MERCADO CAMBIARIO

Dólar bajo presión: crece la incertidumbre sobre el esquema cambiario y las reservas

El dólar vuelve a estar en el centro de la escena ante la incertidumbre cambiaria, el deterioro global y la falta de divisas genuinas.
Por Marcos Phillip
FINANZAS - 11 de Abril, 2025

En la última rueda de la semana, el dólar blue cerró este viernes a $1.375 en las cuevas del microcentro porteño. En el segmento bursátil, el dólar contado con liquidación (CCL) se negociaba a $1.325, mientras que el dólar MEP opera en $1.318.

La última semana profundizó la incertidumbre que atraviesa la economía argentina, con factores globales y locales que se potencian mutuamente. Analistas relevados por iProfesional señalaron que el nuevo frente externo abierto por las medidas proteccionistas de Estados Unidos, sumado al deterioro de los precios de exportación como la soja y el petróleo, genera un entorno menos favorable para la acumulación de reservas. Este giro en el escenario internacional llega en un momento clave, justo cuando se necesita sostener un esquema cambiario que ya muestra signos de agotamiento.

Para los especialistas, las tensiones internas agravan el panorama. Un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, sumada a la falta de consensos políticos internos, limita la capacidad de acción del Gobierno. El debate en torno al régimen cambiario y los crecientes vencimientos en moneda extranjera, colocan a las reservas internacionales bajo fuerte presión. La incertidumbre sobre el tipo de cambio a futuro también erosiona las expectativas de los actores del mercado.

Fuentes de mercado indicaron que el deterioro en los activos argentinos refleja este clima adverso. El riesgo país superó los 900 puntos básicos y se consolidó una salida de capitales, mientras que el Banco Central tuvo que intervenir tanto en el mercado de cambios como en los futuros para intentar contener la volatilidad. Aun así, los datos muestran que gran parte de las divisas compradas por la autoridad monetaria ya fueron utilizadas, principalmente para pagos de deuda que no lograron refinanciarse.

Los expertos comentaron que, sin acceso al crédito internacional y con reservas netas muy bajas, la sostenibilidad del actual esquema cambiario se vuelve cada vez más incierta. El aporte de un desembolso del FMI podría ofrecer algo de alivio, pero no alcanza para resolver los desequilibrios estructurales sin un cambio de estrategia. En un contexto global inestable y con el frente interno sin definiciones claras, el margen de maniobra se achica y las decisiones pendientes comienzan a pesar más.

El acuerdo con el FMI

La consultora económica 1816 indicó que las expectativas oficiales sobre un fuerte refuerzo de las reservas del Banco Central se moderaron. A pesar de que el Ejecutivo había sugerido que las reservas brutas podrían duplicarse y alcanzar los u$s 50.000 millones, la cifra esperada para el primer desembolso serían unos u$s 8.000 millones.

Para 1816, este monto, aunque por encima del promedio histórico de los programas del Fondo —que usualmente no superan el 40% del total en el primer giro—, no representa una ruptura inédita con la tradición del organismo. De hecho, señalaron que el FMI ha demostrado flexibilidad en sus programas con Argentina en otras ocasiones, por lo que no sorprende un eventual desvío de las prácticas habituales.

La consultora también contextualizó esta cifra a partir del desempeño fiscal del Gobierno de Javier Milei, lo que justificaría, al menos parcialmente, la magnitud del desembolso. Sin embargo, dejaron entrever que la discusión clave no pasa tanto por el monto inicial, sino por si será suficiente para sostener la estabilidad macroeconómica en el corto y mediano plazo.

Así, advirtieron que todo dependerá del comportamiento del riesgo país y del acceso a financiamiento externo. Si el riesgo país no se reduce de manera significativa, el uso de los dólares del FMI sin cambios en el régimen cambiario luce inviable.

Golpes internacionales y su impacto local

En la misma línea, desde la consultora Eco Go analizaron el impacto de las recientes medidas adoptadas por Donald Trump, agrupadas bajo el denominado "Día de la Liberación", que desencadenaron un fuerte retroceso en los mercados globales y una significativa destrucción de valor. A diferencia de otras crisis, esta vez no hubo una respuesta coordinada a nivel global, lo que deja a la Reserva Federal bajo presión en un contexto donde confluyen riesgos de mayor inflación y una potencial recesión.

