• 4/12/2025
ALERTA

Bessent está perdiendo plata con su apuesta al peso ante un mercado que ve un inexorable salto del dólar

Con el dólar presionando a la suba y los bonos en baja, el mercado argentino ironiza sobre la "derrota" que los ahorristas le inflingieron al US Treasury
18/10/2025 - 08:30hs
Bessent

Empezó como un chiste entre los operadores del mercado financiero: ¿cuánto tardaría Scott Bessent en darse cuenta de que su compra de pesos "subvaluados" podía ser una inversión ruinosa por la que tendría que dar explicaciones a la opinión pública estadounidense? Claro, al inicio nadie creía que eso pudiera ocurrir, porque bastó con un tuit del secretario del US Treasury para desplomar el tipo de cambio. Una semana más tarde, sin embargo, ya se habla sobre cómo el mercado argentino "domó" al ministro de finanzas más poderoso del mundo.

De manera que lo que antes se debatía en tono de broma -si Bessent aprovechará para hacer el "rulo" aprovechando la brecha entre el tipo de cambio oficial y el "contado con liqui", si vendería pesos para ganar con la tasa de caución o si recurrió inmediatamente a una cobertura contra el riesgo devaluatorio- ahora es objeto de análisis serio.

Porque, a diferencia de lo que ocurrió en su primera intervención -cuando bastó con u$s24 millones y un tuit para que en minutos la cotización se desplomara desde $1.468 a $1.420-, ahora Bessent tuvo que poner cifras mucho más abultadas y, aun así, el tipo de cambio sigue con presión alcista, mirando cada vez más cerca el techo de la banda de flotación.

Peor aun, la cotización de los bonos de deuda soberana volvió a caer debajo de la paridad de 60%, y el riesgo país en torno de 1.000 puntos, cuando se suponía que el sentido primordial de la intervención del Treasury y el apoyo político de Donald Trump deberían generar el efecto exactamente opuesto.

Lo cierto es que, hasta ahora, Bessent viene perdiendo plata: los pesos que "compró" con la expectativa de que aumentaran su valor, están cada vez más depreciados.

Peor aun, el funcionario estadounidense ya lleva gastados más de u$s400 millones, según estiman los analistas del mercado. Y no sólo intervino en el mercado oficial sino también en el "contado con liqui" -o blue chip, según la traducción a la jerga financiera americana-, sin mucho éxito.

Los números son elocuentes: el mismo día en que Bessent intervino, el CCL subió $30, y en la jornada siguiente, trepó otros $52 para alcanzar la cotización de $1.549. Es decir, una fea pérdida de 5% en dólares, en apenas dos días.

Y, en el mercado local, el volumen transado sigue muy alto, por encima de u$s700 millones diarios, lo cual da la pauta de que, no importa cuán insistente sea Bessent, el mercado argentino sigue comprando dólares para cubrirse de una devaluación que considera inexorable.

De hecho, en sus últimos reportes para los clientes, las consultoras financieras tuvieron un mensaje unánime: adoptar posiciones cautelosas en la última semana antes de las elecciones y buscar instrumentos que aseguren una cobertura ante un salto en la cotización.

Scott, decime qué se siente

El mercado financiero mezcló los nervios de una corrida cambiaria con el humor irónico. En las respuestas a su último tuit, le dedicaron a Bessent cánticos de hinchada como éste: "Scott, decime qué se siente/ correr en casa de papá/ te juro que aunque vendas los verdes/ nunca nos vamos a saciar".

Además, hubo arengas de tono militar que lo desafiaban a reforzar su compra de pesos ante ahorristas dispuestos a "presentar batalla", análisis sobre cómo "Doña Rosa" había corrido al US Treasury y pronósticos de que esta operación le podía costar el puesto al funcionario estadounidense.

"Un pequeño Vietnam financiero", fue la definición de Jorge Carrera, exvicepresidente del Banco Central, en referencia al imprevisto costo que sufrirá el Tresury.

Por su parte, Héctor Torres, ex representante argentino ante el Fondo Monetario Internacional, le escribió un mensaje en el que le advertía que, pese a su ayuda, "la compra de pesos no nos va a llevar muy lejos; sería más efectivo si los dólares de los contribuyentes estadounidenses se usaran para estimular al gobierno a dejar flotar el peso y acumular reservas".

Pronósticos de pérdidas

Pero la situación deja de ser graciosa y empieza a tomar un tono más serio cuando los pronósticos de crisis política para el secretario del Treasury ya no surgen de los traders argentinos sino desde los economistas más influyentes de Estados Unidos.

Es elocuente al respecto el título del editorial que publicó The New York Times: "Bessent se juega su credibilidad y el dinero de los contribuyentes en su apuesta por Argentina".

Es cierto que este diario es uno de los bastiones del progresismo estadounidense, pero también los voceros del establishment más conservador, como The Wall Street Journal o Financial Times fueron muy críticos.

