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Votación clave en Londres podría herir de muerte al Brexit

Existe una alta probabilidad de de que el Gobierno británico pueda sufrir una derrota histórica, ante el rechazo de buena parte del arco parlamentario.
15/01/2019 - 08:50hs
Votación clave en Londres podría herir de muerte al Brexit

Los tiempos se han agotado y la suerte del acuerdo para el Brexit, negociado entre el Gobierno británico y la Unión Europea (UE), se definirá este martes en una histórica votación en el Palacio de Westminster.

El escenario no es alentador para la Primera Ministra, Theresa May y existe una alta probabilidad de de que el Gobierno británico pueda sufrir hoy una derrota de proporciones históricas, ante el rechazo de buena parte del arco parlamentario.

Algunas estimaciones indican que los votos en contra del acuerdo podrían situarse cerca de los 400, en una cámara de 650 diputados. El punto más polémico del tratado es el que contempla el mantenimiento de Reino Unido dentro de la unión aduanera durante un periodo indefinido tras el Brexit, como fórmula para evitar la instauración de controles en la frontera irlandesa.

Los euroescépticos critican este punto porque dejará el país atado a las normas de la UE, sin poder negociar acuerdos comerciales con otras partes. De poco parecen servir los últimos esfuerzos realizados ayer por May para evitar una catástrofe en los Comunes. "Pido a todos los parlamentarios que lancen una segunda mirada al acuerdo", dijo la primera ministra en un debate en Westminster. "No es perfecto y hay concesiones por ambas partes. Pero deberíamos cumplir lo votado por el pueblo británico y construir un futuro más brillante".

Desde la sede de la UE en Bruselas también se intentó brindarle respaldo a May, ya que Donald Tusk y Jean-Claude Juncker, presidentes del Consejo Europeo y la Comisión Europea, respectivamente, enviaron una carta a la primera ministra donde afirman que la permanencia de Reino Unido dentro de la unión aduanera será "temporal".

Según la misiva, "la Comisión está comprometida a proporcionar el necesario ímpetu político y los recursos para alcanzar el objetivo de hacer ese periodo tan corto como sea posible". Para May el escenario es por demás complicado, ya que tras posponer la primera sesión, fijada en principio para el 11 de diciembre, la "Premier" no logró recabar las garantías que le exigía el Parlamento para dar luz verde al pacto de salida.

Este lunes desplegó toda su artillería al hacer pública una carta enviada por los líderes de la UE, en la que "aclaraban" que no tenían la intención de activar el "backstop" sobre el tema de Irlanda, principal escollo para la aprobación.

Sin embargo, los conservadores euroescépticos y el Partido Unionista Democrático norirlandés (DUP) han vuelto a demostrar su descontento. Debe tenerse en cuenta que ambos grupos parlamentarios son claves para el Gobierno de May, pues su apoyo le permite mantenerse en el poder pese a la minoría parlamentaria.

Los escenarios posibles

Pérdida de respaldo en el Parlamento. Si lo pierde, todo hace prever que las posibilidades de alcanzar un acuerdo se reducen a la nada misma. Es en este contexto que se ha abierto todo un abanico de opciones que podrían definir el futuro del Reino Unido. Estos van desde un Brexit sin acuerdo, lo cual sería catastrófico, pasando por elecciones anticipadas, hasta la suspensión definitiva de la salida de la UE.

En el caso de que los diputados rechazaran el acuerdo, la Primera Ministra está obligada a regresar a la Cámara tres días después para exponer una nueva alternativa, que seguramente será debatida por los diputados, que podrán enmendar esa propuesta. De ser así, lograrían alcanzar cierto control sobre los siguientes pasos.

El Gobierno también puede decidir someter a votación por segunda vez el acuerdo, confiando en que la presión por la falta de tiempo y de alternativas viables haga cambiar de opinión a los diputados. En este caso, puede intentar reforzar el pacto con nuevas "aclaraciones" por parte de Bruselas. Salida sin pacto. Durante mucho tiempo, May afirmó en su momento que si su texto era rechazado, la única alternativa sería una ruptura no negociada, una acción que se ejecutaría el 29 de marzo próximo (fecha del Brexit).

Pero tanto la "Premier" como diversos analistas consideran que este camino tendría caóticas consecuencias. En tal sentido, el Banco de Inglaterra advirtió en noviembre que una salida sin negociar provocaría una grave crisis económica, dispararía el desempleo y la inflación, causaría el desplome de la libra y del precio de la vivienda, y reduciría el PIB en casi un 10%.

