Crisis del dólar en el mundo: ¿un Pearl Harbor económico?
Cayó como una bomba inesperada entre inversores y analistas del mundo cuando el Banco Central de China predijo que el dólar está a punto de perder su status como la moneda líder global y que la entidad iba a comenzar a mirar otros billetes a la hora de atesorar reservas.
Léase: existe la posibilidad de que el Gobierno del gigante asiático se desprenda de multimillonarias cantidades de dólares y eso haga que se desplome a valores inimaginables.
"Favoreceremos a las monedas fuertes sobre las débiles y en consecuencia reajustaremos", expresó Cheng Siwei, vicepresidente del Congreso Nacional Popular de China, en una conferencia en Pekín. "El dólar está perdiendo su estatus como divisa mundial", afirmó en el mismo foro Xu Jian, subdirector del Banco Central de ese país.
Para entender la magnitud de semejante declaración cabe destacar que:
- Tras un conflicto político, China amenazó con vender de golpe todas las reservas que tiene en bonos del Tesoro norteamericano, una cifra que se acerca a los 900.000 millones de dólares.
- Esos papeles de deuda son los que compra el gigante asiático con los dólares que recibe por la venta de sus productos al mercado norteamericano y, a su vez, son los que financian el déficit comercial norteamericano, en alza.
- China inunda de productos a los EEUU, consiguiendo un superávit comercial bilateral descomunal: 250.000 millones de dólares anuales (unos u$s5.000 millones semanales), según los propios datos de U.S. Census Bureau (Departamento de Censos de EEUU).
La amenaza número uno
Para el Gobierno norteamericano su principal temor esta vez no es Gran Bretaña, Alemania, Arabia Saudita, Rusia o Irak. China es la bestia que le respira en la nuca. Y tiene sobradas razones para tener miedo, o al menos estar preocupados: sin la voluntad del gobierno chino para comprar cantidades casi ilimitadas de bonos de Tesorería Norteamericanos, dejaría de existir el milagro del gasto estadounidense y se derrumbaría el crecimiento económico.
En otras palabras, sin China, el poderío de los EEUU perdería una gran parte de su influencia económica.La mayoría de las reservas de divisas de China está invertida en deuda nominada en dólares, tales como los bonos del Tesoro de EE.UU., que son considerados las inversiones más seguras del planeta.
Pero ahora, muchos funcionarios en Washington están más que preocupados por lo que China pueda llegar a hacer con esa tenencia, más aún ante la posibilidad de que algunos países emergentes descontentos con las condiciones de los créditos del Fondo Monetario Internacional, opten por pedir préstamos al gigante asiático. Ello aumentaría aún más la influencia que posee sobre los mercados, en particular los emergentes.
Hasta ahora, Beijing se ha comportado como un comerciante que decide extender el crédito a sus clientes. Los norteamericanos reciben de ese país equipos electrónicos baratos, juguetes, ropa interior y un sinfín de productos. Como contrapartida, los chinos no importan un volumen comparable de mercancía norteamericana.
Los chinos están satisfechos realizando la compra de los Bonos de la tesorería norteamericana, que en parte se llevan a cabo para mantener a su principal cliente a flote.
Las reservas en divisas de China, estimadas en 1,43 billones (millón de millones) de dólares en septiembre, son las mayores del mundo. Se estima que están constituidas en un 70% en dólares, principalmente en bonos del Tesoro americano.
Los chinos han mirado hacia delante con gran paciencia a medida que su mejor cliente perdía gradualmente su habilidad para proveer mercancías. Pero los hombres en el poder en Beijing no pueden ser indiferentes al declive del dólar. Esto devalúa las reservas en esa moneda del Banco Central, generada por la máquina de exportaciones chinas.
Para los Estados Unidos, una decisión por parte de los chinos de abandonar el dólar sería equivalente a Pearl Harbor sin la guerra. Representaría un desafío hacia la economía mundial, hasta ahora más grande, por parte de la economía mundial de crecimiento más rápido.