"Aferrarse a una moneda sobrevalorada puede frenar el aumento de los precios, pero también frena el crecimiento económico. En el caso argentino, ha agotado valiosas reservas y ha alimentado la salida de capitales. En última instancia, es insostenible", afirmó el FT.

Además, los analistas de bancos internacionales de inversión sostienen lo exactamente opuesto a lo que afirma el ministro Toto Caputo. El influyente Morgan Stanley consideró que, en el mejor escenario electoral para Milei, el tipo de cambio se estabilizaría en $1.700 para diciembre. Ese precio es un 9% superior al techo de la banda de flotación de esa fecha.

Y, ante la eventualidad de que Milei sufra una derrota amplia, el pronóstico es de un dólar en $2.000 y con riesgo de "overshooting" ante la demanda de los ahorristas.

O sea, lo que el Morgan Stanley está previendo es que la "inversión" de Bessent, en el mejor de los casos, podría implicar una pérdida de capital de 15%.

Pagando costo político

Lo cierto es que, en el escenario político estadounidense, Bessent ya está empezando a pagar costo político por su ayuda a Caputo. El premio Nobel Paul Krugman le dedicó un segundo artículo al tema Argentina, en el que argumenta que la estrategia de la Casa Blanca, lejos de ayudar al gobierno de Javier Milei, lo está perjudicando.

Krugman se muestra sorprendido del interés que la situación argentina despierta en la administración Trump, dado que el país es destinatario de apenas 0,5% de las exportaciones estadounidenses. Y compara esta situación la ayuda que Bill Clinton le dio a México en 1995, a la que consideraba justificada por el hecho de que, siendo un país fronterizo, la estabilidad política mexicana tiene influencia en la relación con Washington.

Pero, sobre todo, lo que remarcó Krugman es que México devaluó el peso antes de que Clinton le diera su paquete de asistencia, y que ese hecho permitió que en el lapso de cinco años se duplicara la participación mexicana en las exportaciones americanas.

Su conclusión -al igual que la de los políticos del Partido Demócrata- es que Bessent, en realidad, no está interesado tanto en ayudar a Milei como en revaluar los activos argentinos para que los fondos de inversión de sus amigos puedan recuperar pérdidas. Lo que en la jerga financiera se conoce como "exit pump". Se menciona, en particular, el fondo Discovery, de Robert Citrone, amigo y ex jefe del secretario del Treasury-.

¿Bessent tiene un as bajo la manga?

Las cinco jornadas que faltan para la elección legislativa no lucen bien para Bessent, que eventualmente tendrá que poner muchos más dólares para estabilizar al peso argentino.

El alto volumen transado en estos días deja entrever que hay una sostenida demanda en todos los niveles, desde fondos de inversión hasta pequeños ahorristas. Esto es un síntoma de una caída drástica en la demanda de dinero, como reconoció el propio Santiago Bausili, presidente del BCRA.

Pero, lo peor, el propio FMI está insinuando que después del domingo 26 el peso debe empezar a flotar. Lo dijo explícitamente Gita Gopinath, ex vicedirectora del organismo, ya sin la obligación de mantener la diplomacia en sus declaraciones. Mientras que la directora Kristalina Georgieva dijo lo mismo, pero de manera indirecta: que la prioridad del plan económico debe ser acumular reservas propias.

Con semejante panorama, entre los analistas del mercado local se está dando otro debate: ¿realmente puede un experto como Bessent, que es recordado como el hombre que le ganó la pulseada al Bank of England y lo obligó a devaluar la libra esterlina en 1992, salir "empomado" por apostar al peso argentino?

Y es ahí donde aparecen diversas teorías. Una es que, en realidad, el dinero nunca fue de Bessent sino del Banco Central. Quienes afirman esto observan que el "timing" de las operaciones del Treasury -dejando subir la cotización y vendiendo 15 minutos antes del cierre de la rueda- son típicas maniobras de un conocedor del mercado argentino, como Toto Caputo. Esa teoría se basa en que, al aparecer Bessent como inversor, hubo un cambio de expectativas, y entonces se necesitaron muchos menos dólares de los que le habrían pedido a Caputo para calmar la demanda.

Pero esa teoría tiene un punto débil: aun así, Bessent pagaría un costo político y reputacional por la pérdida de capital. Por eso, otros especulan con la posibilidad de que estas inversiones sean consideradas como parte del swap de monedas. Es decir, cuando empiece a funcionar, ya figuraría como activado por el mismo monto que invirtió Bessent en los últimos días, lo cual obligaría al BCRA a devolver, con intereses, los dólares a una cuenta del Treasury.

Hay otras versiones que se manejan. Por ejemplo, que Bessent, al igual que los inversores argentinos, pudo haber tomado una cobertura en el mercado de futuros o con la compra de instrumentos indexados al tipo de cambio. Si esa fuera la situación, las pérdidas por sus compras de pesos serían compensadas por el pago que le haría el BCRA. Y, en ese caso, Bessent agregaria un renglón a su vasto currículum: salir bien parado de una corrida cambiaria argentina.