Finalmente, la brasileña OGX provoca la mayor quiebra en la historia de América latina
La petrolera OGX del atribulado millonario brasileño Eike Batista solicitó protección judicial frente a sus acreedores, en la mayor quiebra corporativa en la historia de América Latina.
El pedido, confirmado por el tribunal de Río de Janeiro, llega luego que OGX fracasó en llegar a un acuerdo con sus acreedores para renegociar parte de sus deudas por u$s 5.100 millones.
El procedimiento abre un nuevo capítulo en el derrumbe del imperio industrial de Batista, desmembrado en los últimos meses por el empresario brasileño después que decepcionantes resultados en sus pozos de petróleo mar adentro provocaron una crisis de confianza entre los inversores.
Si el tribunal de quiebra aprueba el pedido, OGX tendrá 60 días para presentar un plan de reestructuración corporativa.
Los acreedores de la empresa, entre ellos Pacific Investment Management Co, el fondo de bonos conocido como Pimco que tiene sede en California, BlackRock Inc y otros, tendrán 30 días para respaldar o rechazar el plan.
Es improbable que la bancarrota de OGX tenga un impacto significativo para la economía de Brasil. Después de todo, la compañía apenas salió de su fase de emprendimiento, casi no produce crudo y la mayor parte de su deuda está en manos de tenedores de bonos extranjeros.
Pero el futuro de otra empresa de Batista, el astillero OSX Brasil, depende casi enteramente de OGX, cuyo valor de mercado se hundió en casi u$s 45.000 millones desde su mayor nivel en octubre de 2010.
El desplome de las acciones de la petrolera, que cayeron más de un 26%, volvieron a arrastrar ayer a la Bolsa de San Pablo al terreno negativo.