ADRs y bonos en Wall Street se desplomaron hasta 6%, en medio de la incertidumbre política
El mercado argentino atravesó otra jornada complicada, con retrocesos que golpearon tanto a las ADRs como a los bonos soberanos en dólares y donde los activos argentinos volvieron a sufrir pérdidas significativas.
En Nueva York, los papeles argentinos cotizaron con fuertes bajas en una rueda teñida por la cautela internacional y los factores de riesgo doméstico. Las pérdidas más marcadas son para Telecom, con un retroceso del 6%, seguida por Globant (-5%), Central Puerto (-3,6%), Mercado Libre (-3,6%) y Transportadora Gas del Sur (-3,3%). El panorama muestra un retroceso generalizado en los activos locales, con los bancos y compañías financieras entre los más afectados.
El malhumor del mercado se extendió también a los bonos soberanos en dólares bajo legislación de Nueva York. La curva operó en rojo con descensos de hasta 2,5%. El Global 2046 lideró las bajas con esa magnitud, mientras que el AE38D se hundió un 2,3%. Con este panorama, el riesgo país se consolidó por encima de los 800 puntos básicos, un nivel que se percibía como un umbral difícil de perforar en el corto plazo.
Pese a un comienzo pesado, el índice Merval avanzó 1,4% ese martes, en una jornada marcada por la tensión política local y el mal clima de negocios que desalentaba a los inversores. Dentro del panel líder de la Bolsa porteña, las ganancias más fuertes correspondieron a Grupo Financiero Galicia que avanzó 3,9%, seguida por Loma Negra (3,7%), Irsa (2,9%), YPF (2,4%) y Pampa Energía (2,3%).
El Gobierno anuncia intervención en el mercado cambiario
En medio de la presión cambiaria y la caída de activos financieros, el Gobierno confirmó que intervendrá en el mercado de cambios. El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, anunció la medida a través de la red social X (ex Twitter).
"El Tesoro Nacional anuncia que a partir del día de la fecha participará en el mercado libre de cambios con el fin de contribuir a su liquidez y normal funcionamiento", escribió Quirno en su publicación. La decisión busca calmar la volatilidad del dólar, aunque en el mercado la medida se interpreta con cautela.
Los analistas señalan que esta estrategia marca un giro en la política cambiaria, que hasta ahora se mantenía sin intervenciones directas desde el Tesoro. Si bien la intención es estabilizar el tipo de cambio, en los pasillos financieros se percibe como una señal de debilidad, dado que implica desprenderse de divisas en un momento de reservas limitadas.
A nivel local, la incertidumbre política suma presión. El oficialismo viene de obtener un magro 9,5% en las elecciones de Corrientes, un resultado que genera dudas sobre la fortaleza electoral de cara a los próximos comicios. Esta fragilidad política se combina con la delicada situación económica y amplifica la desconfianza de los inversores.
Bonos en dólares y la presión del contexto internacional
El mercado de renta fija también sufrió el impacto de la coyuntura internacional. Tras el feriado de Labor Day en Estados Unidos, los Globales retomaron con caídas fuertes. La menor predisposición global hacia los bonos emergentes golpea con fuerza a la deuda argentina, que ya arrastra factores internos adversos.
Portfolio Personal Inversiones (PPI) destacó que, además del entorno internacional, las medidas locales profundizan la debilidad de los bonos. En particular, la comunicación "A" 8311 del Banco Central generó ruido en el mercado de futuros, ya que impide incrementar la posición de contado en moneda extranjera el último día del mes respecto al saldo negativo previo.
Según la sociedad de bolsa, esta resolución introdujo mayor incertidumbre en el mercado cambiario y alteró la operatoria habitual. A ello se suman las ventas de dólares que viene realizando el Tesoro desde el 11 de agosto, las cuales, más allá de las aclaraciones oficiales, son interpretadas como una desacumulación de reservas. En conjunto, estas señales refuerzan la percepción de fragilidad financiera.
Los analistas remarcan que la caída de los bonos no responde únicamente al contexto externo, sino también a las señales políticas y a las dificultades del Gobierno para transmitir confianza. Las curvas soberanas se ven presionadas y el riesgo país permanece en niveles elevados, lo que limita la llegada de capitales frescos.
¿Una buena jugada?
El anuncio del Tesoro de participar en el mercado cambiario no pasó desapercibido. Desde el sector privado se interpreta que la decisión busca enviar una señal institucional, más orientada a moldear expectativas que a estabilizar con instrumentos concretos.
Eric Paniagua, CEO de Dekadrak VCC, consideró que el movimiento oficial tiene un carácter ambiguo: no define ni los tiempos ni los mecanismos con los que se llevará adelante. Sin embargo, esa misma indefinición puede jugar a favor del Gobierno en el corto plazo.
Según su análisis, la medida abre un espacio para descomprimir parte de las presiones devaluatorias, no tanto por la acción efectiva sobre el mercado, sino por la lectura que hacen los agentes económicos respecto a la voluntad de intervenir.
En este sentido, Paniagua observa que, si bien no se trata de una solución estructural ni de un cambio de fondo en la política cambiaria, el anuncio logra ganar tiempo y aporta cierto margen de maniobra en un contexto de alta sensibilidad financiera.
El peso de la política en las decisiones del mercado
El analista financiero Sergio Rodríguez explicó que el componente político es clave para entender la dinámica actual. El mercado mira con atención las elecciones en la provincia de Buenos Aires, ya que ese resultado marcará la estrategia de posicionamiento de cara a octubre.
"Los inversores se preguntan si conviene dolarizarse o apostar al carry trade. La incertidumbre política está pesando más que nunca en los activos argentinos. Hoy vemos un Gobierno que perdió la iniciativa y que luce muy expuesto. Si no logra recuperarla, después de octubre podríamos ver más tensión cambiaria y un escenario aún más complicado para los activos locales", señaló Rodríguez.
El mercado, así, oscila entre el miedo y la cautela. La falta de señales claras por parte del Gobierno, sumada a la debilidad electoral, refuerza la percepción de riesgo. Mientras tanto, la dinámica internacional tampoco acompaña, con un clima global menos favorable hacia los mercados emergentes.
En este escenario, las perspectivas para los activos argentinos siguen siendo frágiles. Los inversores miran de cerca cada señal política y cada movimiento en el mercado cambiario, conscientes de que cualquier paso en falso puede profundizar la volatilidad.