El riesgo país llegó a su punto más alto en once meses y caen los bonos, en medio de la tensión cambiaria
La plaza financiera argentina cerró una jornada dominada por el pánico y la aversión al riesgo. Tras horas de extrema volatilidad, todos los segmentos terminaron en rojo: el S&P Merval cayó 0,7%, los ADR argentinos en Wall Street acumularon fuertes bajas y los bonos soberanos en dólares bajo legislación extranjera se hundieron hasta niveles críticos.
El golpe electoral sufrido por La Libertad Avanza (LLA) en la provincia de Buenos Aires reconfiguró el mapa político y disparó una ola de ventas generalizadas. Los inversores interpretaron el resultado como un riesgo para la continuidad del programa económico oficial, lo que detonó una salida masiva de capitales.
El mercado operó toda la rueda en modo "riesgo total", sin demanda genuina y con precios que se desplomaban ante cada orden de venta. El nerviosismo dominó las mesas: los operadores describieron un clima de capitulación, con spreads que se amplían minuto a minuto y un riesgo país que cerró en 1.140 puntos básicos.
La combinación de derrumbes simultáneos en acciones, bonos y ADRs refleja un cambio abrupto en las expectativas y deja a la plaza local en estado de shock, atrapada en un círculo de ventas forzadas y pérdida de liquidez.
Bonos en dólares: desplome sin freno y huida de capitales
La caída más violenta se concentró en la deuda soberana en dólares bajo legislación extranjera, donde el derrumbe dejó cifras alarmantes. El AL41D (Bonar 41) se hundió 6% y cerró en apenas u$s 46,93, mientras que el AE38D cayó 5,9% hasta los u$s 50.
Las bajas reflejan la liquidación masiva de posiciones por parte de inversores que buscan reducir exposición a riesgo argentino. El cambio en el clima político disparó temores sobre la sostenibilidad de la deuda y generó un retiro abrupto de flujos, que dejó a los precios sin piso visible.
La dinámica se vio agravada por el bajo volumen operado: con muy pocos compradores dispuestos a asumir riesgo, cada venta amplificó el derrumbe de las paridades. La plaza de deuda quedó prácticamente paralizada y con precios desanclados de sus fundamentales.
El hundimiento de los bonos erosiona el patrimonio de bancos y fondos locales, encarece el financiamiento y refuerza la percepción de aislamiento de la Argentina frente a los mercados internacionales.
Acciones locales: el Merval se tiñe de rojo
El segmento accionario no logró escapar al clima de aversión al riesgo. El S&P Merval cayó 0,5% en la bolsa porteña, arrastrado por bajas pronunciadas en los principales papeles del panel líder.
Las mayores pérdidas fueron para Transener (-4,8%), Metrogas (-4,1%), BBVA (-3,3%), Transportadora de Gas del Norte (-3,1%) y Banco de Valores (-2,8%).
La caída estuvo acompañada por una marcada volatilidad intradiaria, con movimientos erráticos y sin referencias técnicas válidas. Los soportes previos fueron perforados con facilidad y los precios se alejaron de sus fundamentos ante el predominio del miedo.
El retroceso de la capitalización bursátil profundiza la desconfianza y acelera la salida de flujos, en un círculo vicioso de ventas forzadas, iliquidez y derrumbe de cotizaciones.
ADRs argentinos: bajas generalizadas y huida de flujos
Los ADR de compañías argentinas que cotizan en Wall Street también cerraron en rojo, reflejando el ajuste de carteras internacionales ante el nuevo escenario político local.
Las mayores caídas fueron para BBVA (-3,1%), Banco Macro (-3%), Central Puerto (-2,6%), Grupo Financiero Galicia (-2,5%) y Banco Supervielle (-2,4%).
El castigo fue generalizado y volvió a concentrarse en el sector financiero, históricamente más sensible a los cambios en el riesgo país. La falta de flujos frescos y la demanda creciente de activos refugio alimentaron la presión vendedora durante toda la jornada.
El desplome de los ADRs confirma que el pesimismo también domina el radar de los inversores globales, que recortan exposición a Argentina y reubican sus carteras hacia activos de menor riesgo.
Un mercado paralizado por el miedo y sin señales de contención
El cierre en rojo de todos los segmentos deja al mercado argentino en estado de shock. La combinación de desplomes simultáneos en bonos, acciones y ADRs revela el nivel de desconfianza que domina a los inversores tras el golpe electoral a LLA en Buenos Aires.
La plaza opera sin referencias claras, con precios que se mueven por impulsos técnicos más que por fundamentos y con una liquidez que se evapora rápidamente. Cada minuto sin señales oficiales de contención profundiza la percepción de vacío de poder.
Los operadores advierten que, sin un golpe de timón contundente desde el Gobierno, el mercado seguirá expuesto a nuevas ruedas de ventas masivas. La iliquidez, el desplome de los bonos y la caída generalizada de los activos dejan un cuadro de extrema vulnerabilidad.
El temor es que esta dinámica de derrumbe financiero termine trasladándose a la economía real, encareciendo el crédito, paralizando el financiamiento de empresas y profundizando el riesgo de recesión.