Semáforo de inversiones: qué bonos tienen luz verde y cuáles están en rojo tras advertencias de JP Morgan
En medio de un clima económico cargado de incertidumbre, el Gobierno se prepara para pagar más de u$s4.000 millones en intereses y capital de la deuda. Mientras tanto, los ahorristas e inversores se preguntan qué hacer con ese dinero que vuelve a sus bolsillos: ¿conviene volver a invertir en esos bonos? ¿Cuáles tienen futuro y cuáles es mejor evitar?
La decisión de JP Morgan de recomendar menos exposición a bonos argentinos generó preocupación. Pero, lejos de provocar una huida masiva, varios analistas locales creen que todavía hay buenas oportunidades. Aquí, un repaso claro y sencillo de lo que recomiendan las principales mesas de la City.
Una estrategia para cada perfil
Desde First Capital Group advierten que este 9 de julio no solo es el Día de la Independencia, sino también una fecha clave porque el Estado pagará una cifra millonaria en bonos, principalmente por los títulos AL30 y GD30.
¿Qué hacer con ese dinero? Una de las recomendaciones destacadas es el bono GD30, ideal para quienes buscan ingresos periódicos y cierta previsibilidad. En tanto, para los que toleran algo más de riesgo a cambio de mayor rendimiento, el GD35 y el GD38 aparecen como opciones más agresivas pero con mayor sensibilidad al contexto de incertidumbre.
Para perfiles más conservadores, los Bopreales -emitidos por el BCRA- representan una alternativa estable con rendimientos del 3% -para el BPY26- al 7,3% anual -para el BPOD7-.
También aparecen como atractivas las Obligaciones Negociables (ONs) de empresas con calificación AAA, que en las últimas semanas ofrecieron tasas del orden del 8%.
Cuatro caminos de inversión
GMA Capital propone un enfoque claro y adaptado a distintos perfiles. Para quienes priorizan estabilidad, los Bopreales también se ubican como primera opción. Quienes buscan flujo de ingresos más inmediato pueden mirar a los soberanos de corto plazo como el AL29 o el AL30, que permiten recuperar parte del capital antes del recambio presidencial.
En cambio, si la apuesta es a una mejora macroeconómica tras las elecciones, los bonos largos como el GD35, GD41 y AE38 ofrecen más potencial de suba. Para quienes desean combinar liquidez con potencial, la consultora sugiere una estrategia mixta -o barbell- que integre AL30 y AE38.
Un menú completo, con tres estrategias diferentes
Facimex Valores ofrece un menú más completo, diferenciando tres tipos de estrategias: bonos en dólares, manejo de liquidez en pesos y retorno total en pesos.
En lo que respecta a los bonos en dólares, el foco está puesto en el GD35 y GD41. Según su escenario base, estos títulos podrían generar retornos totales del orden del 28% al 29% en el año. También aconsejan aumentar la exposición en bonos provinciales -como los de Córdoba y Santa Fe- por su calidad crediticia y spreads atractivos.
El 20% restante de la cartera en moneda dura se destina a bonos corporativos como los de Telecom o YPF.
Para el manejo de liquidez en pesos, la recomendación pasa por combinar Letes de corto plazo y Lecaps más largas. Se destaca el uso de las Lecaps que vencen entre fines de agosto (S29G5) y mediados de septiembre (S12S5), junto con plazos fijos que superen el 32% de tasa efectiva anual.
Según Facimex, este mix permite conservar capital y obtener una rentabilidad razonable sin tomar grandes riesgos.
En una estrategia más activa, pensada para quienes buscan retorno total en pesos, la consultora propone concentrarse en bonos que ajustan por inflación (CER). Cerca del 70% de la cartera sugerida se coloca en títulos como TX26, DICP y los más cortos como TZXD5. Se complementa con un 15% en bonos nominales (como el Boncer T15D5) y otro 15% en bonos duales (TTJ26 y TTS26) que combinan tasa fija en pesos o tasa TAMAR, según qué variable termine siendo más alta.
El dólar como termómetro y oportunidad
IEB Research utiliza un modelo propio para estimar un valor de referencia del dólar financiero (CCL), que hoy se ubicaría en torno a los $1.229. Si el valor de mercado supera esa cifra, se abre una oportunidad para hacer carry trade, es decir, colocar pesos a tasas altas esperando que el dólar no se dispare más allá de ese valor.
En este sentido, con el dólar CCL en torno a los $1.280, crece el atractivo por vender dólares y hacer tasa en pesos. Por ejemplo, con plazos fijos a 30 días al 36% TNA que ofrece desde Banco del Sol.
Saliendo el mundo carry, para IEB los bonos como el GD35 y GD38 aparecen como las opciones más prometedoras. No solo por su potencial de revalorización, sino también porque el riesgo asumido estaría justificado si el rumbo económico no se deteriora.
En paralelo, los bonos en pesos -como las Lecaps y el bono dual TTM26- ganan protagonismo por sus tasas atractivas y menor exposición al riesgo externo.
¿Qué había dicho JP Morgan?
La advertencia de JP Morgan generó ruido: recomendó reducir la exposición a bonos argentinos. Sin embargo, los analistas de la City no lo ven como una señal de alarma total.
Al contrario, muchos consideran que hay que ajustar carteras, pero no salir corriendo.
Para varios expertos, hay bonos que siguen siendo atractivos, sobre todo los que tienen vencimientos intermedios y pagan cupones de forma periódica. Esos instrumentos pueden ofrecer una buena combinación entre ingreso y recuperación de capital, sin quedar demasiado expuestos a eventos de largo plazo.
Semáforo de inversiones: ¿en qué color está cada bono?
En términos simples, los analistas coinciden en que:
Los bonos en dólares más largos, como el GD41 o GD46, están hoy en rojo, ya que implican demasiado riesgo para el retorno que ofrecen.
En cambio, los instrumentos de corto y mediano plazo, como GD30, GD35, GD38 y AL30, siguen en verde, especialmente para quienes buscan una renta periódica y menor exposición al largo plazo. Bonos provinciales bien calificados y ONs corporativas sólidas también son vistas como opciones válidas para carteras más conservadoras.
Los amarillos del semáforo -como los Bopreales o los bonos CER muy cortos- se ubican en el terreno intermedio, útiles para conservar capital con algo de rendimiento, pero sin grandes expectativas de ganancia.