El Merval se desplomó tras el feriado y las acciones cayeron más de 8%, en reacción al conflicto en Medio Oriente
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Tras el feriado del viernes por el Día de la Bandera, el mercado local retomó la actividad con una marcada corrección a la baja. Al inicio de la semana, el índice Merval operó en terreno negativo y retrocedió con fuerza un 4,2%, a mínimos de abril, afectado por la creciente tensión geopolítica en Medio Oriente, que arrastró a los papeles argentinos.
Dentro del panel líder, las principales bajas fueron lideradas por Transportadora de Gas del Sur, que se hundió un 8,2%, seguida por Transener (-7,9%), Metrogas (-7,2%), Aluar (-6,1%) y Banco de Valores (-6%).
En línea con el comportamiento del mercado doméstico, los ADRs de compañías argentinas que cotizan en Wall Street mostraron un desempeño adverso. Entre los papeles con peor performance del día se destacaron Grupo Financiero Galicia (-3,1%), YPF (-2,6%), Banco Macro (-2,1%), Edenor (-2,1%) y Tenaris (-1,9%).
En contrapartida, el segmento de renta fija ofreció un respiro. Los bonos soberanos en dólares operaron mayormente en alza, con el Global 2030 a la cabeza, que subió un 1,4%, seguido por el Bonar 2035, que ganó un 1,3%. Por su parte, los títulos en pesos ajustados por CER mostraron descensos moderados de hasta 0,3%, siendo el TX26 el que lideró las bajas dentro de ese grupo.
Crisis en Medio Oriente: Wall Street operó con moderado optimismo
Las acciones en Wall Street comenzaron la semana en verde en medio de la incertidumbre generada por la intervención militar de Estados Unidos en Irán. La reacción de los mercados reflejó un equilibrio inestable entre la tensión geopolítica y la expectativa de que el conflicto no escalara a una guerra regional de gran escala. A medida que los inversores evaluaban las posibles respuestas de Irán, el foco giró hacia las consecuencias económicas de este nuevo episodio en Medio Oriente.
Así, el S&P 500 avanzó un 0,96%, mientras que el índice tecnológico Nasdaq subió alrededor de un 0,94%. Por su parte, el Dow Jones Industrial Average ganó un 0,89%. La volatilidad que siguió a los ataques fue dando paso a una relativa calma, a medida que los operadores consideraron la posibilidad de que esta escalada no alterara estructuralmente el comercio global ni el suministro de energía.
Aunque el mercado reaccionó con sobresalto al principio —con una suba de más del 4% en el precio del petróleo—, las señales de que no se trataría de una confrontación prolongada moderaron los movimientos. Para los inversores, por el momento, los ataques parecen un evento puntual, más que el comienzo de una guerra a gran escala, según el análisis de estrategas internacionales. La limitada migración hacia activos refugio respalda esta percepción.
El presidente Donald Trump confirmó el sábado por la noche que Estados Unidos atacó tres principales centros de enriquecimiento nuclear iraníes, asegurando que fueron "totalmente destruidos", aunque analistas independientes cuestionaron esa afirmación. Además, advirtió que, si Irán no busca rápidamente iniciar negociaciones de paz, podrían lanzarse nuevos ataques.
La limitada respuesta de Irán y alivio en el precio del petróleo
La televisión estatal iraní aseguró esta noche que fuerzas de Teherán atacaron "con éxito" posiciones de Estados Unidos en la base aérea de Al Udeid, en Qatar, y en instalaciones militares norteamericanas en Irak, en represalia por los recientes bombardeos de Washington sobre complejos nucleares iraníes.
El anuncio se produjo minutos después de que la Autoridad de Aviación Civil qatarí cerrara el espacio aéreo del emirato "por razones de seguridad" y ordenara desvíos inmediatos de vuelos comerciales.
El crudo Brent, que había superado los 80 dólares por barril tras los bombardeos, se replegaba este lunes hacia los 71 dólares. El petróleo WTI, de referencia para Estados Unidos, también perdía impulso y bajaba de los 68,50 dólares. La corrección en los precios sugiere que los inversores ven poco probable una interrupción prolongada del flujo de energía global.
Wall Street sigue de cerca la evolución del precio del petróleo, dado que un salto sostenido en la cotización podría acelerar la inflación. Esta posibilidad preocupa al mercado, ya que podría alterar los planes de la Reserva Federal y retrasar las esperadas bajas de tasas de interés.
La Reserva Federal, entre la incertidumbre global y la presión inflacionaria
La Reserva Federal ya enfrentaba una coyuntura compleja antes del ataque del fin de semana. El escenario de política monetaria era incierto, y ahora lo es aún más tras la intervención militar ordenada por Trump. Los funcionarios del banco central deberán evaluar cómo este nuevo frente de conflicto podría modificar las proyecciones económicas a corto y mediano plazo.
La división interna dentro de la propia Fed quedó evidenciada la semana pasada en su tradicional "diagrama de puntos", que muestra las expectativas de los miembros del Comité de Mercado Abierto. Ocho funcionarios proyectaban dos recortes de tasas en lo que resta del año, mientras que siete no anticipaban ningún cambio, un aumento significativo respecto de las cuatro voces que sostenían esa postura en el informe anterior.
La ofensiva contra instalaciones nucleares iraníes añade un nuevo factor de análisis en las discusiones internas de la Fed. Los impactos de la política exterior, fiscal y migratoria de Trump sobre la inflación y el crecimiento económico podrían redefinir la estrategia del organismo en la próxima reunión prevista para julio.
Además, crece la preocupación entre analistas del mercado sobre la posibilidad de que una suba prolongada en los precios del petróleo, sumada al efecto inflacionario de los aranceles aplicados por el gobierno estadounidense, intensifique las presiones sobre el costo de vida. Esto podría obligar a la Fed a sostener una postura más cautelosa, incluso si otros indicadores justificaran un recorte de tasas.
Los mercados frente a un nuevo escenario: cautela y sensibilidad
La reacción de los mercados financieros ante el ataque de Estados Unidos a Irán refleja una combinación de prudencia y análisis frío. Si bien el impacto inicial fue significativo, especialmente en el petróleo, la posterior moderación en los precios sugiere que los inversores descuentan un escenario de escalada limitada.
La volatilidad se mantiene, pero dentro de rangos acotados, mientras los analistas intentan anticipar cuál será el próximo movimiento de Teherán y cómo responderá Washington. En este contexto, la política internacional vuelve a tomar protagonismo como variable clave en el rumbo de los mercados globales.
Los datos económicos internos en EE.UU. ya no son el único foco de atención para los inversores. La geopolítica se reintroduce con fuerza en el tablero financiero y podría alterar los tiempos y las decisiones de los principales bancos centrales. La evolución de los precios del crudo, la inflación y las tasas de interés están, hoy más que nunca, interrelacionadas.
En este nuevo contexto, el desafío para la Reserva Federal será doble: contener expectativas de inflación sin sofocar la recuperación económica, y adaptarse con rapidez a un entorno internacional donde los riesgos no solo son financieros, sino también geoestratégicos.