¿Qué hará el Tesoro de los EE.UU. con los pesos?: vuelan las "teorías conspirativas" en el mercado
Una vez recuperados del shock que causó el nuevo tuit de Scott Bessent, en el que había anunciado la "compra de pesos" por parte del Tesoro estadounidense, los operadores del mercado financiero empezaron a conjeturar respecto de cuál es el sentido de esa operación y en qué se invertirán esos pesos que ahora pertenece a los contribuyentes del país que emite el dólar.
La primera pregunta todavía sigue sin respuesta: ¿cuántos dólares puso el Treasury para hacer que el tipo de cambio se desplomara desde los $1.468 a $1.420? Si se toma como referencia los montos vendidos en los últimos días para defender el "sub techo" cambiario, debería pensarse en una cifra de más de u$s250 millones. Sin embargo, los analistas creen que no habrá sido necesario tanto: el solo hecho de que en las pantallas se viera la aparición de oferta privada -es decir, sin que Toto Caputo estuviera interviniendo- intensificó las versiones de que vendría un anuncio importante. Y eso generó un cambio de expectativas del mercado, que se volcó a activos en pesos.
En cambio, hay otras dudas que sí están claras. Primero, que esta intervención no forma parte del swap de monedas por u$s20.000 millones que anunció el secretario del Tesoro. Su mensaje es claro en ese sentido: son dos temas por separado. El swap implica que el Banco Central tendrá una línea para usar según su criterio. Lo de este jueves, en cambio fue una inversión del Tesoro estadounidense.
Una intervención muy inusual, por cierto. Desde la reforma de 1971 que cambió el patrón oro en Estados Unidos, sólo se había registrado este tipo de intervención directa en contadas ocasiones, para comprar yenes japoneses y euros, en momentos excepcionales. Sí hubo ayudas masivas a varios países -la más recordada es el salvataje a México en la "crisis del Tequila" de 1995- pero en esos casos EE.UU. no tomó la moneda extranjera, sino que dio préstamos con garantías dolarizadas, como exportaciones de petróleo.
Lo otro que está claro es que la venta de dólares no la realizó directamente el Treasury -que no tiene cuenta en el mercado argentino- sino que la realizaron agentes por cuenta y orden de Bessent. El banco Santander anunció que formó parte de esa operación. Y también se supo que el Citi y el JP Morgan intervinieron.
Son bancos a los que se señala, además, como eventuales prestamistas de un nuevo "repo" que tenga como garantía a activos aportados por el Tesoro estadounidense. Pero este tema no fue mencionado por Bessent, por lo que es probable que continúe en negociaciones.
¿Alcanza para calmar al mercado?
La duda del mercado ahora es si esa intervención de "compra de pesos" fue un caso de única vez o si se repetirá para mantener al tipo de cambio bajo control hasta las elecciones. En ese caso, además, habría que definir qué será para la dupla Caputo-Bessent un dólar controlado: ¿Qué siga en los $1.420 del cierre del jueves, o en los $1.435 que había pelado el Tesoro hasta el día anterior’ ¿O se conformarán con que se mantenga debajo del techo de la banda -$1.485,14- para asegurar que el BCRA no tenga que sacrificar reservas?
La respuesta a esas dudas la dio el propio Bessent: se hará "todo lo que sea necesario". Pero, en el plan de Caputo, el objetivo es que no sea necesaria una nueva intervención de su colega estadounidense.
La eficacia de este tipo de acciones consiste, precisamente, en que no resulte necesario volver ponerlas en práctica, sino que el mercado decodifique el mensaje: ya no tiene sentido pulsear contra el peso, porque del otro lado hay un poder de fuego de tal magnitud que quien lo intente tendrá una inversión ruinosa.
De hecho, una de las situaciones que más celebra el gobierno por estas horas es la pérdida sufrida por quienes, en septiembre, habían comprado dólares en el techo de la banda de flotación.
El otro motivo del festejo es la virtual desaparición de la brecha entre el tipo de cambio oficial y los dólares MEP y "contado con liqui", lo cual elimina la posibilidad del "rulo cambiario" y mejora la valuación de los bonos de deuda soberana.
