El dato que el Gobierno está usando para "planchar" al dólar y que se puede dar vuelta en enero
El dólar oficial opera este martes 30 de diciembre a $1480, en la pizarra del Banco Nación. En el segmento mayorista, la divisa se negocia a $1457. En cuanto a los dólares financieros, el contado con liquidación se vende $1527 (+0,1%), y el MEP se ubica a $1484 (+0,2%). Por último, en el segmento informal, el blue se negocia, a $1540.
Para los especialistas de la city porteña, la estabilidad del dólar no se explica solo por una jornada calma o por menor volatilidad, sino por decisiones concretas que reordenan el tablero de corto y mediano plazo. En ese marco, la discusión se corrió de la anécdota de la cotización diaria hacia el "cómo" y el "con qué" se sostiene el equilibrio, especialmente cuando el calendario financiero se vuelve más exigente.
El punto de fondo es que la agenda ya no se limita a desinflar: ahora se mezcla con la necesidad de fortalecer reservas y sostener una transición hacia un esquema que el Gobierno presenta como compatible con una remonetización prevista para 2026. Esa combinación abre una tensión inevitable: sumar dólares sin recalentar el tipo de cambio ni generar presión inflacionaria, mientras se mantiene la credibilidad del programa.
En paralelo, aparecen señales de una reconfiguración de la estrategia oficial: por un lado, un accionar del Tesoro que el mercado lee como clave para explicar la estabilidad reciente; por el otro, un paquete de lineamientos del Banco Central que busca ordenar reglas, dejar menos espacio a la discrecionalidad y responder a reclamos de previsibilidad, reservas y consistencia macro.
Con ese telón de fondo, la pregunta que ordena la nota es simple, pero filosa: qué tan sostenible es la calma del dólar cuando el esquema exige reservas, cuando el margen de maniobra depende de la disponibilidad de divisas y cuando, al mismo tiempo, la dinámica monetaria exige que la demanda de pesos acompañe para que el proceso no se traslade a precios. A partir de ahí, el mercado vuelve a mirar el mismo triángulo: dólar, reservas y expectativas sobre 2026.
La calma del dólar con sostén fiscal
Desde Ecolatina señalaron que, en una semana corta, el panorama cambiario-monetario cerró sin grandes novedades, con el tipo de cambio oficial finalizando en $1.452,5, apenas 0,2% por encima del viernes anterior y en el valor más alto desde comienzos de mes. En términos de dinámica, sus analistas apuntaron que el dólar oficial se mantuvo varias ruedas en torno a niveles similares, un comportamiento que el mercado vincula a un anclaje más activo.
Para Ecolatina, detrás de esa estabilidad no descartaron que el Tesoro haya persistido con ventas en el mercado oficial. Los expertos de la consultora explicaron que, siguiendo los últimos datos, Hacienda habría vendido USD 200 millones entre el 17 y 18, y al menos otros USD 12 millones el viernes posterior, lectura que se deduce de los movimientos del stock de depósitos y de los flujos relevados con la información disponible.
En esa línea, desde Ecolatina detallaron que el stock de depósitos en dólares del Tesoro en el BCRA habría pasado de USD 2.077 millones (16/12) a USD 1.869 millones (19/12). Ese descenso es clave porque exhibe el "combustible" utilizado para sostener el tipo de cambio, en un momento en el que el Tesoro enfrenta un calendario de pagos exigente.
El dato se vuelve más sensible porque, según Ecolatina, en la segunda semana de enero vence deuda soberana por USD 4.200 millones, por lo que los depósitos actuales cubren 44% de esos vencimientos. Sus analistas agregaron que esa cobertura podría subir a 60% si ingresaran USD 700 millones por la privatización de las hidroeléctricas, pero el punto central permanece: la estabilidad cambiaria reciente convive con un uso de dólares que achica el colchón para enfrentar compromisos.
Regla cambiaria y programa de reservas
Desde GMA Capital señalaron que el anuncio del Banco Central sobre la profundización del esquema de agregados monetarios fue, además, una señal sobre la fase de remonetización prevista para 2026. Los especialistas del bróker explicaron que, bajo el nuevo régimen, el techo relevante del esquema cambiario queda condicionado por un insumo decisivo: el sendero de la inflación, motivo por el cual plantearon tres escenarios con base en el REM y estimaciones propias.
Para GMA Capital, las novedades no terminaron en la regla: el BCRA avanzará en paralelo con un programa de acumulación de reservas consistente con la evolución de la demanda de dinero y la liquidez del mercado cambiario. Sus analistas apuntaron que la autoridad monetaria aclaró que la ejecución diaria del esquema se alineará con una participación del 5% del volumen diario del mercado de cambios, buscando sostener el proceso de remonetización.
