Alberto reflota el "legado" de Guillermo Moreno para domar al dólar y crece la tensión en el mercado
El Gobierno decidió reflotar un fantasma que parecía que ya no volvería: el de utilizar el "apriete" para conseguir resultados de muy corto plazo. La excusa volvió a ser el dólar, indomable en un contexto de aguda recesión, cepo cambiario y virtual default de la deuda. Como en el 2015 pero cinco años después, Alberto Fernández revivió el "legado" del ex secretario de Comercio Guillermo Moreno y redobló la apuesta luego de que acusara de "movimientos especulativos" a las subas de las últimas semanas.
En esta oportunidad, como en aquella vez, las "amenazas" fueron rápidamente contra las sociedades de bolsa más activas de la city porteña. Según supo iProfesional, la Comisión Nacional de Valores (CNV) envió vía correo electrónico requerimientos de información sobre los movimientos de algunos clientes que realizaron la operatoria de "contado con liquidación" y "dólar MEP".
En la lista figurarían las más grandes sociedades de bolsa que representan el 90% de la operación. Según pudo saber este medio, CNV solicitó a 30 compañías que les informaran quienes fueron los clientes que operaron contado con liquidación o MEP, los montos y las fechas de dichas transacciones sean venta o compra de activos.
La requisitoria viene una semana después de que el Gobierno utilizara a la Unidad de Información Financiera (UIF) para lanzar una amenaza a quienes operan en ese mercado con el pretexto de investigarlos por Lavado de Activos y Financiación del Terrorismo.
En ese documento la UIF decía que "se observa activamente el aumento de las magnitudes en las operaciones de contado con liqui y dólar MEP generado en las últimas semanas". Después de esa primer alerta llegó la primera medida tendiente a generar más venta de dólares que pudiera acompañar a la amenaza oficial.Precisamente ayer, la CNV reglamentó que los Fondos Comunes tenían que tener el 75% de sus inversiones en activos locales y en pesos. Eso generó que la industria tuviera que salir a liquidar alrededor de u$s1.000 millones para readecuarse a la nueva normativa, algo que será al menos con dos semanas.
El primer impacto de la medida contra los FCI y los correos enviados a las sociedades de bolsa top del país para pedir información sobre los clientes conspiró para que los precios del dólar en los canales financieros cayeran con fuerza durante la rueda del miércoles: el contado con liqui cayó 7,2% a $111 mientras que el tipo de cambio que surge del MEP (la versión criolla de ese arbitraje de activos) cedió 6,4% a 109,50.
La vuelta de la cruzada pesificadora
En el mercado existe el temor de que haya una escalada en la guerra oficial contra el dólar. Los funcionarios número uno de Alberto ya salieron a marcar su posición. Miguel Pesce, el titular del Banco Central, también adhiere a la teoría de que la suba del dólar paralelo tiene que ver con especuladores. Claro, poco tiene que ver -según su criterio- el hecho de haber bajado las tasas de interés a niveles negativos (hoy un plazo fijo paga menos del 30% anual contra una inflación estimada del 50% para este año) o la mega emisión de pesos para financiar al Tesoro.Martin Guzmán, el ministro de Economía, también cree que el pais "tiene que acabar con la lógica dólarizadora". Incluso culpa a la suba de los tipos de cambio financieros a las "presiones" de los fondos de inversión internacional que no quieren ceder por la deuda.
"Todos los indicios que esta tomando el Gobierno van para el mismo lado. Quieren amedrentar al ahorrista para que haya menos operaciones. Pero no entienden que poner esta clase de controles solo impacta en el volumen, no en el precio. El mercado hará menos operaciones, pero no dejará de hacerlas. Y como sucede en la época de la ley seca o ahora el cepo, el precio va a subir por menos oferta", explicaba un experimentado ejecutivo de la City.
Pero a algunos jugadores fuertes del mercado le llamó la atención que los artífices de la maniobra para bajar el dólar implícita hayan sido dos personas "que entienden como es esto". Hablan del número uno de la CNV, Adrián Cosentino y su segunda, Mónica Erpen.
Cosentino fue el secretario de Finanzas de Hernan Lorenzino y antes de llegar al Gobierno había empezado a trabajar junto a Guillermo Nielsen en una propuesta para la deuda (cuando Guzmán no estaba en aún en el mapa). Antes de ser reclutado por el ahora ejecutivo de YPF, Cosentino era director de Max Valores, una pequeña sociedad de bolsa.
El caso de Erpen es aún más notorio porque no tiene reminiscencias K. Paso de dirigir el Instituto Argentino de Mercado de Capitales (IAMC) que depende del Merval a otros puestos dentro de la misma entidad.
"Es curioso porque ellos no pueden alegar que no saben de mercado. Entienden perfectamente que no tiene sentido ‘ponerse la gorra’ y salir a perseguir gente porque esto explota peor. Creo que quieren ganar tiempo porque el tema de la deuda viene muy mal y se atajan ante una suba abrupta que producirá el default de la Argentina", afirma otro ejecutivo.
Buscando al "nuevo Moreno"
La pregunta que queda flotando es quien será el nuevo Guillermo Moreno de la película. El inefable secretario de Comercio presionaba básicamente en el mercado del dólar blue, que aún no se inmutó y el miércoles cerró en 118 pesos. También tenía sus agarradas con algunos jugadores de la city de mucho peso en su momento de apogeo. Alfredo Piano de Banco Piano y Federico Tomasevich, el dueño de Puente. Este último, debido a las presiones de Moreno por el contado con liqui y el blue llegó a pensar en irse del país.
"No va a quedar acá porque algunos inversores que hacían el contado o el MEP decidirán si la sociedad de bolsa desaprueba la carpeta para operar, irse al blue. Siempre hay formas de negrear plata blanca y eso mismo fue lo que sucedió cuando presionaba Alejandro Vanoli y ponía inspectores en las sociedades de bolsa grande para que no operaran el liqui", recordó un trader que vivió en carne propia la presión de la CNV. "Había mas abogados trabajando para ver si el cliente podía o no cumplir con todo lo le pedían que la gente en la mesa de operaciones. Lamentablemente vamos a eso", afirmó.La sensación que dejan las medidas para entorpecer la operatoria del dólar financiero (que en todos los casos es legal y con dinero en blanco) es que el gobierno de Alberto Fernández, ante la crisis, perdió los modales que supo tener en un principio. Claro, a nadie la gusta que el dólar esté en la agenda de temas y menos aún con un cepo feroz como el actual (y un tipo de cambio elevadisimo para hacerse de billetes verdes).
Pareciera que la mega recesión y el descalabro económico del cual será muy difícil recuperarse alentó las posiciones más duras dentro del oficialismo. El Alberto moderado que habló hace escasos días por la suba del dólar y le asignó ese movimiento al ruido por la deuda no parece ser el mismo que el que ahora manda a investigar a quienes arbitran activos con dinero legal para dolarizarse. Algo cambio.