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Efecto colateral de la pelea Milei-gobernadores: por qué hay riesgo de "hiperinflación provincial"

Los economistas advierten que si vuelven las cuasi-monedas, la pérdida de valor sería más rápida y profunda que la ocurrida en la crisis de 2001
29/01/2024 - 13:00hs
Efecto colateral de la pelea Milei-gobernadores: por qué hay riesgo de "hiperinflación provincial"

La vuelta de las cuasi-monedas, que al principio fue visto apenas como una forma de llamar la atención sobre la crítica situación de caja de algunas provincias, empezó a transformarse en una posibilidad cierta, con el agravamiento de la pelea entre el presidente Javier Milei y los gobernadores.

Sobre todo, ahora que  se dejó en suspenso el "capítulo fiscal" de la ley ómnibus, lo que implica, según insinuó Caputo, un mayor componente de ajuste sobre las partidas presupuestarias de las provincias.

Y es una situación que está generando alarma entre los economistas, que creen que, esta vez, las consecuencias podrían ser mucho más graves que las que se generaron en la experiencia histórica más reciente, la del año 2001, cuando entró en crisis el sistema de convertibilidad.

La realidad es que las finanzas provinciales ya venían complicadas desde que perdieron el aporte de la coparticipación por el impuesto a las Ganancias, una situación que empujó, por ejemplo, a que las provincias de Río Negro y San Luis tuvieran que pagar en cuotas el salario de diciembre y el medio aguinaldo de los empleados públicos.

Después se evidenció la magnitud de la crisis cuando el riojano Ricardo Quintela envió a su legislatura un proyecto para habilitar la emisión de bonos con los cuales pagar salarios y cuentas a los proveedores de la provincia.

El solo hecho de recordar que la emisión de cuasi monedas en la crisis de 2001 acumuló $8.200 millones -en la época en que un peso era igual a un dólar- y que llegó a representar más del 25% de la base monetaria es algo que genera nervios en el mercado.

Javier Milei ya advirtió que no está dispuesto a garantizar un rescate del gobierno nacional para las cuasimonedas que emitan las provincias
Javier Milei ya advirtió que no está dispuesto a garantizar un rescate del gobierno nacional para las cuasimonedas que emitan las provincias

En total fueron 15 cuasi monedas provinciales, a los que se sumaron medios de pago nacionales y hasta municipales. Pero hay muchas diferencias entre aquel momento y este: a pesar de los problemas financieros causados por la ruptura de la convertibilidad -que hizo caer violentamente la paridad de las cuasi-monedas- finalmente el gobierno nacional asumió el rescate de todos los títulos.

Y eso es algo que Milei ya avisó que no está dispuesto a hacer. Es un detalle fundamental, dado que, desde el punto de vista técnico, la cuasi-moneda no es dinero circulante sino un bono, lo que implica que tiene una fecha de vencimiento. Llegada la fecha de término, el gobierno provincial se compromete a devolver pesos al valor nominal del billete.

En otras palabras, no son pocos los analistas que ven que, si se generalizara la "solución" de las cuasi-monedas, se podría correr un riesgo de default. Por lo pronto, se prevé un perjuicio para las empresas privadas que trabajan como proveedores de los estados provinciales, dado que cobrarán moneda provincial pero no podrán usarla para pagar sus impuestos nacionales en la AFIP.

"La situación actual no tiene punto de comparación con el 2001, cuando las cuasi-monedas se emitieron en un contexto deflacionario y de extrema iliquidez. En las provincias en las que eventualmente se vuelvan a aprobar este tipo de bonos, habrá un impacto inflacionario adicional al del devaluado peso", advierte Jorge Vasconcelos, economista jefe de la Mediterránea.

La crisis de caja se generaliza

Entre las provincias que se mencionan como posibles continuadoras de la iniciativa riojana aparecen algunas con alta dependencia de las transferencias del gobierno central, como Santa Cruz -que el año pasado lideró el ranking de transferencias corrientes discrecionales por habitante- o los casos de Catamarca y Jujuy -que están entre las que generan menor porcentaje de recursos propios-.

Pero la crisis no se limita a aquellos distritos que tienen mayor dependencia de la asistencia nacional para cubrir sus presupuestos, sino que también alcanzan a provincias con potencia económica, como Córdoba, que figura como la que recibió menor cantidad de pesos por habitante en concepto de transferencias discrecionales.

