En su discurso de asunción, el presidente Javier Milei hizo un crudo diagnóstico sobre la situación actual y, en tal sentido, se refirió a la inflación sosteniendo enfáticamente que "dado que la misma viene viajando a un ritmo del 300% podríamos pasar a una tasa anual de 3600%".

Luego, afirmó que, dada la situación de los pasivos del Banco Central, la cual es peor que la que había en la hiperinflación, en muy poco tiempo se podría cuadruplicar la cantidad de dinero y, con eso, elevar a la inflación a niveles de 15.000% anual".

"Esa es la herencia que nos dejan, una inflación plantada del 15.000% anual que vamos a luchar con uñas y dientes para erradicarla", puntualizó Milei. De esta manera, vuelve a ocupar el centro de la escena la posibilidad de que, si no se toman las medidas necesarias, se repita un proceso hiperinflacionario como los vividos en el pasado.

En tal sentido, es interesante repasar brevemente qué se entiende por hiperinflación desde el punto de vista académico, pues existen numerosas versiones para definirla. En primer lugar, es un término que refiere a una situación extrema de inflación, donde los precios de los bienes y servicios aumentan de manera excesivamente rápida y descontrolada.

Obviamente, esta rápida y excesiva suba de los precios en el cortísimo plazo, provoca una pérdida significativa del valor adquisitivo del dinero, lo que, a su vez, afecta negativamente la economía y la vida cotidiana de las personas.

Ello, debido a que se pierde la capacidad de planificar financieramente a corto y largo plazo, los ahorros se evaporan, los salarios no pueden mantenerse al ritmo de los aumentos de precios y la inversión y el crecimiento económico pueden verse severamente afectados.

Donde existe un amplio consenso entre los expertos, es que la hiperinflación suele ser causada por una combinación de factores, como:

- La emisión excesiva de dinero por parte del Gobierno (a menudo para financiar déficits presupuestarios).

- La disminución de la producción de bienes y servicios.

- La falta de confianza en la moneda local.

- Otras condiciones económicas y políticas desfavorables.

Las diferentes visiones sobre la hiperinflación

Uno de los primeros economistas que tomó el tema fue Thomas Sargent. Según su visión: "La hiperinflación es un fenómeno en el que el nivel general de precios en una economía aumenta rápidamente y de manera sostenida, lo que lleva a una erosión significativa del poder adquisitivo de la moneda".

En cuanto a sus orígenes, Sargent sostiene que "La hiperinflación es el resultado de continuos déficit fiscales financiados con creciente emisión monetaria".

Para Phillip Cagan, en su trabajo "The Monetary Dynamics of Hyperinflation" de 1956, "es un fenómeno inflacionario que comienza en un mes en que el nivel general de precios sube un 50% o más y dura al menos hasta que la tasa de inflación haya descendido por debajo de ese porcentaje y ha permanecido allí durante al menos un año".

Es precisamente esta definición la que fue tomada en cuenta para definir este fenómeno monetario.

No obstante, según las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF), se está en hiper, más allá de los porcentajes de inflación mensual, simplemente cuando la población prefiere conservar su riqueza en forma de activos no monetarios o en una moneda extranjera relativamente estable, cuando los saldos de moneda local se invierten de inmediato para mantener la capacidad adquisitiva de la misma o cuando el grueso de la población considera las cantidades monetarias en términos de otra moneda extranjera.

 

Otros signos de hiperinflación son, siempre bajo la visión de las NIIF, cuando:

- Los precios pueden establecerse en esta otra moneda.

- Las ventas a crédito son a precios que compensan la pérdida de poder adquisitivo esperada.

- Las tasas de interés, salarios y precios se ajustan en función de la variación de los precios.

- La tasa acumulada de inflación en tres años se aproxima o sobrepasa el 100%.

Por su parte, para los economistas Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff, hay hiperinflación cuando el nivel general de precios se incrementa al menos 500% al año. Finalmente, otra definición, que tiene menos aceptación entre los expertos, sostiene que una hiperinflación moderna se produce con una tasa inflacionaria de 2 dígitos mensuales durante al menos 4 meses, o bien, una tasa anual de 3 dígitos.

A partir de lo anterior, surge la pregunta si en la actualidad se está frente a una hiperinflación o no. Las respuestas son variadas, ya que, según la definición de las NIIF sí, desde fines de 2019, no obstante, según la postura clásica de Phillip Cagan, tampoco. En tanto, según la opinión de Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff, no, pero existe la probabilidad en el corto/mediano plazo.

Pero, más allá de las definiciones de los académicos, existe un factor común a todas ellas y es el siguiente:

- Se está en hiperinflación cuando de lo único que se habla es del precio de la comida.

- No existen precios de referencia o se modifican en forma constante, incluso en el mismo día.

- Se observan faltantes de los productos de primera necesidad y se fijan topes a la cantidad de artículos por persona.

Ésta es la foto de hoy, el interrogante es que puede suceder a partir de ahora, es decir, falta ver la película.