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Alerta para Caputo: liquidación de soja puede ser inferior a la esperada por el Gobierno

Está en niveles mínimos la venta de soja con precio fijado. Los productores están a la expectativa de una suba de precio internacional y del tipo de cambio
19/03/2024 - 18:44hs
Alerta para Caputo: liquidación de soja puede ser inferior a la esperada por el Gobierno

Mientras en el gobierno cuentan los días para que llegue la esperada venta de la cosecha gruesa de soja y, por fin, se entre en la época del año en la que los agrodólares resuelven las tensiones de la macroeconomía, desde el campo se multiplican las voces de alerta: el oasis podría no ser tan bueno como se lo esperaba y los dólares menos cuantiosos de lo que indican las cuentas oficiales.

Es cierto que con la lluvia de las últimas semanas mejoraron las perspectivas, y que además hubo una pequeña suba en los precios internacionales, pero lo cierto es que el campo argentino está lejos de vivir un momento de euforia. Más bien al contrario, pocas veces se había llegado al momento de la cosecha con un nivel tan bajo de ventas con precio fijado.

Hablando en números, sobre una cosecha estimada en 50 millones de toneladas, apenas hay anotadas ventas por 800.000 toneladas. Es decir, apenas un 1,6%, lo que da la pauta de que los productores tienen la intención de retener la mayor cantidad de grano posible, y solamente ir "soltando" su producto en la medida en que lo necesiten para cubrir obligaciones financieras.

Eso implica que la cantidad exportada en el trimestre abril-mayo-junio podría ser inferior a la que espera el gobierno -que cuenta con un voluminoso ingreso, entre otras cosas, para levantar el cepo cambiario.

¿Por qué ocurre esto? Según los analistas del negocio agrícola, porque a los productores no les gusta ni el tipo de cambio actual ni el precio del mercado internacional. O, mejor dicho, porque en ambos casos tienen la expectativa de que, más temprano que tarde, debería haber subas.

Lo que responden los expertos es que, en el caso del precio internacional, su visión es errónea, porque se suman datos como para esperar incluso una baja más pronunciada en los próximos meses.

Tras las lluvias registradas en las últimas semanas, se corrigieron al alza las proyecciones de la campaña agrícola
Tras las lluvias registradas en las últimas semanas, se corrigieron al alza las proyecciones de la campaña agrícola

En cambio, en lo que respecta al dólar oficial, se trata de un tema mucho más opinable. Tanto que han corrido versiones en el sentido de que Toto Caputo y Santiago Bausili analizan la alternativa de un incentivo cambiario, por la vía de un dólar exportador. Es un rumor que los funcionarios desmienten, pero el solo hecho de que esté circulando marca una realidad indisimulable: entre los productores se instaló la percepción de que el nivel del dólar que reciben por su exportación se ha deteriorado, y creen que debería haber una mejora.

Buena lluvia, malos precios

La lluvia trajo una mejora en el humor, pero lo cierto es que no cambió el panorama radicalmente. Lo mejor fue que la Bolsa de Comercio de Rosario recalculó al alza la cosecha sojera en medio millón de toneladas.

Pero los expertos del sector advierten que las precipitaciones no fueron parejas en toda la zona productiva -cayeron, sobre todo, en la provincia de Buenos Aires-, lo que hace que todavía haya regiones con rindes inferiores a los previstos.

Para colmo, se reportó que una plaga de langosta provocó fuertes pérdidas en la cosecha de maíz tardío en la región norte.

Al día de hoy, la expectativa es de 50 millones de toneladas de soja y 57 millones de maíz, lo cual implica buenos números en relación con la desastrosa campaña del año pasado, afectada por la histórica sequía. Pero que está debajo del promedio de los últimos años.

Cuando, además, se considera el precio internacional, entonces el valor estimado de la cosecha 2024 se torna relativamente modesto. Así, para la soja se espera que ingresen u$s21.500 millones, que luce como una cifra importante en comparación con los u$s11.750 millones del año pasado, pero que está muy por debajo de los u$s30.000 millones del 2022 -cuando simultáneamente hubo grandes volúmenes y precios altos-.

Pero lo peor de todo es que la venta agrícola de este año estará debajo de las previsiones que se habían hecho al inicio de año: se había especulado con un ingreso en torno de los u$s28.000 millones. Es decir, unos u$s6.500 millones más de lo que efectivamente se contará para vender.

