En medio de un clima de tensión en lo económico y político, y con las miradas puestas en el escenario post 14 de noviembre, los principales bancos del mundo siguen pronosticando que el ajuste es inevitable. Tanto es así, que según uno de ellos, una corrección fuerte del tipo de cambio oficial y del déficit fiscal son inexorables. "El Gobierno tendrá que ajustar la moneda y la política fiscal correctamente después de las elecciones para comenzar a acumular reservas, que se encuentran en niveles críticamente bajos", apuntó Bank of America (BofA), la segunda mayor entidad de los Estados Unidos.

En un reciente informe dedicado exclusivamente a la Argentina (algo atípico en el último tiempo donde el país dejó de ser interesante para Wall Street), Bank of America se juega a que, más allá de la retórica política, el "ajuste" de la economía empezará ni bien terminen las elecciones legislativas. 

"Argentina está sufriendo una crisis cambiaria desencadenada por un deterioro fiscal desde el tercer trimestre (después de una consolidación decente en la primera mitad) y una depreciación de la moneda demasiado lenta que creó expectativas de devaluación", señalan Sebastián Rondeau y Christian Gonzalez Rojas, estrategas de la entidad. 

Para BofA el gobierno tendrá que dar señales por el frente fiscal y cambiario en forma urgente

Sumar reservas como sea, la clave

Por tanto, augura, "la Argentina tendrá que ajustar la moneda y el déficit fiscal justo después de las elecciones para comenzar a acumular reservas y aliviar los controles de capitales".

BofA recuerda que las reservas de divisas cayeron u$s1.400 millones en septiembre (excluidas las transacciones con el FMI) y la brecha cambiaria se elevó al 96%. "Las reservas se estabilizaron en el margen después de que el gobierno impuso límites a las importaciones, pero esto es difícil de sostener durante el tiempo", agrega.

El financiamiento monetario del déficit hasta ahora en la segunda mitad del año ya se sitúa en el 1,6% del PBI desde sólo el 0,7% en el primer semestre del año.

La entidad estadounidense cree que Argentina ejecutará una consolidación fiscal en 2022 de al menos el 1% del PBI, ya que "no tiene otra alternativa". "De lo contrario, la inflación probablemente se mantendrá por encima del 50% y la potencial crisis cambiaria podría afectar la popularidad del gobierno y eso hará que sea más difícil llegar a un acuerdo con el FMI".

Para BofA, el gobierno tiene una ventana de oportunidad para consolidar en 2022, cosechar los beneficios de la estabilización y un programa con el FMI, y que tenga tiempo para recuperarse la economía antes de las elecciones presidenciales de 2023.

Guzmán niega un salto del dólar post elecciones pero el mercado piensa que es inevitable

El dólar y el Fondo, en la mira

Los cálculos que hacen es que si bien en el Presupuesto Guzmán planteó una bproaja del déficit primario del 4% al 3,3%, podría ser menor hasta 2,9% según BofA porque tendría que ser el año del ajuste o "consolidación" ya que en 2023 (con las elecciones) hay muchas menos chances.

Con respecto al dólar, y tal como es la expectativa del mercado en general, el banco cree inevitable un salto cambiario. Asegura que la moneda perdió competitividad a medida que el tipo de cambio real se apreció casi un 15% hasta la fecha. "Esperamos una aceleración sustancial del crawling peg en noviembre, pero no una gran devaluación", afirman.

¿Y qué pasará con la inflación y el crecimiento? Bank of America elevó su previsión de inflación al 50% en 2021 (desde el 48%) y al 42% en 2022 (desde 40%). A su vez, espera que el PIB crezca un 7,3% este año (frente al pronóstico del 8% del gobierno).

Claro que el acuerdo con el FMI es otro de los grandes temas que están en la mira de los banqueros. Los economistas de BofA creen que el acuerdo con el FMI estará finalizado en marzo (si bien habría una especie de preacuerdo para diciembre o enero), aunque admiten que los riesgos de ejecución han aumentado.

Hay que recordar que los vencimientos de capital con el FMI (casi u$s20.000 millones entre diciembre de 2021 y diciembre de 2022) hacen que un acuerdo sea urgente. "Sin un programa para el primer trimestre del 2022, el país podría entrar en mora ya que las reservas internacionales netas están en solo u$s7.000 millones (y el acceso al crédito es limitado). Esto podría tener fuertes consecuencias en los flujos de divisas, el financiamiento multilateral, la inversión y podría tener un impacto en un mercado de divisas que está ya bajo presión", alertan.