SALUD PRIVADA

Prepagas comenzaron a enviar correos con los aumentos que aplicarán en la cuota de noviembre

Las firmas del sector actualizaron el precio de sus cuotas y la brecha con los salarios se agranda. Cómo funciona el sistema de indexación casi automática
Por Juan José Domínguez
ECONOMÍA - 16 de Octubre, 2025

Las empresas de medicina prepaga comenzaron a enviar a sus afiliados las cartas con los nuevos aumentos que se aplicarán en noviembre, que se ubican entre 1,9% y poco más del 2,1%, en línea con la inflación que el Indec informó para septiembre. Con esta nueva ronda de subas, el sector consolida un mecanismo de indexación mensual, de hecho, una suerte de actualización automática que en la práctica no muchos sectores de la economía argentina pueden permitirse.

Mientras la mayoría de las actividades opera con precios regulados o márgenes acotados por la recesión, la salud privada se mueve desde hace casi dos años bajo un esquema que traslada directamente la inflación a las cuotas que pagan los usuarios. En un contexto de desaceleración del IPC y caída del consumo, las prepagas encontraron en ese modelo un modo de estabilizar sus ingresos y garantizar previsibilidad financiera.

La posibilidad de aplicar aumentos sin restricciones se remonta al megadecreto de necesidad y urgencia con más de 300 medidas desreguladoras que Javier Milei firmó pocos días después de asumir la Presidencia. Entre ellas, el DNU derogó los controles que durante años limitaban los ajustes en los aranceles de la medicina privada y eliminó la obligación de contar con autorización del Estado para modificar precios. Desde entonces, las prepagas pueden aumentar libremente las cuotas, sin topes ni intervención previa del Ministerio de Salud.

Prepagas anuncian aumentos, tras dato de inflación del INDEC

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) marcó en septiembre una suba del 2,1% mensual, acumulando un 22% en lo que va del año y un incremento interanual del 31,8%. Con esos datos sobre la mesa, las prepagas aplicarán aumentos en el mismo rango: entre 1,9% y 2,1%, según la empresa y el tipo de plan. El ajuste alcanza tanto a los planes individuales como a los corporativos, y se verá reflejado en las cuotas que se pagan en noviembre.

En algunos casos, las empresas ya comunicaron los nuevos valores por correo electrónico o en los portales de autogestión. El esquema, repetido mes a mes, opera como una actualización automática: apenas el Indec publica el IPC, las prepagas recalculan sus precios.

Desde una de las principales empresas del sector confirmaron a este medio que el ajuste de noviembre se ubicará "en línea con la inflación", dentro de un rango acotado que va del 1,9% al 2,2%. "Vamos a estar todos en el 2,1%, 2,2%, 2%; no era como cuando había una inflación más alta, que era todo un tema", señaló un ejecutivo del área de salud privada, al explicar que la tendencia se volvió prácticamente uniforme entre las compañías.

El mismo directivo sostuvo que hoy "nadie le da demasiada importancia" a los porcentajes mensuales porque el sector ya adoptó como norma moverse al ritmo del IPC. "Se terminó eso de preguntarse cuánto aumenta cada uno; todos vamos a estar rondando el índice de precios", resumió.

Otro directivo del sector argumentó que, más allá de la referencia del IPC, los aumentos responden a lo que las compañías denominan "inflación médica", un índice que mide la evolución de los costos específicos de la atención en salud. "Nuestro rubro no sigue solo los precios del supermercado. Acá inciden los medicamentos, los insumos importados, la tecnología y los honorarios médicos, que muchas veces suben por encima del índice general", explicó.

Según la misma fuente, esos componentes hacen que el ajuste de las cuotas no sea simplemente una réplica del IPC, sino una forma de compensar los aumentos reales de los costos del sistema. "Cuando el dólar se mueve o hay paritarias en clínicas y sanatorios, eso impacta directo en nuestras cuentas. Por eso hablamos de inflación médica: no es una excusa, es lo que refleja el verdadero costo de prestar el servicio", sostuvo.

Las prepagas insisten en que esta diferencia estructural entre la inflación general y la médica explica por qué sus incrementos suelen superar al promedio de precios del Indec. "El desafío —admitió otro ejecutivo— es lograr que la gente entienda que no estamos hablando solo de ganancias empresarias, sino de sostener la calidad del sistema en un contexto de costos que se mueven todos los meses".