Según la evaluación de Eco Go, este panorama internacional desfavorable se combina con una dinámica local que ya de por sí atraviesa una etapa crítica. La combinación de un comercio internacional en retroceso y un desempeño débil de Brasil, el principal socio comercial del país, configura un escenario con menores oportunidades para generar dólares a través del comercio exterior.

Este contexto limita aún más la capacidad del país de acumular reservas, algo clave para la estabilidad macroeconómica. La consultora remarcó que esta menor disponibilidad de divisas ocurre en un momento en el que la incertidumbre sobre el esquema cambiario se acentúa, especialmente mientras persiste la demora en cerrar un nuevo acuerdo con el FMI.

En conjunto, el panorama que describen desde Eco Go revela un entorno económico sumamente frágil, donde las vulnerabilidades domésticas se agravan por factores globales que parecen fuera del control del Gobierno argentino.

Riesgo país en alza y tensiones cambiarias

En materia financiera, la semana también dejó señales negativas. El riesgo país superó nuevamente los 900 puntos básicos, lo que representa un aumento de 366 puntos desde los mínimos registrados en enero. Mientras que América Latina en su conjunto experimentó un aumento promedio de 41 puntos, en países como Brasil, Chile y Uruguay los incrementos fueron menores, entre 11 y 18 puntos. En cambio, en Argentina el deterioro fue más profundo y está directamente vinculado a la desconfianza en las perspectivas económicas y al desarme del "carry trade".

Desde Eco Go explicaron que esta reversión de flujos implicó ventas en el mercado oficial de cambios por cerca de u$s 1.800 millones desde mediados de marzo. Si bien el Banco Central logró reducir sus ventas durante la última semana y comenzó a intervenir en los mercados de futuros de dólar, la presión sobre las reservas no cede.

El problema de fondo, según los expertos de la consultora, es que la actual dinámica financiera erosiona la capacidad de sostener el esquema cambiario vigente. La volatilidad en los dólares financieros y la pérdida de confianza en las tasas en pesos están empujando a una mayor dolarización, justo en un momento en que las reservas líquidas son escasas.

El incremento del riesgo país también pone en jaque la posibilidad de acceder a financiamiento externo a tasas razonables, lo que hace más urgente un acuerdo con el FMI y una definición clara sobre el rumbo cambiario.

Compromisos financieros y la urgencia de un acuerdo

En este contexto, los expertos de Eco Go remarcaron que la Argentina necesita con urgencia un acuerdo con el FMI para poder hacer frente a sus compromisos financieros más inmediatos. Actualmente, los depósitos en dólares en el sistema financiero ascienden a unos u$s 1.916 millones, monto que apenas alcanza para cubrir los pagos de intereses y amortizaciones hasta junio, que rondan los u$s 1.896 millones. Esto, claro, asumiendo que una parte de esos vencimientos pueda ser refinanciada.

El panorama se complica aún más a partir de julio, cuando vencen compromisos con acreedores privados que superan los u$s 3.500 millones, entre capital e intereses.

Desde Eco Go advirtieron que, ante esta escasez de dólares líquidos, se hace cada vez más difícil sostener el esquema cambiario actual, que combina un tipo de cambio blend para los exportadores con una devaluación administrada (crawl). La viabilidad de este esquema ya había sido cuestionada semanas atrás por el propio ministro de Economía, y el deterioro de las condiciones externas vuelve a ponerlo en duda.

A todo esto se le suma un escenario de gobernanza global altamente tensionado, en el que la Argentina no figura entre las prioridades de los grandes actores financieros. Este factor reduce las probabilidades de obtener apoyo internacional significativo y refuerza la necesidad de una estrategia clara y realista para enfrentar los próximos meses.

Factores globales dominan el escenario argentino

Según la evaluación de la consultora económica 1816, el contexto financiero internacional comenzó a pesar más que las particularidades locales en la evolución de los activos argentinos. Durante semanas, los mercados estuvieron dominados por factores internos como las negociaciones con el FMI y la incertidumbre cambiaria. Sin embargo, el anuncio de aranceles por parte de Estados Unidos, enmarcado en lo que denominaron el "Liberation Day", desplazó el foco hacia los riesgos sistémicos globales.

Desde 1816 explicaron que, si bien algunos elementos del entorno internacional, como la debilidad del dólar y la caída en las tasas de los bonos del Tesoro estadounidense, podrían jugar a favor de la Argentina, estos efectos positivos se ven opacados por la baja en los precios de commodities clave como la soja y el petróleo. Este retroceso en los términos de intercambio representa un obstáculo para el desempeño exportador del país.