Desde la gobernación de Martín Llaryora dejaron trascender que, de no llegarse a un acuerdo para que las provincias puedan compensar recursos, no se descarta que se deba seguir el camino de La Rioja.

El gobernador cordobés, Martín Llaryora, no descartó que deba emitir una moneda provincial si no se llega a un acuerdo por la transferencia de fondos
El gobernador cordobés, Martín Llaryora, no descartó que deba emitir una moneda provincial si no se llega a un acuerdo por la transferencia de fondos

En el fondo, lo que ocurre es que, tal como está la economía nacional y provincial, los analistas advierten que, en este momento, hay mucho menos margen que el que había en 2001 para aumentar la presión impositiva dentro de las provincias, con lo cual sólo quedan dos alternativas: o asumir el costo de un recorte del gasto, o endeudarse por la vía de la emisión de cuasi-monedas, como propone el riojano Quintela.

Los economistas plantean que, incluso si se llegara a concretar la reinstauración del impuesto a las Ganancias -que aportaría un billón de pesos- y con el eventual aporte de una moratoria y blanqueo, el esfuerzo de ajuste que tendrían que hacer las provincias para no incurrir en déficit tendría que ser de un punto del PBI. Hablando en plata de hoy, casi dos billones de pesos.

Lo cierto es que el ajuste del gasto ya empezó, y como prueba de ello, en los días que van del 2024 apenas se han transferido $60 millones, una cifra ínfima en comparación con los $37.000 millones que habían recibido las cajas provinciales hace un año, de acuerdo con datos de la consultora chaqueña Politikon.

El riesgo del desplome en la paridad

El temor de los economistas es que, de concretarse este regreso, se produzca una desvalorización de las monedas provinciales mucho más rápido y profundo del que se verificó en el 2001. En aquel momento, el país sufría una extrema falta de liquidez, producto de la lógica monetaria en un sistema de convertibilidad.

Esto implica que no sólo no había inflación, sino que en varios rubros del comercio había deflación, porque la recesión llevaba a un desplome de la demanda. En ese contexto, la circulación de las cuasi-monedas ayudó a monetizar la economía y se mantuvo una aceptación relativamente alta de estos títulos para las operaciones transaccionales.

Claro que cuando, finalmente, se rompió la promesa de mantener la paridad "uno a uno" del dólar y el peso, la aceptación de estas monedas cayó y hubo así caídas fuertes de las paridades. Finalmente, todas fueron rescatadas por el gobierno nacional en 2003 al valor nominal, para beneplácito de los arriesgados inversores que las habían comprado a su precio mínimo de aproximadamente 25%.

Los economistas advierten que, en caso de una vuelta de las cuasimonedas, la desvalorización podría ser más rápida y profunda que en la crisis del 2001
Los economistas advierten que, en caso de una vuelta de las cuasimonedas, la desvalorización podría ser más rápida y profunda que en la crisis del 2001

Pero ahora, Milei hizo explícita su negativa a garantizar un rescate por parte del gobierno nacional. Y, además, como gran diferencia con el 2001, hay una inflación corriendo a una velocidad de más de 20% mensual.

Según prevén los economistas, esto generará una "hiperinflación provincial", dado que los consumidores buscarán desprenderse rápidamente de los títulos, lo que aumentará su velocidad de circulación, y eso potenciará el descuento en el mercado.

Como, además, las cuasi-monedas tampoco serán aceptadas por la AFIP para cancelar deudas fiscales, esto lleva a los economistas a pronosticar un perjuicio para las empresas privadas en el interior, dado que muchas de ellas tendrán ingresos en la moneda provinciales pero no la podrán usar para cancelar obligaciones. En consecuencia, deberán cambiarlas por pesos, pagando el descuento de mercado correspondiente.

El perjuicio no sólo recaerá sobre las cajas de las empresas, sino sobre toda la economía provincial, dado que esta situación desestimulará la creación de empleo en el sector privado, lo cual a su vez hará que la población se torne más dependiente de cobrar ingresos provenientes del sector público, retroalimentando así la rueda de la crisis financiera.

Para tener una dimensión de qué tan grave puede ser este fenómeno, según datos de la Fundación Mediterránea, en La Rioja la variación del empleo privado en los últimos 10 años fue cero, mientras que la dotación de empleados provinciales y municipales creció un 68%.