Cerró una de las empresas de pisos cerámicos más grandes del país: hay 300 despedidos
La fábrica de pisos cerámicos Ilva, ubicada en el Parque Industrial de Pilar, decidió cerrar sus puertas a comienzos de septiembre tras verse afectada por la caída del consumo, el aumento de costos y la apertura de importaciones.
La medida dejó a más de 300 empleados sin trabajo y con un reclamo abierto por el pago de indemnizaciones que, hasta ahora, no tuvo respuesta de la empresa.
Ilva cerró su planta en Pilar y dejó 300 despedidos: bloqueos y protestas
A pesar de la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo bonaerense, que vence mañana, las negociaciones no avanzaron. Desde el Parque Industrial de Pilar confirmaron que hoy los trabajadores bloquearon el acceso por la ruta 8 a la altura del kilómetro 60, lo que derivó en denuncias por parte de empresarios de la zona.
La empresa formalizó el cese de su operatoria en Pilar con el anuncio del cierre definitivo y el despido de toda la planta permanente. Los gremios ceramistas denunciaron que Ilva buscó impulsar retiros voluntarios en condiciones inferiores a las legales y calificaron la situación como un "despido masivo sin diálogo".
El conflicto sumó respaldo político. El gobernador bonaerense Axel Kicillof y el intendente de Pilar, Federico Achával, se reunieron con los trabajadores en la planta y prometieron acompañar sus reclamos. "Estamos del lado de los trabajadores y vamos a defender cada puesto de trabajo", afirmó Kicillof durante el encuentro.
Desde la Federación Obrera Ceramista de la República Argentina (FOCRA) se gestionaron reuniones con la Unión Industrial Argentina (UIA) en busca de apoyo institucional para revertir la medida. "No se puede aceptar el cierre de una planta clave como Ilva ni dejar a más de 300 familias en la calle", señalaron en un comunicado.
El gobierno bonaerense explicó que la empresa intentó ampararse en el artículo 247 de la Ley de Contrato de Trabajo, que permite abonar la mitad de la indemnización en casos de crisis, aunque ni siquiera cumplió con esa obligación. Por eso, el reclamo central de los despedidos es cobrar lo que les corresponde por ley.
El caso de Ilva refleja un escenario más amplio de retracción en la industria cerámica: las ventas de cerámicos cayeron entre 25% y 30% en el último año, mientras el ingreso de productos importados presiona los precios a la baja. Ante este panorama, gremios y trabajadores pidieron declarar la emergencia laboral en Pilar para evitar que el cierre se replique en otras fábricas del sector.