Los analistas de la consultora advirtieron además que, si el conflicto comercial escala a mayores niveles, podría derivar en una recesión global que impacte de lleno en economías como la argentina. Tal escenario implicaría una menor demanda externa y un deterioro adicional en las condiciones de financiamiento, en un contexto en el que el país aún no ha recuperado el acceso a los mercados internacionales.

En ese sentido, 1816 remarcó que el foco de los inversores está migrando rápidamente desde cuestiones específicas de la política económica local hacia dinámicas de alcance global, que podrían condicionar severamente las decisiones del Gobierno argentino en los próximos meses.

Las reservas y su escasa recuperación real

Uno de los puntos más destacados por los expertos fue el contraste entre las compras de divisas realizadas por el Banco Central desde la asunción del nuevo gobierno y el escaso aumento de las reservas netas. Aunque el BCRA adquirió cerca de u$s 24.000 millones en el mercado oficial de cambios, las reservas netas solo crecieron unos u$s 2.000 millones en el mismo período.

Este desfasaje, según explicaron desde 1816, se debe principalmente a los pagos de deuda pública que no pudieron ser refinanciados en el exterior. En otras palabras, una parte significativa de las divisas compradas fue utilizada para cumplir con obligaciones externas, lo que limita el poder de fuego del Banco Central y restringe su capacidad de intervención.

Los analistas también pusieron la lupa sobre el origen de las divisas que permitieron esas compras del Central. Señalaron que gran parte de ellas provino de importaciones no pagadas en los primeros meses de gestión y del ingreso de dólares vía préstamos bancarios en el marco del blanqueo. Al agotarse estos factores, sostienen que la acumulación de reservas enfrenta serios desafíos.

Ante este panorama, desde 1816 ven con altas probabilidades la eliminación del esquema "blend" de liquidación de exportaciones, lo cual impactaría directamente en los dólares financieros como el CCL y, por ende, en la brecha cambiaria. Sin embargo, plantean una incógnita clave: si el FMI aceptaría que el Banco Central utilice sus reservas para intervenir en estos mercados.

Expectativas, incentivos y el frente cambiario

El análisis de 1816 también se detuvo en los incentivos que actualmente rigen el comportamiento de los actores económicos respecto al mercado oficial de cambios. A pesar de que muchos mantienen incentivos para cancelar obligaciones o postergar liquidaciones, la llegada de la cosecha gruesa introduce un nuevo elemento de presión sobre la dinámica del dólar mayorista.

Desde la consultora explicaron que las expectativas de tipo de cambio jugarán un rol fundamental en la oferta privada de divisas. En un contexto donde los contratos de futuros reflejan una devaluación mensual implícita superior al 4%, es difícil que los exportadores estén dispuestos a liquidar con fluidez, lo que tensiona aún más el esquema actual.

Este punto lleva a pensar que, sin una alineación clara entre expectativas y política cambiaria, el mercado podría volverse más volátil. Para 1816, la consistencia entre señales oficiales, incentivos de mercado y reglas de juego claras será clave para lograr que la oferta privada contribuya a una mayor estabilidad cambiaria.

En definitiva, los expertos concluyeron que el margen de maniobra del Gobierno es limitado si no logra restablecer la confianza y reconstruir reservas de forma sostenible. De no mediar un cambio en las condiciones externas o en el diseño del régimen cambiario, las tensiones podrían escalar nuevamente en un contexto de vulnerabilidad estructural.

A cuánto cotiza el dólar blue hoy

El dólar blue cerró en $1.375 para la venta y a $1.355 para la compra.

Cómo operan los dólares financieros

En el segmento bursátil, el dólar contado con liquidación (CCL) se negocia a $1.325, mientras que el dólar MEP opera en $1.318.

Cuál es el precio del dólar oficial

La cotización del dólar minorista del Banco Nación arranca a $1097,50.

El dólar mayorista se negocia un promedio de $1077.

Por su parte, el dólar turista se ubica en $1.426,43.

La brecha cambiaria

Por último, la brecha cambiaria entre el dólar mayorista y los diferentes tipos de cambio, se encuentra de la siguiente manera:

  • Blue: 27%
  • CCL: 27%
  • MEP: 27%

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