Despidos y suspensiones: una por una, las empresas que cerraron plantas en el último trimestre
En los últimos meses, la industria argentina comenzó a mostrar señales cada vez más visibles de ajuste y retracción, con una sucesión de cierres de plantas, suspensiones de personal y despidos que atraviesan a múltiples sectores productivos. Si bien cada empresa suele justificar sus decisiones en razones internas o estratégicas, el denominador común que emerge es claro: la caída del consumo interno y la pérdida de competitividad frente al avance de las importaciones.
Un relevamiento reciente de la consultora Sistémica puso números concretos a este proceso. Según el informe, en el último trimestre se registraron 21 casos de cierres, suspensiones o recortes de personal, con un impacto directo sobre 4.382 trabajadores. Las zonas más golpeadas fueron la provincia de Buenos Aires, Santa Fe y el NOA, regiones con fuerte peso industrial.
Despidos y suspensiones: qué fábricas cerraron sus puertas
La crisis alcanzó de lleno a ramas históricas de la producción. En el sector cerámico, Ilva cerró su planta de Pilar, en territorio bonaerense, y dejó sin empleo a 300 trabajadores. También en Buenos Aires, la multinacional Whirlpool, vinculada a la industria metalmecánica, bajó las persianas de su fábrica inaugurada en 2022, con 220 puestos de trabajo afectados.
El rubro autopartista tampoco quedó al margen. Corven avanzó con despidos en su planta de Venado Tuerto, Santa Fe, donde 150 trabajadores perdieron su empleo. A su vez, SKF clausuró su establecimiento de Tortuguitas, en Buenos Aires, con 145 desvinculaciones, mientras que Dana cerró su fábrica de Naschel, San Luis, lo que comprometió 50 puestos de trabajo.
En la industria electrónica, el ajuste se hizo sentir con fuerza en Tierra del Fuego: Newsan despidió a 150 trabajadores de su planta de Ushuaia. En paralelo, el sector de equipos eléctricos sumó el cierre de la fábrica de DBT-Cramaco en Sastre, Santa Fe, donde se perdieron 37 empleos.
La industria láctea también sufrió un golpe significativo. La Suipachense cerró su planta en Suipacha, Buenos Aires, y dejó sin trabajo a 143 empleados. En el rubro alimenticio, la firma Otito dispuso el cierre de su establecimiento en San Pedro, Jujuy, lo que afectó a 40 trabajadores.
El sector textil, uno de los más sensibles a la competencia importada, acumuló varios casos. TN & Platex discontinuó líneas de producción en Corrientes y La Rioja, con 88 desvinculaciones, mientras que Luxo y Vulcalar cerraron sus plantas y generaron un saldo de 168 personas despedidas.
Suspensiones masivas y recesos extendidos
Además de los cierres y despidos, el trimestre estuvo marcado por suspensiones de gran escala. En la industria metalúrgica, Acindar (ArcelorMittal) implementó suspensiones en su planta de Villa Constitución, Santa Fe, que alcanzaron a 200 trabajadores.
En el sector alimenticio, Mondelez frenó la actividad de 2.300 empleados en su planta de General Pacheco, provincia de Buenos Aires, en una de las decisiones más significativas por su volumen.
Por su parte, en el rubro textil, Textilana (Mauro Sergio) suspendió a 175 trabajadores, mientras que Stellantis resolvió adelantar las vacaciones y extender el receso de verano por un mes, hasta el 4 de enero de 2026, en su planta de El Palomar, donde se producen los modelos Peugeot 208, 2008 y Partner, y Citroën Berlingo.
Menos inversión y señales de desinversión
Este deterioro del empleo industrial se da en paralelo a un retroceso de la inversión extranjera directa (IED). Según el balance cambiario del BCRA, entre enero y octubre el flujo neto de IED registró un saldo negativo de u$s1.500 millones, reflejando salidas de capital y procesos de desinversión de empresas ya instaladas en el país.
El fenómeno, advierten los analistas, responde tanto a la cautela frente a los riesgos macroeconómicos y regulatorios, como a una redefinición de estrategias empresarias, orientadas a reducir exposición en mercados percibidos como más volátiles.
"El retroceso de la IED convive con un proceso acelerado de cierre de empresas y achicamiento del entramado productivo local. En el último mes se multiplicaron los anuncios de cierres, suspensiones y despidos, con especial impacto en ramas industriales sensibles a la caída del consumo interno y a la competencia de importaciones", señaló Sistémica.
"El fenómeno no se limita a casos aislados, sino que adopta una lógica sistémica: menor demanda, mayores costos relativos y pérdida de competitividad configuran un escenario en el que muchas firmas optan por reducir operaciones (por lo general, reconversión a actividades de importación) o directamente abandonar el mercado. El resultado es un deterioro del empleo formal y un efecto contractivo adicional sobre la actividad, que retroalimenta la fragilidad económica", agregó el informe.
"La destrucción de activos y capacidades productivas no habilita la reasignación de recursos y creación de nuevas actividades en el modo en que lo sugieren los libros de texto de economía. Genera pérdida de empleo y chatarra productiva porque el capital no es plastilina y las habilidades de los trabajadores no son universales sino especificas", advirtió la consultora.