La inflación en Estados Unidos bajó por tercer mes consecutivo y alcanzó su menor nivel en más de cuatro años
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) interanual disminuyó una décima y se posicionó en el 2,3%, tras la fuerte baja de tres décimas registrada en marzo. Con este resultado, el indicador alcanza su nivel más bajo en más de cuatro años.
En cuanto a la variación mensual, el IPC general avanzó un 0,2%, por debajo del 0,3% que preveían los expertos, lo que indica que las presiones sobre los precios continuaron contenidas más allá del entorno incierto provocado por las disputas comerciales y la política arancelaria.
Por su parte, la inflación núcleo —que excluye alimentos y energía— se mantuvo en 2,8% interanual, sin cambios respecto al mes anterior. La medición mensual de esta variable también registró un avance de 0,2%, aliviando los temores de un posible repunte más marcado.
Aunque estos datos no ofrecen aún una base sólida para que la Reserva Federal comience a recortar las tasas de interés, sí confirman que el proceso de desinflación avanza, aunque de manera gradual, pese a las medidas arancelarias.
A pesar de las medidas impositivas, la desinflación continúa avanzando de manera gradual, aunque los datos actuales todavía no son suficientes para que la Reserva Federal evalúe una baja en las tasas de interés.
Este comportamiento fue respaldado por la inflación subyacente —que excluye alimentos y energía—, la cual registró un alza mensual del 0,2%, ayudando a disipar los temores de un repunte más pronunciado. En la comparación interanual, esta variable se mantuvo estable en 2,8%, sin cambios respecto al mes anterior.
La inflación en EE.UU. acumuló en abril su tercer mes consecutivo de desaceleración
En abril, la inflación en Estados Unidos registró su tercera desaceleración mensual consecutiva, un dato que superó las proyecciones del mercado y brindó algo de respiro en un contexto marcado por la incertidumbre generada por la política arancelaria del gobierno.
Amén de que varios de esos aranceles fueron pausados por un período de 90 días, aún persistían inquietudes sobre su impacto en los precios.
En la comparación mensual, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) creció un 0,2%, por debajo del 0,3% esperado, y revierte la caída del 0,1% observada en marzo. Del mismo modo, la inflación núcleo —que no considera alimentos ni energía— también se incrementó un 0,2%, mejorando así las proyecciones.
La vivienda explica más de la mitad del alza mensual del IPC
De acuerdo con el organismo oficial encargado de la difusión de los datos, el índice de vivienda resultó ser uno de los factores que más contribuyó al aumento mensual, con una suba del 0,3%, lo que significó más de la mitad del incremento total del IPC.
En lo que respecta a los alimentos, el panorama fue dispar. El índice general de alimentos retrocedió un 0,1%, con diferencias según el tipo de consumo: los alimentos consumidos fuera del hogar se encarecieron un 0,4%, mientras que los elaborados en el hogar se abarataron un 0,4%.
En términos interanuales, la inflación en alimentos fue del 2,8%, impulsada por un incremento del 3,9% en los consumidos fuera del hogar y del 2,0% en los productos para el hogar.
Fuerte baja en el precio de los huevos impacta en el resto de los alimentos
Dentro de la categoría alimenticia, cinco de los seis principales índices registraron bajas en abril. Sobresalió la fuerte disminución del 12,7% en el precio de los huevos, que arrastró a la baja al índice de carnes, aves, pescados y huevos, con una caída del 1,6% durante el mes.
La energía repuntó en abril, pero con movimientos dispares entre sus componentes
En abril, el índice de energía registró un incremento mensual del 0,7%, recuperando parte de la baja del 2,4% observada en marzo. Sin embargo, los distintos componentes mostraron comportamientos variados: mientras que la gasolina experimentó una caída del 0,1% y el fueloil descendió un 1,3%, tanto la electricidad como el gas natural registraron subas, con aumentos del 0,8% y 3,7%, respectivamente.
En términos interanuales, el precio promedio de la energía cayó un 3,7%, destacándose las bajas del 11,8% en gasolina y del 9,6% en fueloil. Por otro lado, tanto el gas natural como la electricidad experimentaron incrementos, con un aumento del 15,7% en el gas y del 3,6% en la electricidad, lo que pone de manifiesto una considerable disparidad dentro del sector energético.