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El excedente de dólares ya es de u$s100 M diarios y el BCRA cree que le gana 2 a 1 a una corrida

En el Central apuestan a los dólares del Tesoro y a ventas a futuro para frenar una eventual corrida. Dicen que duplican al stock que podría dolarizarse
02/02/2019 - 08:05hs
El excedente de dólares ya es de u$s100 M diarios y el BCRA cree que le gana 2 a 1 a una corrida

Un contexto externo favorable y el alto nivel de las tasas de interés están aumentando el apetito por el peso, lo que sumado al saldo de la balanza comercial genera una presión bajista sobre el dólar.

En el Banco Central le ponen número a esa sobreoferta de divisas y aseguran que hoy en día el excedente diario de ese flujo de dólares es de u$s100 millones, algo clave para mantener la estabilidad cambiaria.

A futuro, más allá de la calma momentánea del mercado de cambios y teniendo en cuenta que un año electoral siempre genera una dolarización extra entre los inversores, están confiados en poder contener una eventual corrida cambiaria. Creen que su poder de fuego le gana en una relación 2 a 1 al stock de activos que podrían dolarizarse.

Hacia junio del año pasado sentíamos que todos los días nos faltaban u$s500 millones, porque había quien compraba dólares para atesoramiento, quien compraba para importación y los exportadores prácticamente no vendían porque habían sufrido una sequía. Ese número hoy es un superávit diario de casi 100 millones de dólares”, reconoce una fuente del Banco Central.

“Ese cambio es fundamental y explica mucho de lo que estamos viendo estos días en el mercado financiero y en el mercado cambiario”, agrega.

Justamente esa pax cambiaria es lo que permitió que en las últimas ruedas el organismo monetario acelerara la baja de tasas y que aumentara de u$s50 millones a u$s75 millones el límite diario de compras de dólares para inyectar pesos cada vez que la divisa opere por debajo de la zona de no intervención.

Si el tipo de cambio sigue fuera de la banda cambiaria, especulan en la entidad, el mayor poder de compra haría que la tasa baje más rápido en el corto plazo.

“Al aumentar el límite de compras estimamos la demanda genuina, que se va a mantener en pesos, y es la que estamos dispuestos a expandir. Naturalmente, eso ayuda a que baje la tasa, aunque nosotros miramos el impacto sobre agregados”, explican desde la entidad.

De todos modos, saben que en un año electoral este veranito cambiario no va a durar mucho tiempo. “El verdadero thriller de una dolarización son las elecciones”, suelen decir en Reconquista 266 y aseguran estar más que preparados para ese momento.

En rigor, en el Central analizan el potencial stock de activos que podría generar presión sobre el tipo de cambio y lo comparan con las dos principales herramientas que tienen para contrarrestar esa oferta: los dólares que le van a sobrar al Tesoro y que en su momento van a vender en el mercado y la capacidad de maniobra del BCRA con contratos a futuros.

“Cuando miramos eso y lo comparamos con los stocks que son sustituibles, hoy estamos hablando de casi una relación de 2 a 1”, sostienen confiados. Y agregan: “no encontramos los números de la demanda que podría explicar que el tipo de cambio se mueva dentro de la banda 30%. Creemos que siguen sobrando los dólares aun en un escenario de dolarización.

La cuenta que hacen en Reconquista 266

Si se analiza en detalle la cuenta que hacen en el BCRA se ven cerca de u$s10.000 millones que podría vender el Tesoro, más unos u$s3.000 millones que el organismo monetario puede vender a futuro hasta fin de septiembre.

Por otra parte, toman en cuenta todas las tenencias de los extranjeros y los excesos de pesos que se generaron en los últimos tiempos, como el crecimiento de los plazos fijos desde septiembre a la fecha. “Tenemos más del doble de lo que nosotros estimamos que son pesos dolarizables”, aseguran y calculan entre u$s4.000 millones y u$s5.000 millones esa eventual demanda.

Con esos números en la cabeza, también definieron el nuevo límite de compras de divisas para inyectar pesos en la economía, porque saben que todo peso puede ser una potencial demanda de dólares.

“Previo a las elecciones puede pasar que la gente tenga miedo y se dolarice. Esa es la parte que nosotros también controlamos con la generación de pesos. Por eso somos cautos y mientras más pesos generemos, más potencial de dolarización tememos a futuro”, explican.

Así calculan el poder de fuego, más allá de que cuentan con otra herramienta fundamental y que es clave en un contexto de apretón monetario: las tasas de interés. Si bien no lo reconocen públicamente, en el Gobierno saben que ante una eventual corrida están dispuestos a llevar las tasas al nivel que sea necesario para frenar la dolarización, pese a los efectos recesivos que pueda generar en la economía.

Eso, siempre y cuando la divisa amague con dispararse dentro de los límites de la zona de no intervención. De superar esos valores el BCRA cuenta con otra arma, que son los 150 millones de dólares que el Fondo Monetario Internacional (FMI) les permite vender por día, aunque confían en no llegar a esa instancia. “Sinceramente, no creemos que sea necesario”, revelan.

Lenta baja de la inflación

Por otro lado, en la cúpula del organismo creen que antes de las elecciones comenzará a notarse el efecto sobre la inflación del ajuste monetario que están llevando a cabo y confían en que se verá una reducción en el índice de precios.

Va a llevar tiempo bajar la inflación, y posiblemente sea de modo no lineal. Pero sí estamos convencidos que este sistema, con disciplina y perseverancia, nos lleva a una caída de inflación más sostenible. No es un proceso ni rápido, pero en el segundo y tercer trimestre vamos a ver un poco más de impacto de lo que estamos haciendo”, adelantan.

El año es largo. El balance del primer mes para el Banco Central cerró más que positivo, con tasas en baja, el dólar por debajo de la zona de no intervención y con una reducción del stock de Leliqs.

Pero no cantan victoria. Saben que las elecciones generan un ruido extra en el mercado cambiario y desde ahora quieren estar preparados para jugar ese partido, que de antemano confían en que lo ganan dos a uno.

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