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Dólar e inflación: qué es el temido "pass through" y cuánto de la devaluación fue a precios

Hay algo peor a sufrir una devaluación descontrolada: que luego sobrevenga una escalada inflacionaria que borre la competitividad buscada
25/07/2018 - 10:59hs
Dólar e inflación: qué es el temido "pass through" y cuánto de la devaluación fue a precios

Lo saben todos los ministros de economía argentinos. Hay algo peor a sufrir una devaluación descontrolada: que luego sobrevenga una escalada inflacionaria de modo tal que la suba del dólar ni siquiera sirva para devolverle competitividad a la economía.

Es por eso que el debate entre los expertos suele dividir las devaluaciones en las categorías de "exitosas" o "fracasos", según qué tan rápido se produzca el contagio a precios.

Esto es, precisamente, lo que se trata de establecer en estos días. Por ahora, hay indicios de que la inflación post-devaluación es relativamente suave, aunque esto no significa que no hayan desaparecidos los motivos de preocupación.

En medio de la tormenta cambiaria suelen escucharse voces de distintos sectores de la producción y del comercio que enfatizan el hecho que el alza de los precios va muy por detrás del camino recorrido por la divisa estadounidense.

Sin ir más lejos, desde las compañías alimenticias más grandes del país advierten que el valor que actualmente pagan los consumidores por los artículos contempla un dólar cercano a los $22,50.

El atraso que estarían mostrando los valores en las góndolas respondería a un hecho: la caída de la demanda pone un fuerte freno al repunte de los precios.

"Tenemos que aumentar de a cuenta gotas, ya que es imposible vender a los valores reales. Es decir, a los que reflejarían el impacto de la suba del dólar, la paritaria y la inflación acumulada en nuestra estructura de costos", afirma a iProfesional el ejecutivo de una las firmas líderes del sector.

Las apuestas sobre el "pass through"

Hoy día, el eje del debate gira en torno de una expresión en inglés a la que se apela para analizar los efectos de una devaluación: el "pass-through", que refiere a su traslado a los precios de los bienes y servicios.

Este efecto contagio es uno de los más temidos por funcionarios, ya que se traduce en constantes remarcaciones, producto de la suba de costos que enfrentan las empresas.

En tanto, en la población va creciendo la percepción de que todo se va encareciendo cada día un poco más, ante un billete verde que no logra estabilizarse.

Ante esta presunción, que muchas veces se concreta en la realidad, nadie quiere perder rentabilidad y entonces comienza a regir la "teoría de los aumentos preventivos".

El hecho de que la inflación se exacerbe luego de un aumento del dólar dejó de ser una sorpresa en Argentina, más allá del signo político que gobierne.

El pasado reciente así lo indica:

- En febrero de 2014, durante la gestión de Axel Kicillof como ministro de Economía, hubo una devaluación del 23%. Luego, el índice de precios de ese año escaló al 38%, según el IPC de la Ciudad de Buenos Aires.

- En diciembre de 2015, con Alfonso Prat Gay, el repunte de la divisa fue del 35% (salida del cepo), mientras que el índice inflacionario se ubicó en el 41% en 2016.

"El pass through es típico de países como la Argentina en los que una gran cantidad de bienes son importados o buena parte de su producción se rige por costos en dólares", apunta Ariel Barraud, del IARAF,

"En Argentina, como en otras naciones con procesos de inflación alta, la población deja de considerar a su moneda como resguardo de valor. Con el correr de los años, esto lleva a que tampoco sea tomada como unidad de medida", completa.

La experiencia local muestra que, en promedio, el pass through tras una devaluación es del orden del 20%, siendo este un porcentaje que se ubica por encima de la mayoría de los países de la región.

Esa cifra está sujeta a la evolución de diversos factores. Entre ellos, el posterior logro (o no) de un tipo de cambio estable. También, si existen mecanismos automáticos de ajuste para determinados precios.

Mentes dolarizadas

"Argentina tiene una larga historia de inestabilidad macroeconómica. A raíz de ello, la unidad de reserva de valor dejó de ser el peso y los ahorros se protegen en dólares", señala Gabriel Caamaño Gómez, del Estudio Ledesma.

