El Banco Central apunta a llevar el dólar al piso de la banda para acelerar la baja de la inflación
En un nuevo intento por consolidar la desinflación, el Banco Central (BCRA) apuesta a una estrategia audaz: permitir que el dólar caiga hasta el piso de la banda cambiaria -actualmente en $1.000- sin intervenir en el mercado y con una estricta disciplina monetaria. Así lo explicó Federico Furiase, director del BCRA y una de las voces más activas del equipo económico liderado por el ministro Luis Caputo.
A través de un extenso mensaje en redes sociales, Furiase ratificó que la prioridad del Gobierno sigue siendo la baja sostenida de la inflación. Para ello, señaló que el BCRA no intervendrá mientras el dólar se mantenga dentro de los límites previamente establecidos -un piso de $1.000 y un techo de $1.400-, lo que impide una expansión de la base monetaria a través de la compra de divisas.
"El nivel del piso móvil de la banda está asociado a la recapitalización del BCRA con USD 20.000 millones en reservas líquidas y la decisión de mantener la cantidad de dinero fija dentro de la banda, con foco absoluto en desinflación", remarcó Furiase.
Bandas de flotación del dólar: por qué el Gobierno cree que tenderá a ir al piso
Uno de los pilares del esquema es el fuerte ingreso de divisas que se espera a partir de mayo por la cosecha gruesa, lo que generaría una mayor oferta de dólares en el mercado. Ese flujo, sumado a una demanda de pesos en ascenso, generaría presión bajista sobre el tipo de cambio.
En un extenso postero, Furiase señaló""Punto Anker" y compra de dólares en el piso de la banda en equilibrio general dinámico. En equilibrio general dinámico no son sustitutos perfectos la remonetización vía el Tesoro devolviendo pesos en las licitaciones primarias contra cancelación de deuda y la monetización vía compra de dólares del BCRA en el piso de la banda. Por otro lado, desde el lado del policy maker, siempre hay que estar un paso adelante y ganar opcionalidad ante escenarios con equilibrios múltiples".
Y añadió: "La remonetización vía el Tesoro devolviendo $ en las licitaciones primarias contra cancelación de deuda refleja un exceso de demanda de pesos (liquidez)/exceso de oferta de títulos públicos de los bancos ("punto Anker") consistente con tasas reales endógenamente bien positivas, derivado de un proceso virtuoso de desplome de la inflación, baja de tasas nominales y recuperación de la demanda de dinero/crédito del sector privado, dada la base monetaria amplia fija".
"La remonetización vía compra de USD del BCRA en el piso de la banda es la consecuencia de un exceso de demanda de pesos/oferta de dólares, dado los fundamentos macro, el saneamiento de los stocks y los flujos esperados. El nivel del piso (móvil) de la banda tiene que ver con que dada la recapitalización del BCRA con USD20.000 Millones de desembolsos inmediatos de reservas líquidas de libre disponibilidad, la prioridad es mantener "M" fijo al interior de las bandas priorizando el objetivo de desinflación", explicó.
De esto se desprende, añadió "que la remonetización vía compra de USD en el piso de la banda no necesariamente resuelve el exceso de demanda de pesos (liquidez)/exceso de oferta de títulos del Tesoro de los bancos por dos razones. Por un lado, la velocidad de ajuste no es la misma: podemos tener una licitación del Tesoro con roll over menor al 100% por las buenas razones ("punto Anker") antes de llegar al piso de la banda. Por otro lado, el "punto Anker" tiene que ver con una óptima decisión de cartera de los bancos de incrementar su exposición al sector privado (dando créditos a familias y empresas) en detrimento de la exposición en el sector público, producto de la estabilización macro y la no necesidad de financiamiento al Tesoro. Y dicha dinámica es independiente del nivel de FX al que el BCRA monetice contra compra de USD y en algunas licitaciones es un proceso inelástico a la tasa de corte de la licitación del Tesoro".
