• 4/12/2025
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El Tesoro volvió a comprar dólares y sumó casi u$s500 millones a las reservas del BCRA, en medio de la tensión cambiaria

El Banco Central intervino en el mercado cambiario y compró una fuerte suma de dólares. Las reservas subieron hoy en u$s500 millones
16/07/2025 - 21:10hs
El Tesoro volvió a comprar dólares y sumó casi u$s500 millones a las reservas del BCRA, en medio de la tensión cambiaria

El ministro de Economía, Luis Caputo, volvió a comprar divisas este miércoles, con el tipo de cambio dentro de la banda cambiaria, que va de los $1.000 hasta los $1.400. Así, repitió la misma estrategia adoptada a fines de junio y al inicio de julio.

El Tesoro argentino efectuó una nueva compra de dólares y las reservas del Banco Central argentino treparon en unos u$s500 millones. Esto confirma el giro en la política cambiaria del equipo económico, para tratar de reforzar las reservas, como reclama el Fondo Monetario.

El movimiento fue confirmado por el director del Banco Central y hombre fuerte entre los asesores de Caputo, Federico Furiase.

Según informó el Banco Central, las reservas subieron este miércoles a $39.551 millones, cuando en el cierre del martes estaban en $39.060 millones.

El dólar oficial retrocedió y el blue perforó el piso de $1.300

A mitad de semana, el dólar minorista se vendió con una baja de cinco pesos, a $1.275 en las pantallas del Banco Nación, pese a que durante parte de la jornada anterior había alcanzado los $1.300, marcando así un nuevo máximo histórico intradiario.

En el mercado informal, el dólar blue se negocia con una caída de treinta y cinco pesos, a $1.295, aunque continúa siendo la variante más cara dentro del mercado cambiario. En el segmento financiero, el contado con liquidación (CCL) retrocedió 0,6%, a $1.271, mientras que el dólar MEP bajó 0,3%, hasta los $1.271. Por su parte, el tipo de cambio mayorista registró un leve repunte de un peso y se posicionó en $1.261.

En las últimas jornadas, el mercado cambiario argentino comenzó a mostrar nuevamente señales de presión, con un dólar financiero que mantiene la atención del mercado y una oferta de divisas que no termina de consolidarse. Los analistas coinciden en que este escenario está motorizado por un conjunto de factores: una liquidación irregular por parte del agro, una demanda creciente por cobertura, movimientos tácticos del Tesoro y la persistencia de intervenciones oficiales para anclar el tipo de cambio financiero.

Uno de los elementos centrales que explican la actual dinámica es el comportamiento del sector exportador. Los expertos señalaron que, si bien hubo un repunte en las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) hacia fines de junio, el ritmo de ingreso de divisas fue desigual durante los primeros días de julio. A esto se suma el marco legal que permite un plazo de quince días hábiles para liquidar los dólares, lo cual habilita estrategias más defensivas por parte de los agroexportadores.

De hecho, según los datos relevados, los montos ingresados por el agro oscilaron fuertemente entre jornadas, con picos y caídas que reflejan una postura más conservadora del sector. Parte de este comportamiento también podría explicarse por el intento de capturar diferenciales de tasas a través de estrategias financieras, como el arbitraje entre futuros y spot.

Del lado de la demanda, los analistas identifican tres factores que, en simultáneo, están presionando al tipo de cambio: cierre de operaciones de carry trade por parte de inversores, adelantamiento de pagos por parte de importadores, y dolarización de carteras de particulares. Esta conjunción de fuerzas contribuyó a tensar el mercado en la primera quincena de julio.

Un esquema de control que empieza a mostrar límites

A pesar de que el tipo de cambio oficial se mantuvo bajo control gracias a una estrategia de crawling peg moderado, el mercado financiero muestra fisuras. La brecha con el MEP sigue contenida, pero las presiones latentes ya comienzan a sentirse. Las intervenciones del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) a través de compras del bono AL30 jugaron un rol central durante el primer semestre, anclando al MEP en torno a los $1.300.

Según un informe de la consultora económica 1816, esta estrategia implicó una asignación significativa de recursos: unos u$s 577 millones en valor nominal que se tradujeron en u$s 372 millones efectivamente desembolsados. El objetivo fue evitar movimientos bruscos en el contado con liquidación (CCL), generando cierta estabilidad cambiaria.

En paralelo, el Banco Central acumuló reservas, un proceso que ayudó a respaldar estas intervenciones sin generar tensiones inmediatas. Sin embargo, la sostenibilidad del esquema depende de que los ingresos por exportaciones agroindustriales se mantengan altos, algo que no está garantizado para el segundo semestre.

Otro elemento relevante fue la evolución de la tasa de caución a un día, que mostró una leve baja durante el mismo periodo. Desde 1816 interpretaron esto como una señal de contracción monetaria dirigida a reforzar el anclaje del tipo de cambio en el corto plazo.

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