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Por qué la "receta" para acabar con los apagones de luz no será fácil de aplicar para el Gobierno

Desde la consultora LCG, fundada por Martín Lousteau, afirman que muchas variables económicas se encuentran desfasadas y que pueden presentarse problemas
14/01/2022 - 19:05hs
Por qué la "receta" para acabar con los apagones de luz no será fácil de aplicar para el Gobierno

Los desafíos son cuantiosos para la Argentina durante este año, tanto desde las profundas cuestiones locales que se deben resolver como los impactos de las noticias que llegan del exterior.

En esos planos, un informe de la consultora LCG, fundada por el economista Martín Lousteau, sostiene que el 2022 se presenta como "un año difícil, incluso, si el país no tuviese la deuda con el FMI".

Entre la variedad de problemas que se debe afrontar a nivel doméstico se enumera a un dólar paralelo que "no encuentra techo", una inflación del 50,9% anual, caída del salario promedio por cuarto año consecutivo, 40% de pobreza, elevado desempleo y un nivel de actividad que "no entusiasma aún".

"Ese es el otro ´milagro argentino´, ¿cómo soporta una sociedad que debería estar (lo está) extenuada por esta situación? Parece existir cierto grado de resignación", se alarman los analistas de LCG.

No obstante, aclaran que ese descontento no deja de ser un "riesgo político" para los años venideros.

De hecho, sostienen que los cortes de electricidad han generado un malestar, que se suma a esa larga lista de problemas.

Por eso, el argumento que se brinda en este informe es que los cortes no se deben a la crisis energética internacional, ya que en el país el precio doméstico está desacoplado del precio internacional. Por ende, la interrupción del servicio responde al "atraso" tarifario.

Según los datos que aportan estos expertos, actualmente, los subsidios aportan alrededor del 60% del costo de la electricidad, el resto lo paga el consumidor. Hecho que no es un punto trivial, debido a que el 10% del gasto primario está concentrado en esos subsidios, que representan 3% del PBI.

"La reducción de esta partida es difícil de afrontar con la brecha cambiaria y la inercia inflacionaria", destacan los economistas de LCG.

Y agregan: "El aumento de tarifas tiene que subir por encima de la inflación del 2022. Esa actualización genera efectos sobre el mismo índice de precios con efectos de primera y segunda ronda".

El aumento de tarifas tiene que subir por encima de la inflación del 2022, señalan desde LCG
Para los economistas, es fundamental reducir la brecha cambiaria para ir normalizando algunas variables.

A este efecto indican que se le debe sumar que el tipo de cambio "no debe seguir retrasándose y que es deseable bajar la brecha cambiaria".

De acuerdo a su análisis, la suba del tipo de cambio "abulta" el gasto de subsidios por la dolarización del precio de la energía.

Un detalle adicional que no debe perderse en el foco, es que si se pretende que la actividad crezca, también lo harán las cantidades consumidas. Por ende, se generará un impacto negativo en la balanza comercial, y se elevan más los subsidios.

"Es simple, el ejercicio cierra con inflación, recesión y más descontento social. Está bien que así sea, 2022 es el año para recomponer lo que se distorsionó en 2021, porque así lo marca el ciclo político", concluyen los economistas de LCG.

Y acotan: "El problema es que no se nota un amplio consenso dentro de la coalición de gobierno para emprender estos ajustes. La causa es que, a pesar de esas distorsiones, el resultado electoral fue desfavorable para el oficialismo".

A respecto, subrayan que el ministro de Economía Martín Guzmán explicó que, justamente, es el sendero fiscal el que "está trabando" el acuerdo con el FMI.

Por lo tanto, estos expertos dicen que la negociación con el organismo tendrá dos destinos posibles: el primero puede ser negociar hasta "último momento" un plan de facilidades extendidas. O bien, la segunda opción puede ser intercambiar la negociación por otro programa Stand By, "como puente hacia una nueva negociación en un par de años".

"No creemos que Argentina entre en atrasos de pagos porque tendría un costo económico que contagia directamente a la política", resumen los analistas desde LCG.

No obstante, completan que el 2022 "se presenta como un año difícil, incluso, si el país no tuviese la deuda con el FMI".

En ese sentido, dicen que no hacer el ajuste fiscal implica más emisión montada sobre esta nominalidad.

"El problema no es el FMI y tampoco es la solución. El problema es la falta de decisión política para encarar ajustes que se están volviendo cada vez más obvios", sentencian desde esta consultora.

Para los analistas de LCG, el acuerdo con el FMI es sólo un aspecto más entre tantos otros del país que se deben resolver.
Para los analistas de LCG, el acuerdo con el FMI es sólo un aspecto más entre tantos otros del país que se deben resolver.

Más aún, indican que la negociación con el FMI ya suena como el "entretenimiento para desviar la atención de problemas estructurales. De todas formas, no deja de ser llamativa esa negociación, el Fondo actuará como socio del país".

Por ese lado, sostienen los economistas de LCG que empezar un acuerdo criticando a los acreedores "no suena sensato".

"Justamente, hace caer al programa sobre un problema recurrente del Gobierno: la credibilidad, el programa ya nace sin ella. De ahí que algunos funcionarios ya empiecen a hablar en off de waivers (renuncias)", detallan.

Por eso, se debe tener en cuenta que el 2022, "insistimos, luce como un año con inflación elevada y actividad poco dinámica, con escasa posibilidad de recuperar salario y jubilaciones en términos reales. Y con muchas amenazas externas", concluyen desde LCG.