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Financiamiento alternativo para Pymes: cómo funcionan los fideicomisos, obligaciones negociables y otros instrumentos

En una época de crisis como la actual, conocer cuáles son los diversos medios de financiamiento disponible resulta de vital importancia para las empresas
04/06/2020 - 18:40hs
Financiamiento alternativo para Pymes: cómo funcionan los fideicomisos, obligaciones negociables y otros instrumentos

En tiempos de pandemia, cuando las alternativas de financiamiento para las empresas son el respirador que las puede mantener con vida, resulta de vital importancia analizar todas las herramientas que el mercado argentino tiene a disposición de las Pymes

En estas líneas nos proponemos realizar un muy breve raconto de mecanismos no muy utilizados por la gran mayoría de las compañías, pero que ahora pueden ser de una invalorable ayuda. 

Existe en la República Argentina una metodología alternativa de financiación para las Pymes: el mercado de capitales regulado por la Bolsa de Comercio y la Comisión Nacional de Valores. Es un sistema que ya lleva más de 20 años vigente y ha financiado a una cantidad importante de pequeñas y medianas empresas. 

Si este mercado alternativo es viable, es porque resulta beneficioso para las empresas que participan en él. Éstas pueden vender sus cheques a tasas de interés sustancialmente menores (actualmente, rondan entre el 15% y el 27% anual), al sistema bancario 

¿Qué instrumentos se usan para este tipo de financiación?

Las alternativas disponibles son conocidas y fáciles de entender para el empresario Pyme.

El primero y más común es la venta de cheques en la Bolsa. En el mercado los cheques se pueden colocar valores por hasta un año de plazo. La operación de cheques de más de 180 días es muy común. Estos cheques de pago diferido son "avalados" por una Sociedad de Garantía Recíproca (SGR). 

Las SGR tienen una tarea central, que es garantizar a las Pymes. Hay más de cuarenta en el mercado y todas cuentan con mecanismos de muy fácil acceso.

La experiencia nos muestra que la mayor parte de las Pymes comienzan negociando esta herramienta, para luego pasar a utilizar otros instrumentos de financiación bursátil. Los cheques de pago diferido cuentan con dos sistemas de negociación: avalado y patrocinado.

En el primero (avalado), sólo las pequeñas y medianas empresas o personas físicas pueden negociar cheques propios o de terceros (clientes), por medio de su participación como socio partícipe a una SGR.

Las Pymes entregan los cheques a la SGR para que ésta los avale y envíe a la Bolsa para su negociación. De esta manera, ante cualquier dificultad de cobro del cheque, la SGR se transforma en principal pagador abonando el monto comprometido.

Un agente o sociedad de bolsa deposita los fondos resultantes de la negociación en una cuenta comitente a nombre del beneficiario. Al vencimiento del plazo del cheque, el emisor debe tener fondos suficientes depositados a su orden en cuenta corriente o autorización para girar en descubierto y así cumplir con el pago del documento que tendrá como beneficiario al inversor. A través de este instrumento es posible acceder a tasas similares a las obtenidas por grandes empresas y mantener al librador y a la Pyme beneficiada en el anonimato.

Algunos instrumentos financieros son especialmente aptos para las Pymes.
Algunos instrumentos financieros son especialmente aptos para las Pymes.

Con relación al sistema patrocinado, una empresa grande o Pyme (sólo sociedades comerciales legalmente constituidas, cooperativas, asociaciones civiles, mutuales o fundaciones) es autorizada por la BCBA para emitir cheques de pago diferido para el pago a proveedores, que pueden ser negociados en el mercado de capitales

Otro instrumento al que pueden recurrir las Pymes para su financiamiento son los denominados pagarés bursátiles. La diferencia con el CHPD es que el plazo es mayor, llegando en algunos casos a los tres años. Pueden ser en dólares o en pesos. Por ejemplo, una empresa que exporta necesita dólares (valor BNA), y puede financiarse con pagarés en esa moneda.

Otro instrumento son las facturas que se pueden vender en la Bolsa. A esta modalidad suelen recurrir las Pymes que tienen clientes de cierta importancia, cuyas facturas son negociables en el mercado de valores a tasas muy atractivas.

Obligaciones Negociables y Fideicomisos

Las empresas más grandes recurren a las Obligaciones Negociales, que son como pagarés o promesas de pago. Hay una Obligación Negociable Avalada, que se puede hacer por Internet "literalmente" y esto funciona con empresas de todo el país. Este tipo de instrumento funciona a 24 o 36 meses y puede ser en pesos o en dólares. También va avalada por una SGR. 

Los pagarés suelen ser por cifras generalmente más acotadas. En cambio, las ONA pueden ser por importes mucho mayores. Tienen un volumen más importante. De esta forma, el pagaré ocupa un nivel inferior por monto y las ON uno superior. 

El quinto instrumento son los Fideicomisos Financieros de oferta pública. Se venden en el mercado y cualquier inversor puede comprar una cuota parte. La renta del inversor es el interés que se paga. 

Esta es una opción muy importante. Es el instrumento PYME por excelencia. Porque en un solo Fideicomiso se pueden agrupar a varias Pymes que lo conformen. Éstas ponen cada una su garantía, pero comparten el total del costo de la estructura financiera, el cual baja sensiblemente cuanto mayor sea la cantidad de empresas participantes. 

El plazo de este instrumento es generalmente de un año o un año y medio para las Pymes.

La diferencia entre un Fideicomiso y una ON, es que esta última requiere un balance con buenas utilidades, con un movimiento interesante y comprobable, mientras que el segundo acepta un balance de carácter más habitual.

Valores
Muchos instrumentos de financiación se negocian en la Bolsa de Buenos Aires o en la de Rosario.

Por último, hay otro tipo de instrumentación constituida por el cheque que se apalanca contra un Warrant, de uso muy común en la Bolsa de Rosario y al cual pueden acceder las Pymes de todo el país. 

Se constituye un Warrant sobre una determinada cantidad de mercadería. Se coloca en una Warrantera, la cual emita el certificado, y luego la empresa puede emitir cheques contra ese warrant, cobrando anticipadamente hasta un plazo de unos 180 días. 

En conclusión, hay diversas alternativas al financiamiento bancario habitual. El acceso de la Pyme al sistema es amigable y no requiere una estructura específica o dedicada. Los instrumentos que se utilizan son bastante habituales. 

Finalmente, debemos destacar que el sistema de SGR no se rige por las garantías bancarias, sino que se puede recurrir a todo tipo de garantías para avalar las operaciones. Las SGR dan en cada caso un cupo de garantía a la Pyme para que ésta pueda manejarse y financiarse.

* Jorge Daniel Grispo | Grispo & Asociados