El BCRA acumulará menos de la mitad de los dólares acordados con el FMI, advierte economista
Pasaron días agitados para la economía argentina, donde el precio del dólar blue escaló y la moneda estadounidense financiera trepó hasta los $250. A ello se le sumó que el Banco Central subió las tasas de interés de los plazos fijos al 53%, el dato de inflación oficial de 5,1% para mayo pasado y, en el plano internacional, la Fed subió las tasas de interés en Estados Unidos.
En torno a este escenario intenso, iProfesional habló con el economista Lorenzo Sigaut Gravina, director de análisis macroeconómico de Equilibra, la consultora fundada por Diego Bossio.
En el marco de la charla, este experto consideró que es probable que el Banco Central acumule "la mitad o menos" de las reservas acordadas con el FMI en el acuerdo que han firmado meses atrás.
Además, le quita relevancia al argumento que sostiene que el contexto mundial presiona en la alta inflación doméstica: "Casi ninguna economía mundial teme terminar el año con una suba de precios de tres dígitos".

-En los últimos días, variables locales y mundiales como dólar, tasas e inflación mostraron cifras a tener en cuenta para el Gobierno. ¿Qué lectura realiza de la economía?
-La economía argentina está enfrentando múltiples desafíos, entre los que se destacan un contexto mundial más adverso, donde crece el riesgo de que las principales potencias entren en "estanflación". Además, la suba de los precios de las commodities tiene un efecto ambiguo sobre las cuentas externas.
Es que si trepan fuerte los costos de las importaciones de energía, agroquímicos y fletes del comercio internacional, impactarán negativamente sobre las cuentas fiscales por las subas de tarifas de la energía. También el incremento de subsidios al gas y a la electricidad superará ampliamente la mejora de las retenciones a las exportaciones.
Otro tema que pesa es la interna de la coalición gobernante, que traba la implementación del programa con el FMI y dificulta la coordinación de las distintas áreas económicas. Asimismo, a medida que el acuerdo con el Fondo se diluye, la incertidumbre sobre el rumbo económico crece y las expectativas carecen de anclas, lo cual complica el frente inflacionario, cambiario y financiero.
Así, el reciente desarme generalizado de posiciones en deuda del Tesoro en pesos, es un claro signo del deterioro de la confianza.
-A raíz de estas tensiones, ¿qué puede ocurrir con el precio del dólar?
-La situación cambiaria y financiera se viene tensando tanto por la dificultad de acumular reservas por parte del Banco Central, en el período más favorable del año por la liquidación de la cosecha gruesa. Además, el deterioro de las expectativas puede alterar las decisiones de portfolio entre activos en pesos y en moneda extranjera.
Entonces, las dificultades para comprar divisas en el mercado formal, las dudas de los inversores respecto de la deuda en pesos del Tesoro, la suba de las cotizaciones del dólar paralelo e, incluso, ciertas remarcaciones de precios preventivas, son parte de un círculo vicioso, en el que las menores perspectivas potencian los desafíos existentes.

-Bajo este panorama, ¿qué puede pasar con las reservas?
-Es muy difícil que se cumpla la meta de acumulación de reservas internacionales netas (RIN) de u$s5.800 millones, comprometida con el Fondo Monetario para todo el 2022. Incluso, tomando medidas para cuidar las RIN, es probable que se acumule la mitad, o menos, del monto acordado con el FMI.
El problema es que el programa con el Fondo permite computar los desembolsos netos que realizó el FMI (son unos u$s4.400 millones) y organismos multilaterales (u$s1.400 millones) como RIN. Por ende, si Argentina incumple con la meta de acumulación, implícitamente va a estar consumiendo buena parte de los fondos frescos aportados por estos organismos.
Más aún, como he destacado apenas se conoció la letra chica del acuerdo con el FMI, la tasa de crecimiento del programa, que es de un promedio de 4%, no era compatible con la acumulación de u$s5.800 millones. Más aún, dicho desvío no puede justificarse en la invasión militar rusa a Ucrania, porque tiene un impacto mixto en los términos de intercambio económicos.
-Días atrás se conoció la inflación oficial de 5,1% de mayo, ¿cómo seguirá el nivel de precios en los próximos meses?
-El shock de precios internacionales que produjo el conflicto en Ucrania, que aceleró la inflación a lo largo y ancho del mundo, nos golpeó en un contexto de mayor vulnerabilidad inflacionaria. Es decir, casi ninguna economía teme terminar el año con una suba de tres dígitos, ni tiene tan desancladas las expectativas inflacionarias como nuestro país.
En principio, la inflación mensual tendería lentamente a desacelerarse, como se observó en abril y mayo, pero la pregunta del millón es respecto a qué tasa se va a estabilizar. Sabemos que el ritmo de la suba de precios trepó un escalón, pero no sabemos si se va a estacionar en torno al 5% o al 4% mensual, y la diferencia anualizada es muy relevante ya que la inflación se puede situar en 80% o 60% anual.

-¿Estos datos alarmantes de suba de precios pueden desembocar en una hiperinflación?
-Considero muy baja la probabilidad de un escenario de hiperinflación o de crisis, pero el riesgo de que suceda no es nulo. Si al círculo vicioso mencionado previamente le sumamos un agravamiento de las tensiones políticas en el oficialismo que paralicen la toma de decisiones, la situación puede ir agravándose.
-¿Qué salidas le quedan al Gobierno para controlar esta situación tan compleja hasta el final de su mandato?
-No parece haber mucho margen de maniobra para lograr una mejora de la economía en el año y medio que falta para que asuma el próximo Presidente electo. Pero el Ejecutivo posee herramientas y apoyo de la comunidad internacional para evitar un deterioro significativo del cuadro económico y social.
Para ello, es clave que los principales actores políticos de la coalición oficialista y opositora entiendan que no ganamos nada si la situación económica se desmadra.