Un sugestivo cambio de opinión
El mayor logro de Caputo en la negociación en Washington, en realidad, no fue tanto el haber convencido a Bessent de que realizara la inusual compra de pesos, sino que el secretario haya realizado una declaración pública de apoyo al régimen de banda cambiaria.
Hasta el momento de la publicación del tuit, el gobierno estadounidense había sido ambiguo sobre ese punto, y otros funcionarios de alto perfil habían dicho sin medias tintas que Argentina necesitaba flexibilizar su régimen cambiario -es decir, devaluar-, para poder acumular reservas. Ese argumento había sido respaldado por la titular del FMI, Kristalina Georgieva y por la ex vice del organismo, Gita Gopinath. Sin contar, claro, que casi la unanimidad de los bancos de inversión globales había dejado en claro, en sus reportes a clientes, que el sistema cambiario argentino era insostenible.
Lo cierto es que, hasta este momento, en el mercado hay escepticismo sobre que se pueda continuar el sistema de bandas una vez pasada la elección. Más bien, la impresión mayoritaria entre los analistas es que el mensaje de Bessent cumple con el objetivo de mantener la calma en el cortísimo plazo, pero no altera los fundamentos de quienes criticaban el flujo negativo de divisas y la persistencia del déficit de cuenta corriente.
Ese escepticismo se ve con claridad en la curva del mercado de futuros: hubo una caída generalizada de las cotizaciones de corto plazo, pero los contratos correspondientes al 2026 continúan igualmente por encima del techo de la banda.
Esto no implica necesariamente que haya que esperar un desarme de la banda de flotación el 27 de octubre. Caputo tiene buenas razones para sostenerlo algunas semanas, sobre todo porque antes de fin de mes debe pagar el vencimiento de un bono "dólar linked" por el que recibió $1,3 billón -el día de la licitación el tipo de cambio era de $1.326-.
Por otra parte, a fin de mes, tiene la liquidación del mercado de futuros, donde el BCRA puede ganar pesos si el tipo de cambio sigue bajo control o pagar una pesada suma si efectivamente se devalúa a los valores con los que el mercado tomó cobertura en las últimas semanas. Y luego hay nuevos vencimientos "dólar linked" en noviembre por $1,7 billón.
¿Bessent aprovecha el carry trade?
Por si las palabras de Bessent no fueran una garantía suficiente al régimen de bandas, en el mercado se observa con cierta sorpresa la persistencia de altas tasas de interés en pesos. ¿Es bueno o es malo? Depende: para la economía, el hecho de que las empresas que necesitan liquidez de corto plazo tengan que pagar tasas anualizadas de 70% o que las pymes descuenten cheques al 60% es una pésima noticia. Pero para los efectos de mantener al dólar anestesiado, las tasas altas implican un aliciente para que los inversores no generen turbulencias.
De hecho, generó suspicacia el hecho de que, aun después de la noticia de que Bessent había puesto dólares, igualmente manos oficiales -podría ser el BCRA- estuvieron vendiendo títulos dólar linked a precio menor al del mercado.
También llamó la atención el hecho de que, tras varias jornadas de caída en las tasas que los bancos ofrecían para los plazos fijos, el Nación haya hecho un retoque al alza, influyendo sobre el resto de las entidades, que copiaron el movimiento.
Hasta hubo quienes ironizaron respecto de si Bessent quiere ganar tasa haciendo carry trade en el mercado argentino -podría ser con tasas de colocación bancaria o comprando bonos a través de sus agentes- y Caputo lo está ayudando.
Aunque, si se trata de suspicacias, las más pesadas no están vinculadas con los pesos que compró el secretario del Treasury, sino con los activos argentinos que compraron fondos de inversión estadounidenses.
La sospecha, que llegó a ser explicitada por economistas de la talla de Paul Krugman, ganador del Nobel, es que Bessent ayuda a la estabilidad del peso porque quiere facilitarle la salida a inversores amigos. Y hasta mencionó a Rob Citrone, dueño de un "hedge fund" que está invertido en valores argentinos
"Si Citrone no aprovecha este préstamo respaldado por contribuyentes para sacar su dinero y correr, es un tonto", dijo Krugman, para quien es obvio que el sistema cambiario argentino está condenado en terminar en una crisis devaluatoria luego de las elecciones y de la salida de inversores amigos de Bessent.