PRESIÓN FISCAL

El elevado porcentaje de la renta agrícola que se queda el Estado, en medio de la falta de dólares

Si bien bajó frente a diciembre, el Gobierno aún retiene una gran parte de la renta agrícola, mientras presiona para que las cerealeras liquiden la cosecha
Por Antonio D'Eramo
ECONOMÍA - 31 de Marzo, 2025

En los últimos días, solo se habla en materia financiera local del préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI) por u$s20.000 millones. Una cifra significativa, aunque para algunos analistas no alcance para calmar las presiones devaluatorias contra la moneda nacional, pero que puede servir de contraste para ilustrar la importancia y la potencia, como generadora de divisas genuinas, del campo argentino.

Solo la campaña comercial de soja nacional del 2023 y 2024, posterior a la terrible sequía que sufrió el campo nacional, y por el aporte de los embarques de aceite de soja, el complejo industrial de la oleaginosa aportó más de u$s16.000 millones. De esta manera, las exportaciones totales de harina de soja del ciclo 2023/24 sumarían un total de 30,1 millones de toneladas, marcando una fuerte recuperación cercana al 60%, tras la campaña previa afectada por la falta de agua.

El Gobierno necesita los dólares del campo, mientras negocia con el FMI

En ese contexto, y más allá de la potencia de Vaca Muerta y los planes en torno a la minería, una buena cosecha siempre trae alivio a la sufrida economía argentina.

Sin embargo, los dirigentes empresariales del agro continúan recibiendo nerviosos llamados desde el Palacio de Hacienda, sede del ministerio de Economía, para que intervengan en la actual coyuntura de falta de dólares y preocupación por medidas de la administración de Donald Trump, que están alterando los mercados y perjudican a las economías emergentes como la Argentina, que poco pueden hacer para evitar que suba el riesgo país y se aleje, de esa manera, la posibilidad de acceder a financiamiento privado.

El campo siempre responde y, una vez más, lo hizo positivamente durante la administración Milei. Desde el 29 de marzo hasta el 15 de abril se abre un compás de espera, con días de mucha tensión, hasta que comience la liquidación de la cosecha gruesa que el gobierno necesita reunir conjuntamente al dinero que otorgue el FMI durante su reunión de directorio el próximo 23 de abril.

El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, dialoga más de lo que se conoce, con los gerentes de las grandes compañías cerealeras, y pide de rodillas que liquiden miles de dólares. El viernes 28 acercaron u$s150 millones y se esperan otros u$s100, durante esta semana corta.

Sin embargo, en cada comunicación con los funcionarios del ala económica del Gobierno, los directivos del agro les recuerdan la presión impositiva, inadmisible, bajo un gobierno de orientación liberal que sufren los productores agrícolas.

Qué porcentaje de la renta agrícola se queda el Gobierno

La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), que dirige Juan Schilling, mide la presión fiscal efectiva sobre una hectárea agrícola. Según el último reporte, la administración de Milei mejoró el indicador con respecto a la gestión de Alberto Fernández, pero la cifra que se queda el Estado continúa siendo increíble.

La participación del Estado en la renta agrícola alcanza el 58%. "la Nación se queda con 58 pesos de cada 100 pesos de la renta agrícola". Al asumir el gobierno libertario, la presión impositiva subió de manera insólita.

En diciembre pasado, cuando se realizó la anterior medición, había subido hasta los 64 pesos. Se trata de una mejora que no alcanza, según los propios voceros de FADA, porque "el peso de los impuestos sigue siendo alto".

En esta mejora incidieron la baja temporal de las retenciones a la exportación, que llevaron a las alícuotas de la soja del 33%, al 26% y de los cereales de 12 a 9,5%, aunque solamente hasta el 30 de junio próximo, según los anuncios hechos por el ministro, Luis Caputo.

El informe revela que los 58 pesos que se queda el Estado se deben desglosar de la siguiente manera: el 34,1% pertenece a los impuestos coparticipables; el 7,1% a los impuestos provinciales; el 10% a los impuestos municipales y el 57,8% a los impuestos nacionales no coparticipables. En este último rubro hay que anotar a las obligaciones impositivas del comercio exterior, que son un ejemplo de no coparticipables y representan una fuente importante de financiamiento nacional, inclusive bajo la gestión de Javier Milei.

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