"Vamos a seguir sufriendo": el Gobierno espera otro verano difícil por picos de demanda eléctrica
"El país no cuenta con la suficiente potencia instalada como para pasar los picos de demanda de forma tranquila, por el alto requerimiento de esos meses vamos a seguir sufriendo y a continuar generando en el corto plazo medidas que son solo paliativas", afirmó la secretaria de Energía, María Tettamanti luego de que el Comité de Seguimiento del Plan de Contingencia 2024-2026 retomara las reuniones con vista al período diciembre-marzo.
Luego de que en el útimo verano el sistema demostró estar al límite de su capacidad en todos los segmentos, desde la limitación de generación, los cuellos de botella en el transporte y los años de desinversión en la distribución, la situación vuelve a plantearse para la siguiente temporada a la espera de un guiño del clima que evite largos períodos de calor extremo.
Ante de la falta de obras estructurales que hayan cambiado este año el panorama, la Secretaría de Energía no tiene otros instrumentos que intentar gestionar el pico de demanda de energía en el verano mediante un incentivo económico a las empresas para tener disponibles los equipos antiguos del sistema y de trabajar sobre la demanda de los sectores no prioritarios, es decir la industria.
En febrero pasado, el sistema alcanzó el récord histórico de demanda al superar los 30.000 Mw, una situación que llevó al extremo la capacidad de respuesta y obligó a la compra de energía eléctrica a los vecinos Brasil, Paraguay y Bolivia durante muchas jornadas, lo que no evito los cortes reiterados en distintas regiones del centro y norte del país.
Cortes de luz y el plan de contingencia
A partir de ahora, el Comité de Seguimiento retomó la tarea de analizar las medidas posibles a tomar el próximo verano con reuniones al menos quincenales de las que participan el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA), agentes generadores, transportistas, distribuidoras y grandes usuarios.
Para el mes próximo se espera que Cammesa emita un primer informe estacional en el cual se proyecta la demanda del sistema en base a las previsiones meterológicas, a partir de lo cual se adoptan las medidas de mitigación posibles. Un clima de calor extremo dispara el consumo, pero si se extiende por más de 5 o 7 días corridos la presión demostró es fatal para las instalaciones.
Con la capacidad de reserva en minimos históricos, cualquier incidente en la red se traduce en cortes de servicio con la consecuente afectación de familias, comercios y empresas, algo que se solucionará gradualmente en los próximos años si se empiezan a concretar las obras previstas.
En ese sentido, la Secretaría de Energía tene en marcha una licitación para implementar un inédito sistema de almacenamiento en manos de las distribuidoras Edenor y Edesur, en el área metropolitana, por 500 Mw que se podrán inyectar en los momentos de mayor estres del sistema, pero ese equipamiento no estará disponible en menos de un año.
Sistema eléctrico al límite
Pero más allá de la distribución, el problema también se advierte en la capacidad de transporte lo que limitó en los últimos años la construcción de nuevas plantas de generación, salvo las vinculadas a las energías renovables que utilizan la escasa disponibilidad en distintos puntos de la red.
Al respecto, la Secretaría tiene previsto lanzar antes de fin de año o a comienzos del próximo los pliegos licitatorios para la construcción de las tres obras prioritarias de transporte eléctrico de alta tensión, pero que de la misma manera demandarán plazos de entre 18 y 24 meses.
Se trata de AMBA I, que mejorará la capacidad de abastecimiento en el Área Metropolitana de Buenos Aires que concentra el 40% del consumo eléctrico nacional; la Línea de 500 kV Río Diamante – Charlone – O’Higgins, que permitirá evacuar parte de la generación de Comahue; y la Línea de 500 kV Puerto Madryn – Choele Choel – Bahía Blanca, que mejorará la conexión entre la Patagonia y el sistema troncal.
Finalmente, es intención del Gobierno generar también las condiciones para la construcción de nueva capacidad de generación térmica de manera de fortalecer la oferta de potencia, lo cual no sólo requiere de inversiones millonarias sino que se producirá en momentos de ala demanda global de las turbinas generadoras que retrasa cualquier proyecto en al menos dos años.
A tono con la decisión de no comprometer gasto público en este tipo de obras, el Gobierno se limitará a crear un ambiente regulatorio confiable para fomentar la inversión privada en todos los eslabones de la energía y a generar un mercado donde los inversores y financistas extranjeros vean oportunidades con un marco estable.
Este proceso se da en un marco de normalización del sistema eléctrico que retome el esquema de libre mercado, sin la inervención omnipresente de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) que permite que las distribuidoras puedas comprar la energía para sus clientes de acuerdo a las condiciones de mercado, para lo cual se espera en breve que el Gobierno de a conocer nuevos lineamientos de esa transición.