Bonos en dólares y ADRs en Wall Street cerraron con caídas de hasta 7%, tras nuevas trabas del BCRA
La semana avanzaba con relativa calma luego de la euforia desatada por los anuncios de apoyo desde Estados Unidos y la baja de retenciones, pero una decisión del Banco Central volvió a encender las alarmas en el mercado financiero local. La autoridad monetaria reinstauró un cepo a los compradores de dólar oficial que busca impedir un "rulo" cambiario, es decir, una operatoria en la que se adquirían divisas a precio subsidiado para luego volcarlas al contado con liquidación.
La medida fue interpretada por los inversores como un retroceso en el proceso de normalización cambiaria que el Gobierno venía intentando mostrar. Si bien el objetivo declarado del BCRA es evitar un drenaje adicional de reservas y limitar maniobras especulativas, el resultado inmediato fue un incremento en la desconfianza hacia los activos argentinos.
El mercado reaccionó de forma inmediata. Los bonos soberanos en dólares profundizaron las bajas que ya arrastraban desde el inicio de la jornada, con caídas que en algunos casos llegan hasta casi un 6%. El ajuste refuerza la idea de que cualquier señal de mayor control cambiario erosiona rápidamente la confianza en el programa económico.
Para analistas del mercado, esta decisión refleja la tensión entre dos frentes: por un lado, la necesidad de sostener la estabilidad en el corto plazo; por el otro, el riesgo de reinstalar trabas que alimentan la percepción de que las reformas no son sostenibles en el tiempo. El clima de toma de ganancias que ya predominaba tras las fuertes subas de días anteriores se combinó con este factor para acelerar las ventas.
Bonos en dólares bajo presión
El segmento de deuda soberana se convirtió en el epicentro de las ventas. Tras varias ruedas de rebote, los títulos bajo legislación extranjera mostraron retrocesos que se ubican entre los más altos de la región emergente.
El Global 46 cayó 5,6%, en torno a los USD 52,50, mientras que el Bonar 41 retrocede 5,2% hasta los USD 52. Estas bajas llegaron después de jornadas en las que la deuda había recuperado parte del terreno perdido, alimentada por expectativas de un mayor ingreso de dólares a partir del respaldo financiero de Washington.
El golpe a los bonos refleja tanto la desconfianza que genera el regreso de medidas restrictivas como la toma de ganancias técnica tras un rally de corto plazo. Operadores explican que los precios, aún después de la recuperación, continúan en niveles históricamente bajos, con rendimientos de dos dígitos que marcan el elevado riesgo implícito.
En paralelo, el riesgo país que mide JP Morgan podría volver a mostrar un repunte si la tendencia se acentúa en el cierre de la rueda. El indicador había logrado perforar los 1.000 puntos básicos en días recientes, pero la volatilidad volvió a instalar la posibilidad de un rebote, llevándolo a los 1.033 puntos.
La lectura dominante en la city es que el mercado necesita señales claras de consistencia fiscal y monetaria. Sin ellas, cualquier noticia de mayor intervención oficial funciona como un detonante para ventas masivas, en particular en los bonos, que siguen siendo el eslabón más frágil de la cadena.
ADRs argentinos se tiñen de rojo en Wall Street
La reacción negativa también se trasladó a los papeles argentinos que cotizan en Nueva York. Los ADRs, que en jornadas previas habían registrado subas de dos dígitos acompañando el optimismo global, ahora dejaron bajas generalizadas.
Entre las más castigadas aparece Banco Supervielle, con un retroceso de 6,9%, seguido por Edenor, que cayó 6,3%. También descienden Irsa (-5,9%), BBVA (-4,5%) y Banco Macro (-4,2%).
La corrección se explica en parte por el ajuste técnico tras las subas recientes, pero la nueva decisión del Banco Central sumó un factor adicional de presión. En Nueva York, mesas de dinero señalaron que cualquier medida que se acerque a reinstalar controles tiende a enfriar rápidamente el interés por activos argentinos.
Además, operadores remarcan que las ventas no responden únicamente a un movimiento aislado en la Argentina: en el contexto global, los mercados emergentes operan con cierta cautela. Sin embargo, el castigo hacia los ADRs locales se diferencia por su magnitud, reflejando un componente claramente doméstico.
La pérdida de terreno en Wall Street confirma que la confianza internacional sigue siendo extremadamente sensible y que cualquier ruido interno, por pequeño que sea, puede amplificarse en la cotización de los activos argentinos.
El Merval resiste en terreno positivo
En contraste con el retroceso de bonos y ADRs, la renta variable local muestra un comportamiento distinto. El índice S&P Merval subió 1,6% a media rueda, sostenido por el avance del tipo de cambio implícito.
Entre las principales subas se destacaron Central Puerto, que mejora 4%, Telecom, con un alza de 3,8%, y BYMA, que también avanza 3,4%. A estos movimientos se suman Valores, que gana 2,9%, y Aluar, con un incremento del 2,8%.
Operadores explican que, en parte, el mejor desempeño del Merval responde a estrategias locales de cobertura frente a la volatilidad de los mercados internacionales. En un contexto de alta inflación y movimientos bruscos en los dólares financieros, algunos inversores encuentran en las acciones domésticas una alternativa de posicionamiento en pesos.
Sin embargo, el repunte del índice no alcanza para compensar el deterioro en los segmentos de deuda y ADRs. La visión general de la plaza argentina sigue marcada por la fragilidad y el alto nivel de incertidumbre, lo que hace que los movimientos positivos convivan con fuertes retrocesos en otros activos.
La divergencia entre los distintos mercados muestra que los inversores se encuentran en un proceso de ajuste de carteras, donde la selectividad predomina sobre el entusiasmo generalizado.
Perspectivas: el mercado pide consistencia
El episodio de hoy confirma que la recuperación de activos argentinos continúa siendo extremadamente frágil y dependiente de señales políticas y económicas. Tras el entusiasmo inicial generado por los anuncios de respaldo desde Estados Unidos y la suspensión de retenciones, la reinstalación de medidas restrictivas por parte del Banco Central recordó a los inversores que los riesgos siguen latentes.
Para analistas de la city, el rebote técnico de los últimos días era lógico luego de caídas tan pronunciadas, pero difícilmente pueda sostenerse sin cambios estructurales en la política fiscal y monetaria. La expectativa ahora se centra en las negociaciones que el Gobierno mantiene con Washington, en particular en la concreción de un eventual swap de divisas y el ingreso de financiamiento fresco.
Mientras tanto, los activos se mueven con alta sensibilidad. Los bonos caen con fuerza, los ADRs retroceden en Wall Street y el Merval logra resistir en terreno positivo gracias a la selectividad de algunos papeles. En este escenario, la toma de ganancias aparece como el factor común que atraviesa los distintos segmentos de mercado.
El balance de la jornada muestra que cualquier recuperación en la Argentina sigue siendo vulnerable. El mercado espera definiciones claras y sostenidas; sin ellas, la volatilidad continuará marcando el pulso de cada rueda.