Destacan el potencial de América latina para producir etanol
Un estudio sobre biocombustibles del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) afirma que Latinoamérica es una de las regiones con el mayor potencial natural a nivel mundial para entrar como oferente en el mercado internacional. Brasil con su experiencia acumulada en más de 20 años, es el único país que logró bajar los costos de producción a un nivel competitivo. Uno de los factores más importantes ha sido el desarrollo tecnológico agrícola en la producción de la caña de azúcar.
El éxito del gigante sudamericano ha despertado el interés de los demás, aunque las decisiones que tomará la Argentina al respecto aún son una incógnita.
Así, mientras se resalta la alianza estratégica entre los EEUU y Brasil como el punto de partida de la "OPEP del etanol" -la versión alternativa del conglomerado de países que manejan el mercado del crudo-, nuestro país permanece al margen de la negociación que definirá parte del futuro de un mercado que promete generar inversiones en todo el continente por u$s100.000 millones sólo en los próximos cinco años. Si bien el informe del BID destaca que los biocombustibles no son la fórmula mágica para las economías rurales de Latinoamérica, sí constituirían una oportunidad económica sustentable. "Existe una creciente voluntad política en la mayoría de los grandes consumidores de combustibles para usar biocombustibles. Los factores más importantes que promuevan esta voluntad son la seguridad energética y la disminución de la emisión de los gases invernaderos. Al mismo tiempo hay serias limitaciones para la producción de biocombustibles en estos países. Esto implica una alta probabilidad para el desarrollo del mercado internacional de biocombustibles siempre y cuando no se apliquen las mismas restricciones que existen actualmente en el mercado de los productos agrícolas", señala el Banco.En este promisorio contexto, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y su par estadounidense, George W. Bush, firmaron el viernes último un pacto de cooperación tecnológica para la producción de etanol con el fin de reducir la dependencia del petróleo. De esta manera, ambos países avanzan de la mano en lo que llaman la "revolución energética", y buscan hacerse fuertes en un mercado en el que los grandes inversores del mundo buscan abrirse paso para no perderse este negocio multimillonario.Así, la solución ante el efecto invernadero y el calentamiento global podría estar en Latinoamérica a través de los biocombustibles y en especial del etanol, que representa el 90% de ellos y es producido principalmente en el país vecino. El etanol -un alcohol que puede utilizarse como combustible para los automóviles o puede mezclarse con gasolina en cantidades variables para reducir el consumo de derivados del petróleo- representa un 90% del biocombustible producido a nivel mundial (el restante 10% es biodiésel). Su producción -hecho de azúcar y de almidón- se duplicó desde 2000, mientras que la de biodiésel –obtenido a partir de oleaginosas como soya, girasol, colza y palma- se triplicó en el mismo período. BeneficiosVarios estudios coinciden en que la importancia de desarrollar el etanol en particular y los biocombustibles en general radica en tres aspectos: energía, medio ambiente y desarrollo rural y agrícola.En el primera caso, es importante como forma de sustituir combustibles basados en petróleo para aumentar la seguridad energética, disminuir la dependencia frente a la volatilidad de los precios de petróleo, bajar los costos de combustibles o de las importaciones y reducir la dependencia de países políticamente inestables. Respecto al medio ambiente, la producción de etanol podría disminuir daños ambientales relacionados con la cadena del petróleo, como por ejemplo los derrames, además de reducir la contaminación. Según Otaviano Canuto, responsable en Brasil del Banco Mundial, el etanol contamina un 60% menos que la gasolina, una cifra que algunos expertos consideran que podría ser todavía mayor.En tanto que en el desarrollo rural y agrícola, su fomento serviría para apoyar a la agricultura nacional, mejorar la situación económica de las áreas rurales y de los ingresos de los agricultores. PosibilidadesPero, ¿cuál debe ser el precio del petróleo para que el etanol sea competitivo? El etanol brasileño es competitivo si el barril de petróleo se mantiene a un precio mayor de u$s40, u$s60 en el caso del etanol de los Estados Unidos y u$s80 con el europeo. Los expertos pronostican que el rango de precios por barril en 2010 irá desde u$s30 hasta u$s100. No obstante, a pesar de su gran expansión en los últimos años, los biocombustibles cubren apenas al 1% del consumo total de combustibles para el transporte. Sin embargo, algunos países han llegado a porcentajes más altos de sustitución. Brasil llega a casi a 50% en gasolina y los Estados Unidos, segundo productor de etanol, al 2,5%. En el gigante sudamericano, el total de la substitución de los combustibles en base a petróleo llega actualmente a un poco mas del 20% mientras que en el país del norte es apenas del 1,8%. Con el objetivo de lograr algún grado de sustitución, algunos países establecieron ambiciosas metas. Japón, por ejemplo, prevé cubrir el 20% de la demanda de petróleo con biocombustibles y gas licuado hasta 2030 y Canadá, entre tantos otros, estima una mezcla de 10% etanol en 45% de la gasolina hasta 2010.
