MERCADO CAMBIARIO

El dólar oficial marcó un nuevo récord y el mayorista quedó cerca de los $1.300

El tipo de cambio oficial volvió a presionar al mercado: marcó un nuevo máximo, el blue se mantuvo en la cima y los financieros operaron con volatilidad
Por Marcos Phillip
FINANZAS - 29 de Julio, 2025

El dólar minorista cerró este martes con una baja de cinco pesos, a $1.300 en las pantallas del Banco Nación, pese a haber operado gran parte de la jornada en torno a los $1.310, lo que implicó un nuevo récord intradiario. En el mercado informal, el dólar blue finalizó sin cambios en $1.320 y se consolidó como la cotización más alta dentro del mercado.

En el segmento financiero, el contado con liquidación (CCL) retrocedió 0,8% y se ubicó en $1.290, mientras que el dólar MEP cayó 0,1% hasta los $1.294. Por su parte, el tipo de cambio mayorista descendió cuatro pesos y cerró en $1.291, a pesar de haber operado por momentos por encima de los $1.300.

En medio de un escenario dominado por la tensión financiera y la proximidad de las elecciones, distintos analistas coincidieron en advertir que el equilibrio alcanzado en el mercado cambiario es frágil y costoso. El desarme de las Letras Fiscales de Liquidez (LeFi) y la estrategia de control de agregados monetarios profundizaron la volatilidad en las tasas de interés, obligando a sostener niveles reales elevados que comprometen tanto la actividad económica como la capacidad de financiamiento del Estado.

Los expertos comentaron que la intervención del Banco Central en el mercado de futuros permitió contener las presiones sobre el dólar, pero con efectos colaterales que todavía persisten. Las tasas cortas se dispararon y las condiciones de liquidez se endurecieron, dificultando el funcionamiento normal del sistema financiero. El tipo de cambio, si bien estable, depende hoy de intervenciones constantes y de una política monetaria extremadamente contractiva.

Asimismo, indicaron que el Tesoro enfrenta una agenda desafiante, con vencimientos por delante que deberán renovarse en un entorno de alta desconfianza y escasa demanda genuina por deuda en pesos. A su vez, la posición de reservas, aunque reforzada por el FMI, plantea interrogantes sobre hasta dónde puede sostenerse la defensa cambiaria sin afectar la recuperación. La dolarización preelectoral y la caída de la demanda de crédito son síntomas de un sistema bajo presión.

Para los especialistas, el escenario actual requiere tasas reales muy por encima de lo habitual para sostener la paridad cambiaria, mientras que el crédito bancario pierde dinamismo y las entidades reducen su exposición a deuda soberana. Si bien el tipo de cambio logró estabilizarse momentáneamente, las condiciones que lo sostienen no son sostenibles en el tiempo. A la espera del resultado electoral, el mercado anticipa más volatilidad y posibles cambios de rumbo.

Este esquema requiere mantener una escasa cantidad de pesos circulando, lo que enfría la economía y deja al crédito en mínimos históricos. En paralelo, la deuda en pesos se acumula y tensiona cada vez más el frente fiscal. Aunque las reservas del BCRA recibieron un alivio del FMI, la pregunta que flota entre operadores y analistas es: ¿hasta cuándo puede sostenerse esta paz cambiaria?

Las tasas cortas siguen desalineadas y el BCRA entra en escena

Según el análisis de la consultora económica Invecq, la desarticulación de las tasas cortas aún no encontró un nuevo equilibrio. La tasa de REPO —instrumento clave del BCRA— se ubicó en torno al 43,5%, funcionando como un "piso" tentativo para estabilizar rendimientos. Sin embargo, las brechas entre cauciones, LECAPs y otras referencias siguen siendo amplias.

El mercado, mientras tanto, exige señales claras. El desarme de las LEFI no solo sacudió los portafolios bancarios, sino que expuso cuán dependiente es el sistema de anclas artificiales para contener la volatilidad. La falta de instrumentos confiables para canalizar liquidez obliga a los bancos a moverse entre tasas desalineadas y riesgos crecientes.

Invecq estima que la normalización del mercado puede tardar semanas, y solo si hay coordinación efectiva entre Tesoro y Banco Central. La clave estará en cómo evoluciona la demanda de instrumentos en pesos y en qué nivel se estabilizan las tasas sin perder ancla cambiaria.

¿Dólar contenido con un costo cada vez más alto?

Desde la sociedad de bolsa Mega QM ponen el foco en el impacto macro del nuevo esquema monetario. El desarme de las LEFI buscó purificar el control de agregados monetarios —una de las exigencias del FMI—, pero desató una fuerte presión sobre el dólar y forzó al BCRA a reforzar sus intervenciones.

La estabilidad cambiaria depende ahora de una tasa real inédita, lo que si bien frena la dolarización, también paraliza la demanda de crédito y achica la duración de los portafolios. Según el informe, los bancos prefieren instrumentos cortos y líquidos como las LECAPs, desalentando toda toma de riesgo a plazo. Esto, a su vez, refuerza la rigidez de la curva de rendimientos y complica al Tesoro para financiarse con deuda larga.

El equilibrio actual  -agrega el reporte- necesita de un mix extremo de contracción monetaria, dólar quieto y FMI de respaldo. Pero es insostenible en el tiempo, especialmente si las señales fiscales no acompañan.

Dólar bajo control: ¿una ilusión de corto plazo?

El bróker Mega QM remarca que la intervención en los futuros cambió las reglas del juego antes de tiempo. Si bien permitió evitar saltos bruscos en el dólar, activó interrogantes sobre la sostenibilidad del programa cambiario. Con reservas reforzadas tras un nuevo giro del FMI por u$s 1.350 millones, el BCRA logra sostener el tipo de cambio sin sobresaltos, pero el mercado no compra tranquilidad.

La dolarización preelectoral sigue firme. El apetito por cobertura se mantiene alto, y la volatilidad de tasas refuerza ese sesgo. Además, el pass-through de inflación sigue sorprendentemente bajo, pero Mega QM no descarta un rebote cercano al 2% mensual si persisten las tensiones de corto plazo.

El riesgo país permanece elevado y los fondos del FMI apenas cubren el 25% de los vencimientos proyectados hasta octubre. La señal es clara: el mercado espera definiciones políticas antes de asumir más riesgo en pesos.

Crédito estrangulado y deuda en la mira

Un informe de Mega QM alerta sobre la rigidez del sistema bancario para expandir crédito. Con tasas reales por las nubes y la liquidez diaria mal remunerada, la banca optó por refugiarse en activos seguros de corto plazo. Resultado: la duration se contrajo, el crédito cayó y la economía real empezó a sentir el impacto.

El Tesoro, mientras tanto, enfrenta vencimientos cada vez más complejos. Aunque el stock de deuda neta no parece crítico (57,6% del PBI), la mitad está en pesos y con plazos muy cortos. La concentración de vencimientos hacia 2026 y la escasa demanda genuina complican aún más el panorama.

Los analistas advierten que la liquidez disponible —17 billones de pesos y u$s 1.500 millones— no alcanza para cubrir los vencimientos cercanos. Así, cada licitación se transforma en una prueba de fuego, con tasas más altas como moneda de negociación.

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