Esto no ocurre en otros territorios, como Brasil, en los que además de pensar en su moneda se fomenta el mantenimiento de tasas reales positivas. Esto ayuda a que el pass through sea bajo.

En la nación vecina, en el primer semestre la divisa estadounidense trepó 18% (desde 3,31 reales a casi 4), mientras que la inflación en ese lapso fue de 1,3%.

"Respecto a otros países, en la Argentina el tipo de cambio impacta más en los precios al tener un entorno inflacionario elevado, la credibilidad del Banco Central y su política monetaria es baja y nuestra economía es bimonetaria", indica el analista Martín Alfie.

Más allá de la relación que mantienen los productos transables (los que se importan o exportan) con el dólar, existen otros que -por efecto directo o indirecto- también responden al movimiento del tipo de cambio.

Esa larga lista engloba desde alimentos, combustibles y energía hasta las propiedades.

Desde Ecolatina, Matías Rajnerman y Lorenzo Sigaut Gravina analizaron que sucedió con el pass through en dos períodos:

- Tras la devaluación en la previa a las elecciones primarias (PASO) 2017

- La que tuvo lugar a principios de este año

En el primer caso alcanzó el 27%. En el segundo, varios puntos más: 35%.

¿Por qué esa diferencia? En gran medida porque:

- En el primer caso, el público interpretó que se trataba de un repunte transitorio. Es decir, no se instaló la percepción generalizada de que el tipo de cambio había alcanzado un nuevo piso

- En segunda término, ante la creencia de que la recuperación económica era incipiente, mientras que a comienzos de este año la actividad todavía parecía marchar a paso firme

"El hecho de que la dinámica de la economía se corresponda con un crecimiento genuino, en lugar de un rebote, alienta el traslado a precios", afirman.

La inflación al acecho

En cuanto a lo sucedido en el primer semestre, el tipo de cambio acumuló una suba que, en su punto más alto, tocó el 55%, frente a un IPC del 16%.

En otras palabras, el traslado a precios ha sido del 33%.

"La inflación se aceleró en el segundo trimestre en relación al primero, alcanzando un promedio mensual del 2,8%, generado principalmente por el pass-through", indican desde el Banco Central.

"En efecto, el precio de los bienes subió 4,6% mensual mientras que el de los servicios lo hizo 2,2%, reflejando el mayor carácter transable de los primeros", completan.

Para el analista Caamaño Gómez, julio va a marcar un registro alto, arriba de 3%.

"De ser un 3,2%, el acumulado para los primeros siete meses será 19,7%. En virtud de ello, se necesitará una inflación mensual menor a 1,4% en los últimos cinco meses para que el IPC no llegue al 30% anual", advierte.

En igual sentido, desde la consultora Elypsis prevén un registro cercano al 3% para julio, "ante la persistencia de la inflación núcleo, la continuación del efecto pass-through y el incremento en combustibles".

Desde Ecolatina, indican que como el traslado es un proceso y no un salto discreto, el impacto del dólar también se sentirá en los próximos meses.

"La inflación se ubicaría este año en la zona del 28 al 30%, superando ampliamente a la de 2017, que fue del 24,8%", recuerdan.

Para el economista Daniel Heyman, "el pass-through hasta ahora viene siendo moderado". Y entiende que esto es producto de la caída de la demanda interna.

Su impacto en el acuerdo con el FMI

Un factor que se suma al actual proceso de pass-through es su impacto en el acuerdo que firmó el Gobierno con el FMI.

Según lo pactado, si se supera el límite superior de la banda interna del 29% anual a junio, el staff del organismo quedará habilitado para discutir la respuesta de política con el Gobierno.

Esta dinámica podría endurecer aún más el régimen monetario, lo que golpearía adicionalmente a la actividad y complicaría aún más los problemas ya visibles en la cadena de pagos.

Es más, si el traslado a precios no cede y se supera el límite superior del 32% para septiembre, el FMI estará en condiciones de poner en revisión el acuerdo y el Gobierno tendrá que explicar ante la Junta del organismo su gestión sobre las regulaciones monetarias.