En Chile, el gas cuesta hasta diez veces más que en la Argentina
Un chileno prefiere pasar el invierno con frío, y hasta es capaz de considerar nuevos hábitos notablemente más incómodos, antes que enfrentarse a fin de mes con una sorpresa en la cuenta del gas de su casa. Y ni siquiera evaluaría, por caso, dejar en "piloto" su calefón durante el día, como lo hacen los argentinos: "El piloto gasta mucho, y son dólares que se van. Tenemos un tipo de artefacto, parecido al que usan ustedes, pero con una tecnología diferente, que se enciende sólo cuando se abre la canilla", reflexiona ílvaro Bohme, un chileno de clase media que vive cercano al Gran Santiago.
A pesar del intenso plan de exploración que encaró desde hace al menos dos años, y de la puesta en marcha de numerosos proyectos de generación en las diversas regiones, el gobierno chileno continúa aún sin hallar la manera de hacer llegar un combustible a costos accesibles a su clase media, que hoy es capaz de pagar hasta 10 veces más que un argentino por el consumo de su hogar.
Un ejemplo: ílvaro es antropólogo. Vive en una casa de 110 metros cuadrados en la comuna de La Reina, con su mujer, María Pía, y sus dos hijos, Sol (10) y Nicolás (15). Admite que aplica diversas estrategias para evitar una "tarifazo" de gas a fin de mes pero, de todas formas, paga por éste lo mismo que puede llegar a abonar una Pyme en nuestro país: unos 100 dólares por mes. O, lo que sería equivalente, según el período de facturación en la Argentina: 620 pesos por bimestre. Chile tiene hoy la peor tarifa de gas dentro de la región, y contagia en sus habitantes un notable vértigo por el suministro hacia el futuro: "Estamos acostumbrados. Pero el día que la Argentina nos corta el chorro, no te contamos el cuento", comenta Joaquín Vicuña Del Río, un abogado de 26 años que esta semana visitó la Argentina.
Dependencia externaChile es altamente dependiente en cuestiones energéticas: consume un 70% de combustibles importados y, actualmente, todo su gas natural, industrial o domiciliario, le llega desde la Argentina. Nuestro país exporta hacía allí unos 15 millones de BTU (28,57 metros cúbicos de gas natural) a un valor de usd 3,50 por BTU. Una cantidad que -se estima- llegaría a los domicilios a un valor de 23 dólares por millón de BTU.
Para el cobro mensual, Metrogas –también en Santiago la mayor proveedora de gas natural- considera una "tabla de tarifas" que atenúa los costos a medida que crece el consumo (a la inversa del plan de "premios" y "castigos" que la Secretaría de Energía implementa en la Argentina). El valor por cada metro cúbico es de 708 pesos chilenos (1,3 dólares), pero sólo hasta los 5 metros cúbicos consumidos. De ahí, el precio se reduce paulatinamente: hasta los 10 metros cúbicos, $464 (u$s 0,85); hasta los 40, $429 pesos (u$s 0,8); hasta los 60, $369 (u$s 0,7), hasta llegar a los u$s86 para quien consume entre 700 y 900 metros cúbicos (ver infografía).
Claro que, a pesar de esta "consideración" de la empresa, la suma puede arrojar cifras igualmente "faraónicas". Hoy, un departamento "monoambiente" ubicado en Buenos Aires, de unos 60 metros cuadrados, que consume 57 metros cúbicos bimestrales, recibe bimestralmente unos 22 pesos en la cuenta de Metrogas ($11 mensuales).
El costo que debe afrontar es un cargo fijo de $7,74 y unos 0,14 centavos por cada metro cúbico, más impuestos. En cambio, si ese mismo propietario estuviera ubicado en Santiago, en iguales condiciones, debería pagar $25.000 chilenos (46,6 dólares, ó $144,5 argentinos).
La comparación sorprende, también, para una casa de 800 metros cuadrados, ubicada en la Provincia de Buenos Aires: un domicilio que consume 1.000 metros cúbicos, paga hoy unos 180 pesos. En Chile, en cambio, debería abonar 315.700 pesos chilenos (590 dólares, ó $1.825 argentinos).
DiversificarDe ahí que, en ese país, la empresa estatal de petróleo, ENAP, haya impulsado en mayo de 2004 el Proyecto de Gas Natural Licuado (GNL), junto a un "pool" de compañías consumidoras, para explorar, producir, licuar, transportar, almacenar y "regasificar" el gas que pretenden conseguir desde mercados asiáticos. El objetivo: diversificar la matriz energética y lograr que, hacia 2009, la Argentina no sea el único proveedor de gas.
El proyecto –al que ya adhirieron la empresa española ENDESA para garantizar la demanda- se lleva a cabo actualmente en terrenos que la propia ENAP posee en la bahía de Quintero (ubicado en la quinta región), y requirió una inversión de u$s400 millones. A esa terminal llegará, en tres años, el gas en estado líquido. Un centro de regasificación lo convertirá nuevamente a estado gaseoso, y lo dejará listo para ser consumido, a través de un gasoducto de 2.000 metros de largo. Pero, aún así, cada vez son menos los chilenos que, en Santiago, eligen el gas natural."No creo que a nadie aquí se le ocurra invertir hoy en una instalación como ésta", comenta ílvaro. Se estima que, en la actualidad, tan solo una sexta parte de Santiago (unos 200.000 chilenos) se abastece con este combustible argentino. Para eso optan por otras alternativas, como el gas licuado que se provee en "balones" (garrafas, tubos o incluso amplios tanques), que cuestan unos 20 dólares cuando son de 10 kilogramos ; o 56 dólares cuando son de 45 kg. Claro que, en nuestro país, esa misma garrafa es más accesible: $25, la de 10 kg.
Ignacio M. Olivera Dolliolivera@infobae.com© Infobaeprofesional.com