Los expertos de la sociedad de bolsa explicaron que, además, continuará la normalización gradual de la política de encajes, en línea con la estabilidad de precios y la recomposición de la intermediación financiera. Ese punto apunta a reforzar el funcionamiento del sistema y a ordenar condiciones monetarias sin forzar desequilibrios en un mercado que sigue muy atento a señales de consistencia.
En conjunto, para GMA Capital, el paquete de medidas se orientó a dos reclamos que ya venían apareciendo: un programa creíble que mantenga al dólar alejado de la banda y un esquema que permita reforzar las arcas del Central. En otras palabras, una búsqueda explícita de reglas para estabilizar expectativas, pero con la condición de que el programa logre, efectivamente, conseguir dólares y que la demanda de pesos acompañe.
El desafío de conseguir divisas
Los especialistas del bróker advirtieron que el programa de fortalecimiento de reservas implica un corrimiento en el eje de la política económica: desde una estrategia centrada en la desinflación hacia un enfoque más balanceado, orientado a fortalecer la consistencia macroeconómica, aun a costa de que la desaceleración inflacionaria sea más gradual. Para GMA Capital, el punto es que la acumulación de divisas se vuelve condición de credibilidad, no solo una meta operativa.
En ese marco, desde GMA Capital señalaron que el esquema deja interrogantes concretos. Sin un plan de compras claro, la acumulación depende de que haya dólares disponibles y de que la demanda de pesos permita absorber la emisión sin presionar sobre precios. La primera alerta está del lado de las divisas: sus analistas apuntaron que las reservas netas a valor de mercado (excluyendo oro y DEGs) alcanzan un rojo de USD 7.367 millones.
A esa fragilidad se suma, según GMA Capital, el perfil de vencimientos: en 2026 vencen USD 12.633 millones, asumiendo un rollover de organismos internacionales excepto FMI. Para sus especialistas, la clave es qué mecanismos permitirán generar esas divisas, porque la disponibilidad efectiva condiciona el ritmo y la potencia del programa de acumulación.
Además, desde GMA Capital plantearon que la posibilidad de hacerse de dólares vía superávit de cuenta corriente luce acotada: en 2025, siete de los diez meses publicados registraron déficit. Y sobre competitividad, si bien el esquema cambiario garantizaría un tipo de cambio real mayor con Estados Unidos (12% de ponderación en el TCRM), no hay certezas frente a otros socios; en particular, señalaron el riesgo de un eventual atraso frente a Brasil, que representa un tercio del TCRM, con implicancias sobre importaciones, exportaciones y disponibilidad de divisas.
La variable que puede definir al dólar: demanda de pesos, señoreaje y el límite de la estabilidad
Para GMA Capital, el otro gran condicionante del programa es la demanda de dinero. Sus analistas explicaron que, para que el Banco Central pueda seguir comprando dólares sin generar presiones inflacionarias, los pesos emitidos para adquirir divisas deben ser absorbidos por la economía. En este esquema, la acumulación de reservas se financiaría mediante emisión monetaria, lo que genera un ingreso para el Estado conocido como señoreaje.
Los expertos de la sociedad de bolsa detallaron que, a diferencia de episodios anteriores, si la demanda de pesos crece al mismo ritmo que la emisión, el proceso no tendría impacto inflacionario y el señoreaje sería positivo, asociado a una mayor monetización. En cambio, si la emisión supera la demanda de dinero, el ajuste se daría vía precios, dando lugar a un señoreaje de carácter inflacionario, con el consiguiente riesgo de tensión sobre el tipo de cambio.
En ese escenario, según GMA Capital, el Gobierno enfrentaría dos caminos: profundizar la esterilización —con mayor endeudamiento del Tesoro o del propio BCRA— o frenar el ritmo de compras, lo que dilataría la recomposición de reservas. También subrayaron que la temporalidad importa: aun con demanda de pesos dinámica, la falta de dólares disponibles puede trasladar el ajuste hacia tasas de interés más altas.
En paralelo, desde Ecolatina ubicaron el pulso de corto plazo en el comportamiento de las reservas y en señales del mercado que acompañan la dinámica del spot. Sus analistas apuntaron que las Reservas Netas (según su definición operativa) se habrían ubicado en torno a USD 1.300 millones. En síntesis, el mapa que deja esta etapa combina dos planos: el "hoy", donde el Tesoro habría actuado para sostener estabilidad; y el "2026", donde la trayectoria del dólar y de las reservas dependerá de un equilibrio delicado entre disponibilidad de divisas y absorción de pesos.