"El policy maker tiene que estar un paso adelante y ganar opcionalidad ante escenarios con equilibrios múltiples: de ahí la construcción preventiva de un colchón de reservas en pesos del Tesoro desde hace 1 año con el sup. primario y las colocaciones netas del Tesoro en el mercado local, como fue explicando el ministro en sucesivas ocasiones", enfatizó.}
"Reservas en pesos ahora reforzadas con el giro de utilidades del BCRA al Tesoro que serán depositadas en el BCRA con efecto monetario neutro y que fueron originadas en el sup. fiscal y la estrategia financiera del Tesoro (además de que equivalen aprox. al sup. primario esterilizador estimado para todo el año). Reservas en pesos del Tesoro que funcionan como un buffer exclusivo para cubrir eventuales licitaciones del Tesoro con roll over debajo del 100% por las buenas razones contra cancelación de deuda (afianzando la solvencia fiscal intertemporal) como contrapartida del exceso de demanda de liquidez de los bancos para aumentar la demanda de crédito de familias y empresas (equilibrio virtuoso). Buffer de pesos que además acota la volatilidad esperada de tasas, incentivando la extensión de duration del inversor en línea con la estrategia financiera que viene llevando el Tesoro", indicó.
En la medida que ingresen otros jugadores (fondos comunes, inversores no residentes, entre otros), esta tensión debería revertirse acelerando el proceso de compresión de tasas reales y la demanda de bonos del Tesoro en moneda local", concluyó.
Desde que se anunció el fin del cepo cambiario, el dólar financiero retrocedió cerca de un 12%. De niveles de $1.350 previos a la liberalización, pasó a estabilizarse en torno a los $1.190 en los últimos días. Sin embargo, en el Gobierno consideran que aún hay margen para que siga bajando hasta tocar el piso.
La mirada oficial sobre el dólar y la inflación
Mientras algunos analistas creen que es improbable que el dólar llegue a $1.000, ya que los inversores podrían anticiparse a ese valor y salir a comprar divisas, desde el BCRA sostienen que ese comportamiento es parte del diseño del sistema: quien compre a valores cercanos al piso lo hará sin intervención oficial y sin presionar la emisión monetaria.
Por su parte, el ministro Caputo relativizó las metas de compra de divisas del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Desde Washington, durante su participación en la reunión de primavera del FMI y el Banco Mundial, afirmó: "Lo que importa no es el objetivo de compra de dólares, sino mantener el superávit fiscal, cuidar las reservas y sostener el proceso desinflacionario".
En esta etapa, el Gobierno prioriza que la inflación baje con fuerza por sobre la acumulación de reservas. De hecho, el plan se sostiene en no expandir la cantidad de dinero. Así, se espera que un dólar en retroceso contribuya a consolidar la caída de los precios.
A pocos días de cerrar abril, las consultoras privadas coinciden en que la inflación del mes se ubicaría cerca del 3,2%, con una desaceleración pronunciada en la segunda mitad del mes. En términos "punta a punta", incluso podría acercarse al 2,5%.
Estos números alientan al equipo económico, que ya anticipa una continuidad de la tendencia bajista en mayo, aunque con ciertos factores que podrían ponerle un límite. Entre ellos, el aumento del 6% en el transporte público previsto para ese mes, que por su peso en la canasta de consumo podría agregar presión al índice.
Con el calendario electoral cada vez más presente, el Gobierno apuesta a mostrar resultados tangibles en materia de inflación como carta de presentación. Una baja sostenida de precios podría abrir la puerta a una mejora en los ingresos reales y a una recuperación del consumo, dos variables clave para el humor social en el corto plazo.
La estrategia oficial, entonces, combina un tipo de cambio que tienda a la baja con una emisión monetaria contenida, ingreso de divisas por exportaciones y una señal clara al mercado: el BCRA no comprará dólares salvo que se toque el piso de la banda. El mensaje es claro: el ancla monetaria no se mueve.