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Los 3 niveles de clase media en Argentina y cuánta plata hay que ganar para pertenecer

Para entender por qué las diferencias son tan grandes hay que mirar detrás de los números: cómo se vive, qué consume y qué expectativas tiene cada subgrupo
Por Damián Di Pace
ECONOMÍA - 20 de Diciembre, 2025

Hablar de "clase media" en la Argentina siempre fue hablar de un actor central. Es el segmento que sostiene el consumo, empuja la movilidad social y transmite valores asociados al esfuerzo, la educación y el progreso. Sin embargo, en los últimos años esa categoría dejó de describir una realidad única: hoy reúne modos de vida, oportunidades y niveles de ingreso que se parecen cada vez menos entre sí.

Con el objetivo de dimensionar esta heterogeneidad, desde Focus Market desarrollamos una clasificación operativa que divide a la clase media en tres subgrupos: Media Baja (MB), Media Media (MM) y Media Alta (MA). Sobre esa base, construimos una canasta específica para cada uno, compuesta por rubros clave: alimentos, vivienda, higiene y limpieza, hogar y tecnología, educación, salud, vestimenta, transporte, servicios, seguros y recreación.

Tres "clases media" en una

Para lograr una estimación realista, incorporamos un margen de imprevistos proporcional a la capacidad económica de cada segmento: 3% del valor total de la canasta en MB y 5% en MM y MA. También contemplamos un margen de ahorro diferenciado: inexistente en MB, de 5% a 10% en MM y de 15% a 20% en MA.

El resultado final muestra una notable disparidad dentro del universo que, en el lenguaje cotidiano, suele englobarse bajo una sola etiqueta: "la clase media".

Hay una notable disparidad dentro del universo que suele englobarse bajo una sola etiqueta: "la clase media"

Es decir, dentro de la misma categoría social conviven hogares que necesitan $2,4 millones por mes para sostener su nivel de vida y otros que requieren más de $11 millones, casi cinco veces más. En términos prácticos, hablar de una única clase media ya no es preciso.

Para entender por qué estas diferencias son tan grandes, debemos mirar qué hay detrás de esos números: cómo se vive, qué se consume y qué expectativas tiene cada subgrupo.

El consumo y las expectativas cambian en cada subgrupo dentro de la clase media

En la Media Baja (MB), la vida cotidiana está definida por la restricción. Alimentos y Hogar explican el 50% de todo el gasto mensual, incluso bajo supuestos moderados: un departamento de dos ambientes en Zona Sur, expensas básicas y un equipamiento tecnológico mínimo (un Smart TV y dos celulares de gama media baja).

La canasta de alimentos responde a hábitos reales de la clase media, que difieren notablemente de la canasta alimentaria del INDEC, por eso es que en el total representa cerca del 24% del gasto.

El rubro Salud aparece en cero porque este segmento depende del sistema público: hospitales y centros de salud gratuitos reemplazan a la medicina privada. En Transporte, aun con un automóvil, predomina el uso de colectivo, tren y subte para contener los costos de combustible y mantenimiento.

Incluso la Recreación es acotada: una sola escapada de fin de semana al año representa casi la mitad de todo el presupuesto asignado al ocio. El margen para actividades regulares es muy bajo y no hay capacidad de ahorro.

En la Media Media (MM) aparece una canasta más diversa y exigente. Educación y Salud crecen con fuerza: los hijos asisten a un colegio semiprivado, y el hogar cuenta con obra social sindical o una prepaga de costo medio.

Hogar y Tecnología y Recreación ganan peso, mostrando un estilo de vida donde se busca confort, conectividad y cierta vida cultural. Los niños pueden hacer una actividad extracurricular, y la familia planifica vacaciones anuales en la costa argentina. La estructura de la canasta en general, es más equilibrada, teniendo mayor libertad de elegir cantidad y calidad de productos/servicios.

En la Media Alta (MA), el salto se produce en casi todos los rubros. La educación es completamente privada, la salud se cubre con planes más completos y costosos, la movilidad diaria requiere dos autos, la vivienda es más amplia o con mejor ubicación y la tecnología del hogar es de gama superior.

La Recreación incluye actividades extracurriculares varias y un viaje al exterior al menos una vez al año para toda la familia.

Es el único segmento con capacidad estable de ahorro o inversión (15% a 20% del ingreso), incluso con un nivel de vida mucho más demandante. Es decir, es el único grupo con verdadera posibilidad de acumulación.

La clase media, un mapa fragmentado con realidades que casi no se tocan

El análisis muestra con claridad que la clase media argentina ya no es un territorio uniforme, sino un mapa fragmentado con realidades que casi no se tocan. Esta brecha es más que un dato estadístico: es un desafío estructural.

Una clase media robusta, con capacidad de consumo, de ahorro, de educar a sus hijos y de invertir en salud y vivienda, es uno de los motores más importantes de cualquier economía. Además, la evidencia internacional muestra que donde la clase media es fuerte hay más confianza social, menor conflictividad, mayor estabilidad política y mayor satisfacción vital.

Por eso, incluso en un contexto de cierta estabilización macroeconómica, no alcanza con que los precios se ordenen: se necesitan políticas que vuelvan a ensanchar la clase media hacia arriba, no hacia abajo.

Eso implica:

  • modernizar reglas laborales para generar más empleo formal,
  • mejorar la competitividad,
  • facilitar el acceso al crédito productivo y a la vivienda,
  • y aprovechar cada ventana de oportunidad política para reducir las barreras que frenan la movilidad social.

Fortalecer a la clase media es más que un objetivo sectorial: es la condición sostener el desarrollo y crecimiento.

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