El gráfico de la consultora Outlier muestra cómo la campaña de este año sigue por debajo del promedio
El gráfico de la consultora Outlier muestra cómo la campaña de este año sigue por debajo del promedio histórico

Una expectativa contra los "fundamentals"

Uno de los factores que frena la voluntad de los productores por vender es el precio en el mercado internacional. La soja en Chicago está en u$s436, lo que implica una recuperación respecto del valor mínimo de u$415 de hace un mes, pero sigue siendo un número muy bajo en comparación con los u$s467 de inicios de año, y ni hablar si se compara con los u$s540 de hace un año.

Ese contexto bajista llevó a los productores a una típica actitud defensiva, consistente en resguardar mercadería, convencido de que debería haber una mejora del precio. Es una estrategia que los expertos suelen desaconsejar, pero que admiten que es difícil de cambiar, porque responde a un estilo de trabajo de muchos años.

"El productor argentino es muy poco amigo de vender forward. Le gusta más cosechar, embolsar, y negociar desde ahí", grafica Diego Palomeque, director de la firma Agroeducación. Sin embargo, agrega que, para quien sigue los fundamentals del mercado internacional, está claro que no hay motivos para esperar una suba de precios, por lo menos hasta el segundo semestre, cuando la cosecha de Estados Unidos traiga un "reseteo" de las expectativas.

Al respecto, un informe de Marianela de Emilio, técnica del INTA, apunta que, a pesar de un recorte de la producción en Brasil, de todas formas la cosecha sudamericana fue muy buena, por lo que las perspectivas de precios son, en el mejor de los casos, de estabilidad.

Su planteo hacia los productores es que en lugar de retener el grano, sería preferible vender ahora para invertir y mejorar la rentabilidad. Pero reconoce que no es un consejo que la mayoría tome en cuenta.

"Lo que está generalizado es postergar ventas y esperar subas de precios. El ritmo de ventas será alto porque hay obligaciones que cumplir, pero estará acotado a ese objetivo. Una vez cumplido el compromiso, el productor dice ‘listo, no vendo ni un gramo más’", dice De Emilio en diálogo con iProfesional.

Desde su perspectiva, hay un riesgo asociado a esa actitud conservadora, y es la toma de deudas con la expectativa de una suba de precio que, probablemente, no llegue: "Postergar ventas, asumiendo costos financieros, sin cubrir precio a futuro, deja el volumen comprometido expuesto a mayores bajas de precio".

En los últimos días volvieron las versiones sobre un nuevo dólar soja: el gobierno niega, pero los productores se resisten a vender
En los últimos días volvieron las versiones sobre un nuevo dólar soja: el gobierno niega, pero los productores sólo venden lo mínimo

Especulando con el tipo de cambio

¿Por qué los productores se empecinan en apegarse a su producto cuando corren el riesgo de una mayor baja de precio? Según el consultor Salvador Di Stefano, "el productor no desea vender a estos precios porque no cubre los gastos en que incurrió en la campaña".

En realidad, la situación es simple: tal como ocurrió en los últimos cuatro años, hay una especulación respecto de una eventual medida en la política cambiaria.

Versiones al respecto hay muchas: desde una aceleración del crawling peg hasta un nuevo salto devaluatorio, pasando por un nuevo "dólar soja" o una baja transitoria de retenciones a la exportación.

De momento, no sólo no hay nada concreto sino que los empresarios dan las señales opuestas: consideran que el apego a la política cambiaria anunciada es lo que ha permitido la tranquilidad en el mercado financiero. Y, por otra parte, la situación fiscal no permite sacrificar el ingreso por retenciones, una de las pocas fuentes de recaudación que no decrecen, en un contexto recesivo.

Pero eso no es obstáculo para que los productores igualmente actúen según su reflejo histórico: retener stock hasta ver una mejora en su ingreso.

Lo cierto es que hoy el productor sojero, una vez que se hacen los descuentos por retenciones y después de haberle vendido el 80% de su ingreso al Banco Central -al tipo de cambio oficial de $850- se queda con u$s242 en el bolsillo. Eso equivale al 55% del precio internacional.

Es un monto pequeño en comparación con el que se quedan los productores de los países vecinos -que prácticamente embolsan el precio pleno- pero sigue siendo más de lo que han recibido en los últimos años: con el atraso cambiario generado durante la última gestión peronista, el precio real para el productor sojero estaba en apenas un 30%, salvo en los momentos en que rigió el "dólar soja" de Sergio Massa, que permitía por breves lapsos capturar un 50% del precio internacional.

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