Considerando la tecnología actual, sin embargo, ni los Estados Unidos ni la Unión Europea (UE) podrían ser autosuficientes en biocombustibles. Si quieren cumplir con las metas establecidas o por establecerse, tendrán que importar parte de los biocombustibles, bajar las restricciones comerciales y establecer así un mercado global. En este escenario, Latinoamérica es una de las regiones con más potencial para ofrecer biocombustibles dadas sus ventajas climáticas combinadas con una baja densidad poblacional. Esto se refleja claramente si comparamos los mayores productores de etanol, Brasil y Estados Unidos, que producen más del 70% de la oferta mundial. Para producir el mismo volumen de etanol, el país del norte necesita el doble del área de maíz que Brasil con caña de azúcar (lo mismo ocurre con los productos básicos para biodiésel). Por tanto, para implementar una mezcla del 10% en la gasolina, Estados Unidos tendría que transformar la mitad de la producción de maíz en etanol, utilizando un 15% de su tierra agrícola para la producción de etanol. Brasil, por el contrario, con el 1% o 1,5% de sus tierras actualmente cultivadas, podría reemplazar totalmente su gasolina por etanol. Para producir el etanol necesario para sustituir 10% de gasolina en Estados Unidos, el gigante del Mercosur necesitaría el 3% de su tierra actualmente utilizada para agricultura. Aunque esto podría cambiar en 5 a 10 años, una vez creada la posibilidad de producir etanol en base a celulosa a gran escala. Sin embargo, la Universidad de Toronto concluye que no será posible aumentar la producción de etanol en base a maíz en su país más allá de una sustitución del 15% del consumo de gasolina. Sólo con la producción de etanol de celulosa sería posible llegar a niveles más altos, de hasta el 50% de reemplazo de la gasolina, utilizando materia prima producida en los Estados Unidos.
Su lado oscuroNo obstante, según estiman diversos expertos, el efecto del uso de etanol sobre el efecto invernadero no sería tan positivo como se cree. Durante la cosecha, en los campos de San Pablo se quema alrededor del 70% de la caña de azúcar, proporción es aún mayor en el resto del país. Por su parte, las autoridades brasileñas reconocen este problema. Pero a pesar que la meta para eliminar la práctica de quemas en San Pablo fue 2005, el antiguo gobernador de la región y ex candidato presidencial, Gerardo Alckmin, amplió recientemente este límite a 2031. Así y todo, éste no sería el único problema. Gustavo Fonseca, vicepresidente de la organización Conservation Internacional, afirmó a BBC Mundo que "una verdadera preocupación es cómo la polución está afectando a los trabajadores y la población local, debido a las partículas de carbón que quedan en el aire". De hecho, un estudio de José Eduardo Delfini, de la Sociedad Paulista de Neumología, apunta que el aumento de partículas contaminantes generadas por la quema de caña de azúcar es directamente proporcional al aumento de ingresos hospitalarios por problemas respiratorios en zonas de producción. En esta línea, el experto señala que en el área rural de Piracicaba, una de las principales regiones productoras de etanol en Brasil, la media de microgramos de partículas contaminantes es de 56, igual que en la ciudad de San Pablo, que tiene 20 millones de habitantes. Durante la cosecha, esta proporción alcanza los 88 microgramos, cuando la tasa permitida por el Consejo Nacional de Medio Ambiente brasileño es 50. Pero los problemas no terminan en Brasil. En otros países latinoamericanos productores de etanol, como Colombia, "el gran problema es que los cultivos de caña de azúcar están sustituyendo zonas de bosque tropical", afirmó Delcio Rodrigues, de la organización Greenpeace, quien añadió que, si estos problemas fueran atajados, el etanol sería una posible solución al calentamiento global al reducir las emisiones de CO2.De ese pueblo agrícola ubicado a 150 km al noroeste de San Pablo, sale el 80% del etanol brasileño. Allí se encuentra una inmensa fábrica de etanol perteneciente a la empresa Cosan. Los campos pertenecen a varias familias, las que los alquilan para cultivar la caña. Así, lleva 20 años desarrollar variedades de caña en cada zona ya que tiene que ver con el suelo y las plagas.
Experiencia brasileñaAllí, el etanol despegó en 2003 cuando se desarrollaron los primeros vehículos de biocombustible, o de motor "flexi-fuel", que funcionan con cualquier combinación de etanol y gasolina. En la actualidad, más de la mitad de los autos del país vecino usan etanol, el que, según datos del Banco mundial (BM) contamina un 60% menos que el petróleo.Brasil comenzó su programa para promover el uso de etanol como combustible alternativo hace más de 20 años. En ese momento, había un gobierno militar que buscaba reducir la dependencia del país de petróleo importado de Medio Oriente tras la crisis petrolera de los años '70. A comienzos de la siguiente década, nueve de cada diez autos brasileños usaban solamente etanol. No obstante, la idea perdió atractivo en los '90, cuando el precio del azúcar se elevó y los precios del petróleo cayeron, al tiempo que la empresa estatal Petrobras descubría nuevos campos petroleros, con lo que se redujo la importación de crudo. El aumento de precios del petróleo durante esta década, los métodos de producción de etanol más eficientes, los incentivos fiscales y la nueva generación de autos "flexi-fuel", explican que el etanol haya despegado nuevamente, convirtiéndose en el proyecto estrella del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, quien se encargó de dejarlo asentado en la firma del ambicioso acuerdo con Estados Unidos para fomentar su producción.
Lea más:
- "Alianza Lula-Bush debilita al Mercosur y aleja al país del 'bio'"
- "Biocombustibles: la Argentina, fuera del debate mundial"
© infobaeprofesional.com