Ante esta posibilidad, un numeroso grupo de legisladores ha tomado varias iniciativas para intentar impedirlo. Así, los expertos de la Economist Intelligence Unit, con sede en Londres, consideraron este lunes que "un Brexit sin acuerdo es ahora el escenario menos probable", aunque no imposible. Elecciones anticipadas o referéndum. Pese a que May aseguró en diversas ocasiones que no está dispuesta a tirar la toalla, lo cierto es que un rechazo podría significar un golpe letal para la jefa de Gobierno.

Es posible que si pierde esta votación, la Primera Ministra de un paso al costado y convoque a elecciones anticipadas. Desde ya que esta sería una opción poco probable, debido a que May ya logró imponerse a una moción de confianza como líder de su partido en diciembre pasado. Si lo anterior no ocurre, el Partido Laborista pretende presentar una moción de censura para forzar la salida de May.

En este mar de conjeturas, la opción de agendar un nuevo referéndum ha venido tomando cuerpo entre algunos parlamentarios y grupos de la ciudadanía que se plantean si el Brexit vale la pena.

Cabe recordar que en la primera consulta celebrada en junio de 2016, casi el 52% de los votantes se inclinó por dejar la UE. No obstante, según una encuesta publicada por la firma YouGov a comienzos de mes, solo un 22% de los británicos respalda el pacto alcanzado por el Gobierno.Es más, en octubre, unas 700.000 personas se manifestaron en Londres en favor de un segundo referéndum y este lunes un grupo de diputados "antibrexit" publicó un anteproyecto de ley que busca concretarlo: "¿Debería el Reino Unido seguir siendo un miembro de la Unión Europea o abandonar la UE en los términos negociados?", es la propuesta para la pregunta. El Ejecutivo ha descartado esta posibilidad, pero el fantasma del referéndum no ha dejado de rondarlo. Posponer o suspender la activación del Artículo 50. Tanto para un referéndum como para unas eventuales elecciones anticipadas sería necesario que se aplazara la fecha del Brexit, fijada para el 29 de marzo.

Londres mantiene la facultad de pedir una extensión del periodo de negociaciones bajo el amparo del artículo 50 del Tratado de Lisboa, para lo cual necesita el visto bueno de los 27 socios comunitarios restantes.

Pero esta alternativa choca de frente con los comicios europeos previstos entre el 23 y el 26 de mayo, ya que para esa fecha Bruselas pronostica que el Reino Unido ya estará fuera del bloque en ese momento, por lo que el Parlamento Europeo reducirá sus escaños y modificará su distribución. Un retraso de unos tres meses permitiría que el Brexit se ejecutara antes de la primera sesión del Parlamento Europeo, mientras que un plazo mayor complicaría el escenario. Otra opción sobre la que ha advertido la propia Theresa May es la suspensión del Brexit. Una sentencia del Tribunal de Justicia europeo le permite a Londres revocar de forma unilateral la notificación con la que inició el proceso de salida de la UE, en marzo de 2017.

Aunque May se ha negado a esta alternativa, "The Sunday Times" reveló que un grupo de diputados busca tomar el control del Brexit en el Parlamento con la intención de impedir el quiebre. Su idea es forzar un cambio en el protocolo parlamentario de manera que los diputados, y no solo el Gobierno, definan la agenda de trabajo y el calendario del Legislativo. Ello les daría más voz sobre el proceso de divorcio, incluso, pudiendo pausarlo de forma indefinida.

"Como hemos visto en las últimas semanas, hay algunos en Westminster que pretenden retrasar o incluso detener el Brexit y usarán cualquier mecanismo para lograrlo", afirmó May. "Pido a los diputados que sopesen las consecuencias que sus actos pueden tener sobre la fe de los británicos en la democracia", aseveró.

Que se apruebe el acuerdo Para aprobar el acuerdo May necesita que 320 diputados voten a favor del acuerdo de separación. Para ello, debería contar con el apoyo de todos los conservadores, incluidos los 117 que votaron para sacarla del liderazgo del partido, y sus socios norirlandeses del DUP. Si contra todo pronóstico lo logra, el Gobierno deberá tramitar una ley que incorpore los términos del pacto a la legislación británica, un complejo proceso parlamentario para el que le quedarán poco más de dos meses.Con todas las opciones a la vista, y ante la falta de un plan alternativo, los analistas coinciden en que lo más atinado sería aplazar la ruptura para luego de marzo.

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