Inédito: una petrolera argentina solicitó su propia quiebra por una situación financiera "irreversible"
President Petroleum, una empresa con operaciones en varias provincias de la Argentina, decidió solicitar su propia quiebra. La decisión, que se venía gestando en un escenario de profunda crisis económico-financiera, fue aprobada por unanimidad en una asamblea extraordinaria de accionistas celebrada este lunes y que en breve deberá ser comunicada al mercado. Las razones de la medida refleja una sucesión de imprevistos operativos y resultados negativos que, en opinión de los accionistas, dejó a la compañía sin "otra alternativa".
La asamblea concluyó que President Petroleum había agotado todas las instancias de negociación y alternativas legales. Se determinó que la situación era de "cesación de pagos generalizada, irreversible y actual", lo que justificaba la presentación judicial de su propia quiebra. La decisión se tomó, en parte, para evitar una pérdida económica y financiera aún mayor que resultaría de una parada total de su única operación rentable en Puesto Flores.
Desde principios de año, la situación de la empresa se había deteriorado drásticamente. A pesar de una serie de medidas de reducción de costos, como la disminución de empleados y la sustitución de contratistas de operación y mantenimiento, la compañía no pudo hacer frente a una combinación de factores externos e internos. El más difundido recientemente fue el derrame de un pozo en la salteña Lomas de Olmedo, cuya remediación estimada en 15 millones de dólares es aún incierta.
Uno de los principales problemas se centró en su yacimiento más rentable, Puesto Flores en la provincia de Río Negro, donde la empresa sufrió reiteradas e imprevistas interrupciones eléctricas por parte de su proveedor, Transcomahue.
En los primeros cinco meses de 2025, la pérdida de producción de petróleo por estos cortes superó a la de todo el año 2024. A este escenario se sumó una falla inesperada en el segundo pozo más productivo de Puesto Flores, y en otro en Estancia Vieja, lo que provocó una pérdida de producción y un costo de intervención cercano a un millón de dólares.
A los problemas propios, la caída de precios del crudo
La compañía también tuvo que enfrentar un panorama de precios muy adverso. El precio de venta del crudo disminuyó significativamente, pasando de 68 a 58 dólares por barril para la producción de Río Negro, y de 65 a 52 dólares para la de Salta. Esto impactó directamente en sus ingresos y en su flujo de caja, dejándola sin oxígeno financiero.
El cese de operaciones, sin previo aviso, de Refinor, la única refinería a la que vendía la producción en la región de Salta, obligó a la empresa a enfrentar una nueva reducción del precio de venta del crudo y mayores costos de transporte. A esto se le añadió un aumento de la inflación y los costos salariales que no pudo ser compensado, erosionando aún más sus márgenes de ganancia.
En la madura Concesión de Puesto Guardián en Salta, una reducción imprevista de la producción a partir de ciertos pozos estaba generando una pérdida de 110.000 dólares mensuales, con la preocupante proyección de que la cifra iría en aumento. El costo de cualquier trabajo de remediación en esta remota ubicación se consideró antieconómico.
Por su parte, la Concesión Puesto Prado en Río Negro también presentaba pérdidas mensuales de 50.000 dólares, y nuevos estudios geológicos habían determinado que la perforación de nuevos pozos no era rentable. La concesión Las Bases, también en Río Negro, se encontraba inactiva y con costos fijos, sin una dirección clara por parte de la provincia para su reversión.
El difundido escape en un pozo, un imprevisto muy caro
Su principal cliente en Río Negro cambió unilateralmente las condiciones de pago, pasando de 15 a 30 días, lo que afectó gravemente la liquidez. Paralelamente, los proveedores, conscientes de la fragilidad de la empresa, comenzaron a exigir pagos por adelantado y aumentos de costos, amenazando con retener servicios clave. A esta difícil situación se le añadió la falla del pozo más productivo de Puesto Flores, que generó una pérdida de más de 1.5 millones de dólares y continuaba sin recuperarse del todo.
El golpe de gracia llegó a través de una serie de eventos que comprometieron la viabilidad misma de la compañía. En mayo de 2025, un escape de CO2 en un pozo antiguo en la Concesión de Puesto Guardián en Salta requirió costosos trabajos de seguridad y generó reclamos de la provincia. La magnitud del problema era tal que, si la empresa era determinada como responsable, el costo del eventual pozo de alivio sería inasumible.
El retiro de una línea de crédito de 950 millones de pesos por parte del Banco Hipotecario, debido a regulaciones del Banco Central, fue la puntada final. Para restablecerla, la compañía debía exhibir un patrimonio neto positivo.
Sin embargo, los abogados especializados en el evento de Salta recomendaron constituir provisiones significativas, las cuales, por su magnitud, harían imposible el restablecimiento de la línea de crédito, privando a la empresa del tiempo necesario para estabilizar su producción. Esto, a su vez, impidió llegar a un acuerdo con los tenedores de Obligaciones Negociables, quienes condicionaban la reorganización de pagos a la restitución de la línea de crédito.