Arriazu: "Las cifras falsas del PBI impactarán negativamente en la imagen del país"
El economista Ricardo Arriazu coincidió con su colega Ariel Coremberg en que el Gobierno modificó los mecanismos de medición de las variaciones del Producto Bruto Interno (PBI) para mostrar porcentajes de crecimiento más altos y favorables.
"Sus estimaciones dan casi idénticas a las nuestras", aseguró.
El reconocido consultor confirmó que a partir de 2008 se advierten variaciones en los indicadores difundidos por el Gobierno, con una evidente tendencia a demostrar un crecimiento superior al real.
Según Arriazu, la brecha entre la medición oficial y la que advirtió su equipo es de un 15% acumulado (similar a la que verificó Coremberg).
"Modificaron todo para que den números altos, lo que implica consecuencias en el pago del cupón de PBI, y eso será un problema", dijo. Al referirse a los números de 2009, expresó: "Si dan negativos el empleo y la demanda de energía, no se pudo haber crecido, pero oficialmente creció", apuntó en declaraciones publicadas por La Nación.
Destacó además que el estudio difundido el jueves, al ser un trabajo conjunto de la Universidad de Buenos Aires con la de Harvard, va a tener un eco internacional que "impactará sobre la imagen de la Argentina".
El tema se deslizó en la exposición que Arriazu brindó en el ciclo Descifrando el Futuro, organizado por el Banco Industrial.
Planteó al auditorio que el mundo está creciendo y sigue siendo favorable para la Argentina, aunque posiblemente menos porque se espera una caída de los precios internacionales debido a una cosecha mucho mayor de lo habitual. Reconoció preocupación por la caída de reservas del Banco Central, que ya es tendencia instalada.
"Quedarán muy pocas para 2015, pero quedarán", advirtió, al cruzar los caminos de la economía con los del recambio presidencial. Más dudas sembró hacia 2016 si no hay un giro de timón. "Si no lo hace el Gobierno, lo hará el mercado", vaticinó.
Pero también, relata La Nación, reconoció que las medidas por tomar, si se quiere reencauzar la economía, son "extremadamente impopulares" y duda de que este gobierno las tome. Porque, describió, una de las primeras debería ser un aumento de tarifas, lo que implicaría una baja del salario real.
Ante la coyuntura electoral del mes próximo, dejó a los politólogos el dilema de la reacción del Gobierno ante una eventual derrota. Como economista, advierte un probable escenario con desdoblamiento del tipo de cambio. Pero hoy está convencido de que no habrá modificaciones. "Seguirán con el esquema actual", arriesgó.
Explicó que la gente compra dólares porque el que creyó y se quedó con pesos "fue estafado". Ahora, con el cepo, dijo que no hay muchos cambios porque el mensaje al ahorrista es "quedate piola para que te estafen".
Arriazu también cuestionó el blanqueo, al que consideró "el más barato de la historia", pero admitió que quienes tienen capitales en el exterior los mantienen allí por la falta de confianza en el país.
En esa misma línea, el economista dijo al matutino que se declara enemigo de los blanqueos, pero admitió que en algún momento habrá que normalizar la situación. "Debe ser después de diez años de superávit fiscal, cuando el Gobierno no necesite esa plata", consideró.
Se guardó para el final lo que llama el gran desafío, que es el aprovechamiento del potencial que tiene el país en recursos energéticos: segundo en gas y cuarto en petróleo a nivel mundial, según estudios recientes.
Dijo que esas reservas equivalen al 11% de los recursos del mundo, 22 veces el PBI argentino y 243 años de cosechas del país. Por eso habló de grandes oportunidades, pero planteó su temor porque aquí no hay una discusión de fondo del tema. Y un peligro: "El gobierno se convirtió en un botín de guerra, con muchos aspirantes a tenerlo", señaló.