El dramático panorama que Caputo le pintó a Bessent: o aparecían urgente los dólares, o el plan colapsaba
Scott Bessent entendió la situación: ya no alcanzaba con tuits en los que elogiara el plan económico de Javier Milei, ni que contara que había tenido una buena charla con Toto Caputo ni con subir a las redes fotos en las que le estrecha la mano al ministro de Economía. Mientras el Tesoro argentino agravaba su hemorragia de dólares, el mensaje que el mercado le enviaba al secretario del Tesoro estadounidense era simple y contundente: "¡Show me the money!".
Y, finalmente, cuando el tanque de dólares del Tesoro argentino estaba marcando que apenas quedaba combustible para un día -con una liquidez de apenas u$s350 millones-, Bessent cumplió su palabra.
Aun en contra de una fuerte presión política interna, no solamente anunció un swap de monedas sino que directamente intervino en el mercado "comprando pesos". En otras palabras, tomó a su cargo la tarea que en las últimas semanas vino realizando Caputo, lo cual generó un drástico cambio de expectativas en el mercado.
Así, el dólar, después de haber subido hasta $1.468, se desplomó sobre el cierre de la rueda a $1.420. Es decir, diez pesos debajo del precio al que había vendido Caputo durante las últimas jornadas. Es una situación que generó confusión en el mercado, donde muchos analistas se quejaban de que el ministro había vendido "dólares subsidiados".
Como siempre, el tuit de Bessent tuvo un perfecto "timing" de mercado. Los anteriores anuncios ocurrían siempre a las 9.45 hora argentina, para influir en la apertura de las operaciones financieras. Esta vez, el tuit apareció a las 15:45, a tiempo de soltar la "bomba" en las vísperas de un fin de semana largo, y generando un cambio de clima para la cumbre Javier Milei- Donald Trump del martes.
Bessent compró pesos, Caputo compró tiempo
¿Cómo fue la operación? Todavía no están claros los detalles, pero el banco Santander anunció que había hecho una operación en el mercado de divisas por cuenta del Tesoro estadounidense. Es decir, no se trata, todavía, de una línea directa con el Banco Central que le permita a Santiago Bausili tomar dólares, sino de operaciones del Tesoro, a través de agentes.
En síntesis, el Santander interviene en el mercado argentino vendiendo dólares, lo cual exime a Caputo de tener que intervenir. Los pesos que recibe el Santander son luego depositados en una cuenta a nombre del Tesoro estadounidense, que a su vez devuelve los dólares al banco, que cobra su comisión por intermediación.
No es, por cierto, una operatoria que sea vea todos los días en el mercado de capitales. Pero Bessent lo explicó con claridad: sólo de esta manera se podía intervenir en una crisis de iliquidez aguda, como definió lo que está ocurriendo en el país. Otro tipo de asistencias, como por ejemplo un desembolso del Fondo Monetario Internacional, implicaría un trámite burocrático extenso, que no corresponde las urgencias de la economía -y el calendario electoral- de Argentina.
En todo caso, lo que quedó en claro es que Caputo compró una estabilidad que, al menos, le permite llegar a las elecciones legislativas sin turbulencias. Y suma un nuevo hito a su inusual carrera: ya en 2018 había logrado la rareza de vender bonos en pesos a fondos de Wall Street que compraron con dólares -y que salieron muy mal parados de esa operación-. Y ahora consigue que sea el mismísimo Tesoro estadounidense el que compre pesos.
El elogio del presidente Milei -que lo califica como "el mejor ministro de economía de toda la historia argentina", es elocuente sobre las opiniones divididas que genera Caputo. Para el oficialismo, un maestro de las finanzas, para la oposición, un habilísimo jugador de poker con una compulsión a tomar deuda.
La otra oposición interna
Esta intervención de Bessent en el mercado cambiario local es una excepción, y es posible que no se repita por muchas jornadas, dado que implica un costo político elevado para la administración Trump. No por casualidad, el secretario envió un mensaje hacia la interna de su país, instando al partido Demócrata a entender que el apoyo a Argentina no debería ser materia de debate, sino más bien una causa nacional, porque va en línea con el interés geopolítico estadounidense.
En los últimos días, al tiempo que Trump era criticado por su propio ajuste fiscal, que implicó el recorte de subsidios y planes de asistencia social, hubo una masiva queja por el hecho de que, al mismo tiempo, se usara dinero de los contribuyentes estadounidenses en un "salvataje" al gobierno argentino y a los inversores de Wall Street que habían apostado a acciones y títulos de deuda soberana.
