MERCADO CAMBIARIO

El dólar que usan las empresas superó los $1200: qué pasó con blue y el oficial

El dólar oficial cerró estable y el blue se mantuvo como la cotización más alta, en una plaza con señales mixtas. A cuanto cerró el mayorista y el MEP
Por Marcos Phillip
FINANZAS - 27 de Junio, 2025

El dólar minorista cerró este viernes, sin cambios, a $1.205 en las pantallas del Banco Nación. En el segmento informal, el dólar blue se vendió sin variaciones, en $1.210, con lo que sigue siendo la cotización más alta de la plaza cambiaria.

En el segmento financiero, el contado con liquidación (CCL) avanzó 0,3% hasta $1.203, mientras que el dólar MEP cedió 0,1% y se negoció en $1.197. Por su parte, el tipo de cambio mayorista cayó cincuenta centavos y se ubicó en $1.189, con lo que anotó su segunda baja consecutiva.

Con el foco puesto en reforzar las reservas internacionales y contener el dólar en la previa electoral, el Gobierno intensificó su estrategia financiera y monetaria. En las últimas semanas, profundizó medidas que combinan deuda en dólares con ajustes en el mercado local, en un intento de sostener el equilibrio macroeconómico sin recurrir a intervenciones abruptas del Banco Central.

Los analistas del mercado coincidieron en que el Ejecutivo consolidó un enfoque más pragmático: por un lado, con tasas de interés en pesos determinadas por el mercado; por otro, con menor intervención directa en el mercado de cambios dentro de la banda establecida. Este giro busca reforzar la coordinación de expectativas y evitar sobresaltos financieros en un trimestre clave para el programa económico.

Nueva arquitectura monetaria: menos control de precios, más señales de mercado

Desde el Banco Central, la atención se enfocó en el manejo de agregados monetarios, dejando de lado el control simultáneo del precio del dinero. A través de operaciones de mercado abierto con Lecaps, la autoridad monetaria ajustó directamente la liquidez.

 Al mismo tiempo, los cambios en los encajes bancarios apuntaron a suavizar la volatilidad del fondeo y facilitar un sendero descendente en las tasas nominales.

Para los expertos, la continuidad de tasas reales positivas se convirtió en una herramienta clave para sostener la calma cambiaria, sin necesidad de intervención oficial. La determinación endógena del costo del dinero generó condiciones para que el peso se mantuviera firme, mientras se avanzaba hacia una normalización monetaria más estructural.

Más deuda en dólares para sumar reservas sin alterar el equilibrio monetario

En cuanto a la acumulación de reservas, el Tesoro avanzó con emisiones de deuda en pesos a ser suscriptas con dólares, destinadas tanto a inversores locales como internacionales. El éxito del bono TY30P fue tomado como una señal positiva, y el Gobierno evalúa replicar la colocación con instrumentos similares en tramos más largos de la curva.

Según los analistas, esta vía permite fortalecer las reservas netas sin generar presión sobre el mercado de cambios, siempre que la participación de no residentes se mantenga bajo control. Advirtieron que un exceso de tenencias extranjeras podría derivar en desequilibrios si se repite la experiencia de otros períodos.

Además, destacaron que esta estrategia requiere mantener la prudencia fiscal y garantizar fundamentos sólidos, para evitar que una salida de capitales complique la sostenibilidad del esquema.

Cambio de prioridades tras el acuerdo con el FMI

De acuerdo con un informe de la consultora 1816, tras el nuevo acuerdo con el FMI en abril —que implicó una "prior action" para acceder a un desembolso inicial— el Gobierno reordenó sus prioridades. Pese al compromiso de intervenir en el mercado cambiario dentro de la banda, el equipo económico optó por implementar un esquema de flotación limpia, centrando su esfuerzo en retomar la desinflación.

La lectura oficial fue que intervenir comprando dólares podría fijar un piso alto para el tipo de cambio, complicando así la baja del IPC. En ese contexto, se logró una mejora en la dinámica de precios, pero al costo de un incumplimiento en la meta de reservas.

Según cálculos de 1816, el BCRA terminó con un déficit de aproximadamente u$s 4.000 millones respecto al objetivo pactado con el FMI.

Emisiones en "Hard Dollar" y apetito por renta fija

Para compensar esa brecha, el Tesoro anunció la colocación de hasta u$s 1.000 millones mensuales en títulos nominados en dólares. Estos bonos —incluidos Botes y futuros instrumentos Hard Dollar— podrán ser suscriptos por inversores locales y del exterior.

El atractivo de estas emisiones reside en tasas de interés de un solo dígito, consideradas competitivas en el actual escenario.

Desde la consultora 1816 remarcaron que el sistema bancario local muestra niveles de liquidez elevados. Los depósitos privados en dólares rondan los u$s 30.000 millones, con encajes por u$s 13.000 millones en el BCRA, cifra que se eleva a u$s 18.000 millones si se suman los fondos líquidos en bancos. Este entorno favorece la demanda por instrumentos de renta fija en moneda dura.

La expectativa es que tanto inversores institucionales offshore como ahorristas locales vean con buenos ojos estas colocaciones, ampliando la base de financiamiento sin comprometer reservas ni modificar la política cambiaria.

Tasas reales, expectativas y señales de continuidad

Desde la consultora SBS remarcaron que la estabilidad de las tasas reales sería clave para consolidar la calma cambiaria y la tendencia desinflacionaria. Este comportamiento contribuiría a preservar la confianza en el peso, mientras se evita un sobreajuste que afecte la actividad económica.

Los especialistas también subrayaron la importancia de calibrar adecuadamente las condiciones de liquidez y encajes, para evitar distorsiones no deseadas. En ese sentido, el proceso de transición monetaria avanzó con orden, aunque su éxito futuro dependerá del compromiso fiscal y de señales claras en el plano macroeconómico.

Asimismo, el apetito por instrumentos en pesos y la respuesta del mercado a las licitaciones del Tesoro seguirán siendo variables a monitorear, en un contexto donde las expectativas se alinean con la búsqueda de estabilidad.

Tres caminos para cumplir con el Fondo sin shock

Más allá de las colocaciones locales, 1816 identificó tres caminos que el Gobierno podría utilizar para cumplir la exigente meta de reservas antes de fin de año:

  • Emisiones locales en dólares: el esquema ya vigente de hasta u$s 1.000 millones por mes podría aportar hasta u$s 7.000 millones.
  • Intervención del Tesoro en el MULC: comprando dólares dentro de la banda, con recursos del superávit fiscal.
  • Privatizaciones: ingresos extraordinarios por ventas de activos estatales.
  • Para cerrar el año con saldo positivo, el Ejecutivo debería sumar unos u$s 15.500 millones en reservas netas. Si el financiamiento local no alcanza, se analiza también la posibilidad de salir al mercado internacional con nuevas emisiones, diversificando las fuentes de recursos externos.

    En conjunto, estas estrategias buscan dar respaldo al programa con el FMI sin introducir tensiones en el tipo de cambio ni en el frente financiero. El desafío será sostener la estabilidad macroeconómica con herramientas de mercado, sin perder el ancla nominal ni la credibilidad fiscal.

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