Salud privada: un sector con libertad plena

La posibilidad de trasladar la inflación directamente a las cuotas fue una consecuencia de la desregulación de los aranceles dispuesta a fines de 2023, cuando el Gobierno eliminó los topes y autorizaciones previas del Ministerio de Salud. Desde entonces, las empresas ajustan libremente sus precios, aunque la mayoría eligió seguir la referencia del IPC como variable de ajuste para evitar sobresaltos.

Esa decisión, que en un principio fue presentada como un criterio técnico para dar previsibilidad, derivó en un sistema de indexación casi automática, algo que contrasta con lo que ocurre en otros rubros, donde los precios están atados a paritarias, costos importados o márgenes de demanda. En la práctica, la salud privada quedó en una especie de zona liberada de control estatal, con libertad para moverse según la inflación, pero sin obligación de justificar aumentos ni rendir informes de costos.

Crece la brecha con el sueldo de afiliados

En lo que va de 2025, las cuotas de las prepagas acumulan incrementos del 21%, frente a un 15% del IPC nacional. La brecha de seis puntos porcentuales refleja una dinámica en la que las empresas ajustan con más velocidad que el promedio de los precios al consumidor.

En los meses anteriores, los porcentajes fueron similares: en julio, por ejemplo, las alzas oscilaron entre 1,3% y 2,6% según la compañía; en agosto y septiembre, los ajustes rondaron el 2% mensual. Las firmas más grandes —OSDE, Swiss Medical, Medicus, Galeno, Omint, Avalian y Hospital Italiano— siguieron de cerca el mismo patrón, sin diferencias significativas entre sí.

Esa tendencia impacta especialmente en la clase media, donde los planes familiares de cobertura media ya superan los $200.000 mensuales, y los más básicos, con copago, se ubican en el rango de $125.000 a $160.000, dependiendo de la empresa y el tipo de plan.

En paralelo, los salarios registrados crecen en torno al 1,5% mensual, lo que implica que la capacidad de pago de los hogares se erosiona incluso cuando la inflación baja. En los últimos meses, muchas familias optaron por reducir la categoría del plan o pasarse a cooperativas de salud más económicas.

Según el IARAF, las prepagas argentinas consumen hoy cerca del 24% del salario formal promedio, el nivel más alto en más de una década. En 2013 representaban el 11%, pero tras fuertes subas desde 2023 —OMINT aumentó 41% y OSDE 29% en términos reales— su peso sobre el ingreso se disparó.

El gasto llegó a un pico del 27,5% en abril de 2024, bajó temporalmente tras un acuerdo con el Gobierno y volvió a subir durante 2025. El informe advierte que, si las cuotas siguen creciendo por encima de los salarios, esta proporción continuará aumentando.

Un espejo de la economía

El fenómeno de la indexación no es nuevo, pero adquirió otra dimensión con la liberalización del sector. Hasta 2023, las subas eran autorizadas por el Estado y, en ocasiones, se discutían con el Ministerio de Salud o con la Superintendencia de Servicios de Salud. Hoy, en cambio, las empresas no necesitan pedir autorización ni informar costos, y la supervisión estatal quedó reducida a su mínima expresión.

Paradójicamente, la disciplina inflacionaria del sector privado de la salud se volvió uno de los pocos casos de cumplimiento "exacto" del IPC. En un país donde los precios de la energía, los alimentos o el transporte suelen moverse con rezago o discrecionalidad, las prepagas lograron una sincronía perfecta con el índice oficial.

Desde la óptica empresarial, eso garantiza previsibilidad y estabilidad de ingresos, lo que permite planificar inversiones y mantener convenios médicos sin grandes distorsiones. Pero para los afiliados implica convivir con un esquema que ajusta automáticamente hacia arriba, sin posibilidad de pausa o alivio, aun cuando la inflación ceda.

Expectativas hacia fin de año

Con la inflación estabilizada en torno al 2% mensual desde mayo, el sector proyecta que los ajustes de las cuotas continuarán en esa misma línea durante el último trimestre. No se esperan picos abruptos ni congelamientos, sino correcciones graduales y regulares, mes a mes.

De mantenerse este ritmo, las cuotas de la medicina privada cerrarían 2025 con un incremento total cercano al 25%, acompañando el índice general de precios y consolidando un modelo que ya se convirtió en regla.

En un escenario de precios más estables y con consumo contenido, el desafío para las empresas será sostener la rentabilidad sin perder afiliados, mientras que el desafío para las familias será, una vez más, mantener la cobertura sin que se vuelva impagable.

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