Las quejas tuvieron un tono duro, con comparaciones entre esta ayuda a Argentina y el salvataje a los bancos insolventes en la crisis hipotecaria de 2008. Muchos de quienes recriminaron a Trump utilizaron las imágenes del show de Milei en el Movistar Arena, como argumento para reforzar oposición.
Pero el gobierno de Trump dejó en claro que considera a Argentina un aliado estratégico de primer orden en una región donde hay predominancia de gobiernos de izquierda, y donde, además, China tomó la delantera en materia de explotación de recursos naturales.
Por qué se eligió un swap
Aun así, Bessent entendió que el argumento geopolítico no era suficiente, y por eso dijo en ante la prensa estadounidense que Estados Unidos no inyectaría dinero en Argentina, sino que se limitaría a un swap de monedas.
¿Qué implica esto en la práctica? Que el Banco Central podrá anotar u$s20.000 millones en sus reservas brutas, lo cual llevaría el nivel general a u$s60.000 millones. En un escenario ideal, Bausili se limitará a mostrar que tiene "poder de fuego" para desincentivar a quienes quieran correr contra el peso o duden sobre la capacidad de pago de la deuda.
Mientras esa sea la situación, no habrá costo financiero para el BCRA. Pero si no resultara suficiente, entonces Bausili podrá "activar el swap". Esto implica tomar efectivamente parte de los u$s20.000 millones disponibles y usarlos en el mercado.
No está claro todavía qué tan amplio será el margen de maniobra con esos dólares. Es decir, si se podrán usar para vender en el mercado spot y defender la cotización del techo de la banda -hoy en $1.485,14- o si únicamente se utilizarán para cancelar los vencimientos de deuda.
El calendario marca, para el año próximo, pagos por u$s17.000 millones, con dos meses abultados, enero y julio, en los que vencen más de u$s4.000 millones.
Está, también, la posibilidad de que el BCRA le dé parte de esos dólares al Tesoro -que, en compensación, debería darle una letra instransferible- y que Caputo aproveche para recomprar deuda a bajo precio -hoy cotiza en torno de 60% de su valor nominal-. El plan original del ministro era la emisión de bonos del Tesoro para hacer frente a esos vencimientos, pero la suba del riesgo país le cerró el mercado externo. Por eso, se plantea la posibilidad de que EE.UU. garantice con fondos propios, y que Argentina pueda hacer uso del crédito externo a tasas pagables.
En cualquier caso, al tratarse de un swap, técnicamente no califica como una deuda, lo cual supone un alivio político tanto para Trump como para Milei. De hecho, ya hay vigente un swap con el Banco Popular de China -del cual se activaron u$s5.000 millones- que fue negociado y firmado durante el gobierno de Cristina Kirchner.
Por este motivo, puede ser aplicado rápidamente sin necesidad de que haya una aprobación del Congreso.
Pero claro, el hecho de que formalmente no sea un préstamo no implica que Argentina no deba devolver, y con intereses, los dólares que efectivamente utilice. En la "letra chica" del acuerdo figurará la tasa de interés que, desde ya, se estima será inferior a la de 14% que debería pagar hoy Caputo si tomase crédito en el mercado global.
Un tuit al pedir de Caputo
Lo cierto es que, salvo por el párrafo dedicado a los críticos del Partido Demócrata, el resto del mensaje de Bessent resulta tan conveniente políticamente al gobierno argentino que parecería dictado por Caputo.
Sobre todo, por el apoyo explícito al régimen de banda de flotación cambiaria, un punto sobre el que el propio gobierno estadounidense había sido ambiguo. Al recomendar la acumulación de reservas, el mercado argentino interpretó que se estaba instando a Caputo a pasar a un sistema de flotación. Es algo que, aunque se sigue considerando muy probable en el mediano plazo, era difícil de imaginar en la previa de una elección.
Ahora, el gobierno argentino compró oxígeno para volver a tener algunas semanas de calma y mejorar las posibilidades electorales.
El resto del acuerdo, que se conocerá el día de la cumbre presidencial, estará vinculado a las inversiones directas, en el marco de un acuerdo comercial bilateral. Eso también contribuirá a la expectativa de ingreso de divisas genuinas para el BCRA y, además, para una mejora en la percepción de la solidez de la economía, justo cuando aparecían señales de recesión en el horizonte.