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Colapsó la tasa de caución en Argentina: qué hacer con los pesos y qué significa para tus inversiones

El derrumbe de la caución sorprendió al mercado: pasó del 70% al 2% en un día. ¿Qué significa para el futuro de tus inversiones?
Por Marcos Phillip
FINANZAS - 19 de Agosto, 2025

El mercado de pesos argentino atravesó una de las jornadas más sorprendentes de los últimos meses. En la jornada de ayer, la tasa de caución a un día, un indicador que suele reflejar la liquidez inmediata y la percepción de riesgo en el sistema financiero, cayó en picada. Pasó de niveles elevados, que se habían mantenido en torno al 50%–70% anual, a ubicarse en un rango de apenas 1%–5% TNA, con un último cruce registrado en 2,1%.

El fenómeno llamó la atención de analistas y operadores, no por su carácter de cambio estructural, sino por lo inusual de la magnitud y la velocidad de la caída. En palabras del analista financiero Sergio Rodríguez, lo ocurrido representó un "desajuste técnico puntual" en la microestructura del mercado, que no debía interpretarse como una modificación en la política monetaria de fondo.

La clave estuvo en la forma en que se cruzaron factores regulatorios, licitaciones imprevistas y movimientos de liquidez de muy corto plazo. Lo sucedido dejó en claro cómo un exceso transitorio de pesos, sin suficiente contrapartida de demanda, podía alterar las tasas overnight de manera abrupta.

Cambios regulatorios y volatilidad en la microestructura

En las semanas previas al evento, el Banco Central había introducido ajustes en el marco regulatorio que incidieron directamente en la dinámica de las cauciones. Entre ellos, se destacó la obligación de los bancos de cumplir encajes diarios, lo que volvió más estricta la administración de la liquidez. Esta exigencia generó que los flujos intradiarios se volvieran mucho más sensibles a cualquier movimiento inesperado.

Otro elemento novedoso fue la apertura de una ventanilla de liquidez con un tope cercano al 65%. Su objetivo consistía en establecer un techo a la tasa de caución, brindando un mecanismo de contención frente a episodios de estrés. Sin embargo, el día de la caída la ventanilla prácticamente no se utilizó, lo que reforzó la percepción de que el episodio no se trataba de un problema de acceso a fondeo, sino de un desbalance puntual en los flujos.

Rodríguez señaló que estas medidas no alteraban el rumbo general de la política monetaria. Su efecto principal radicaba en incrementar la volatilidad de las tasas de muy corto plazo, en particular de las operaciones overnight. Es decir, el diseño regulatorio buscaba ordenar el sistema, pero al mismo tiempo volvía más frecuentes las oscilaciones abruptas.

Este contexto fue determinante para amplificar el efecto que tendría un movimiento técnico de pesos excedentes en el mercado. En otras palabras, la microestructura quedó lista para reaccionar de manera extrema a cualquier cambio transitorio en la liquidez.

La licitación T 1 del Tesoro: el origen del exceso de pesos

El detonante se dio con una decisión inesperada del Tesoro nacional. Ayer se llevó adelante una licitación fuera de calendario, exclusiva para bancos, por un monto de $3,788 billones en letras TAMAR 1 punto porcentual, con liquidación al día siguiente (T 1).

La operación dejó a las entidades financieras con un excedente de liquidez por apenas 24 horas, en busca de un destino transitorio. A ese efecto se sumó la existencia de aproximadamente $5,8 billones en pesos líquidos que no habían sido renovados en vencimientos previos. Todos esos fondos, en simultáneo, se encontraron disponibles para colocar en instrumentos de muy corto plazo.

El problema radicó en que la oferta de pesos superó con amplitud a la demanda inmediata. No había suficientes contrapartes dispuestas a absorber semejante volumen en el mercado de cauciones, lo que provocó la brusca caída de la tasa. Como explicó Rodríguez, "el sistema se vio desbordado por un caudal de liquidez que no tenía receptor en ese plazo específico".

De esta forma, lo que en apariencia lucía como un colapso en la rentabilidad de las operaciones de caución, en realidad representó una consecuencia directa de una licitación puntual y de un desajuste transitorio en el flujo de pesos.

Un derrumbe técnico, no un cambio de política monetaria

La caída llevó a la tasa de caución desde los valores elevados en que se mantenía hasta mínimos históricos de entre 1% y 5% TNA. El último cruce se ubicó en 2,1%, mientras que el promedio ponderado del día rondó el 45%. Esa disparidad reflejó la volatilidad que se vivió durante la jornada, donde algunos segmentos se transaron todavía en niveles elevados, pero el cierre mostró valores inusualmente bajos.

Rodríguez aclaró que este derrumbe no implicaba en absoluto una relajación en la política monetaria del Banco Central. Se trataba, más bien, de un episodio de "plomería financiera", es decir, un movimiento generado por la interacción de factores técnicos y transitorios.

La prueba más contundente estuvo en la curva de cauciones a plazos más largos. Las operaciones a 7, 14 y 30 días se mantuvieron estables, sin mostrar alteraciones significativas. Esa estabilidad confirmó que no había habido un cambio en las expectativas de política monetaria ni un giro en el rumbo del BCRA, sino una reacción puntual en el tramo overnight.

El especialista explicó que el episodio servía como recordatorio de cuán sensible se había vuelto el sistema a los flujos de liquidez. Cualquier desbalance, por pequeño que pareciera en términos estructurales, podía tener efectos muy visibles en las tasas de corto plazo.

Reflexiones finales sobre el episodio

El movimiento extraordinario de la caución dejó varias lecciones para el mercado financiero argentino. En primer lugar, evidenció el impacto inmediato que podían tener las licitaciones imprevistas del Tesoro, en especial cuando coincidían con condiciones regulatorias que potenciaban la sensibilidad de la liquidez.

En segundo lugar, demostró que las herramientas implementadas por el Banco Central, como la ventanilla de liquidez con tope, funcionaban más como mecanismos de contención estructural que como instrumentos para resolver episodios puntuales de exceso de pesos.

Finalmente, subrayó la necesidad de que los operadores interpretaran estas oscilaciones con cautela. Como remarcó Rodríguez, "no debe confundirse un fenómeno técnico con un cambio en la política de fondo". Para los inversores, la clave estaba en diferenciar lo transitorio de lo estructural, evitando lecturas apresuradas que pudieran inducir a errores de posicionamiento.

El derrumbe de la tasa de caución del 18 de agosto de 2025 quedó registrado como un evento atípico, más ilustrativo de los desafíos de manejar un mercado con alta volatilidad de corto plazo que de un cambio en la estrategia monetaria. Fue, en definitiva, una foto de un sistema financiero que se volvió extremadamente sensible a los flujos diarios y que, por lo tanto, requiere de una lectura técnica más precisa que nunca.

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