Millones de personas verían el sufrimiento plasmado en su estándar de vida como resultado de esto, y la confianza norteamericana, ya tambaleante, decaería aún más. Los Estados Unidos recibirían un serio golpe en su propio terreno, la economía y el dólar caería a valores inimaginables.
"Los norteamericanos no pueden echar culpa a Beijing por sus problemas. Los chinos no son exactamente kamikazes políticos, armando un plan secreto de ataque sobre el dólar. Al contrario, las preparaciones están llevándose a cabo a plena vista", señala un analista en The Business Week, que además sostiene: "lo que los chinos educadamente dijeron a los norteamericanos significa simplemente que a menos que algo suceda (haciendo referencia a un cambio), el infierno se va a desatar".De vendedor a comprador
Con el correr de los años, la economía norteamericana ha sufrido coletazos, que comenzaron con el surgimiento de las economías asiáticas – primero Japón, luego China y ahora India.
Estados Unidos, que en algún momento fuera una orgullosa nación exportadora, se ha transformado en el más grande importador a nivel mundial. En tan sólo 15 años, desde 1992 hasta 2007, el balance de intercambio deficitario de los Estados Unidos de Norteamérica se ha incrementado de 84.000 millones de dólares a una cifra que roza los 800.000 millones de dólares.
En pocos años, el prestamista más grande del mundo (EEUU) se ha transformado en el prestatario número uno del globo.
Analistas internacionales manifiestan que el comentario de la semana pasada realizado por un oficial del Banco Central Chino es interpretado como una advertencia, no una amenaza. De hecho, China no tiene otra opción más que responder, dado el actual debilitamiento del dólar. Por estas razones, un ataque sobre la economía norteamericana es un evento que ya varios economistas consideran como probable. Historia
- Plano político
Estados Unidos hace tiempo que presiona a China para que ajuste su tipo de cambio y haga menos competitiva su producción, para disminuir así su creciente déficit comercial con el gigante asiático. Después de varias visitas de funcionarios de primer nivel de la administración Bush a Beijing y sin respuestas favorables, Estados Unidos amenazó tiempo atrás con sanciones comerciales. La respuesta china fue fulminante: amenazó con vender de golpe todas las reservas que tiene en bonos del Tesoro estadounidense, por unos u$s 900.000 millones.
- Plano comercialCuando la fabrica Mattel sufrió un duro revés por el alto contenido de plomo de sus juguetes, Estados Unidos ordenó retirar del mercado varios millones de juguetes fabricados en China por contener pintura con elevados niveles de esa sustancia al considerarlos peligrosos para los menores de edad. China reaccionó prohibiendo la importación de tres marcas de galletitas Arnott’s, de la estadounidense Campbell Soup, argumentando que unas 3,6 toneladas de ese producto contenían excesivos niveles de aluminio. Estados Unidos frenó el ingreso de alimentos para mascota, pasta dentífrica y fármacos fabricados en el gigante asiático. China respondió destruyendo carne proveniente del gigante americano.
En 1941, un ataque japonés en la flota del Pacífico de los EEUU en Pearl Harbor había sido inimaginable, amén de que la inteligencia de los Estados Unidos hubiera recogido pistas de que sucedería. En aquél momento, Washington estaba convencido de que los japoneses no se atreverían a montar un ataque sobre un blanco que se encontrara a 5.000 millas de distancia, y por otro lado creían que resultaría un fracaso en el evento de que decidieran realizarlo. Las tripulaciones de los barcos norteamericanos estaban durmiendo mientras se acercaban los bombarderos japoneses a Pearl Harbor.
Analistas del mundo temen que por razones políticas, más allá de las económicas producto del debilitamiento del dólar, que un hecho inesperado encuentre dormido a más de un inversor y lo que por ahora resulta una "advertencia" termine ocurriendo con el pasar del tiempo.