por orden de la gestión de Alberto Fernández.

Es decir, dejaron de financiar los descuentos que los súper ofrecen a los consumidores y, en las últimas dos semanas, se limitaron a ajustar sus precios en función de las novedades y medidas que el nuevo gobierno tomará en los próximos días como la liberación de los cepos y el regreso de la libertad de negociación, además de intentar recuperar parte de los costos perdidos por las restricciones kirchneristas.

Las ofertas, descuentos y promociones habían desaparecido en su mayoría de las grandes cadenas
Las ofertas, descuentos y promociones habían desaparecido en su mayoría de las grandes cadenas.

De hecho, algunas listas de precios que ya se presentaron se encuentran en stand-by y en proceso de negociación para normalizar y retomar las negociaciones adicionales a la sola suba de los valores.

Desde varias empresas alimenticias y cadenas de supermercados coincidieron en que los primeros tres meses de gestión Milei esas conversaciones serán "desordenadas" pero adelantaron que con el paso de los días y ya establecido y conocido el plan de gobierno se irá normalizando, volverán las inversiones en las punteras, habrá más propuestas de ofertas y descuentos y las acciones comerciales que habían quedado enterradas en la maraña de medidas restrictivas impuestas.

Polémica por atrasos

De hecho, antes de la salida de Sergio Massa y Matías Tombolini de sus respectivos cargos y, tras la victoria de La Libertad Avanza y la asunción del nuevo Presidente, los supermercados y las alimenticias se trenzaron en una polémica por los incrementos, más que nada por las productoras buscan recuperar los atrasos de sus productos en las grandes superficies respecto a los comercios de cercanía en donde nunca funcionarios los planes oficiales de congelamiento.

En las últimas dos semanas, se limitaron a ajustar sus precios en función de las novedades y medidas que el nuevo gobierno tomará en los próximos días
En las últimas dos semanas, los supermercados se limitaron a ajustar sus precios en función de las novedades.

Claramente, la vuelta de estas negociaciones y de las fuertes remarcaciones impulsará la inflación que, según algunas consultoras ya la ubican en un 20% para diciembre y subiendo para los meses siguientes, lo que impactará negativamente en los bolsillos de los consumidores, más cuando Precios Justos ya quedó en desuso y los cepos se liberaron y las productoras de consumo masivo comenzaron a enviar desde el viernes pasado listas con un promedio de entre 20% y 35% de subas que, en algunos casos, quedaron en stand by.

Mientras tanto, otro de los problemas a resolver es impedir una "era" de desabastecimiento teniendo en cuenta la psicosis que se generó entre los consumidores por los supuestos incrementos que todavía no se dieron del todo en las cadenas y, en algunos casos, permanecen en los escritorios de los ejecutivos de los supermercados que no quieren perder el market share que fueron ganando a los almacenes de barrio y cadenas de origen asiático.