• 18/12/2025
ALERTA

Mercados en alerta: qué pasará con el dólar tras la "bala de plata" que utilizó Caputo

Estados Unidos prometió swap y compra de deuda, pero las consultoras advierten que el dólar seguirá bajo presión después de octubre.
03/10/2025 - 18:27hs
dolar

En la última rueda de la semana, el dólar minorista finalizó este viernes sin cambios a $1.450, en la pizarra del Banco Nación. En el segmento mayorista, la divisa se negoció a $1.425. En el segmento informal, el dólar blue cayó veinte pesos, en $1.440. En el segmento financiero, el contado con liquidación descendió a $1.526 (-1,5%), mientras que el MEP cerró sin cambios a $1.499.

El mercado cambiario argentino atraviesa un momento decisivo en el que se mezclan medidas de emergencia, apoyo internacional y la necesidad de sostener la estabilidad en la antesala de las elecciones legislativas. El Gobierno optó por implementar un esquema de incentivos fiscales para adelantar liquidaciones del agro y reforzar las reservas, al tiempo que contó con un respaldo inédito del Tesoro de los Estados Unidos. Esta combinación permitió un alivio inmediato en la presión sobre el tipo de cambio y los activos financieros, aunque la dinámica de fondo plantea interrogantes respecto a la sostenibilidad del programa.

El mecanismo consistió en llevar a cero por ciento las retenciones de los principales granos con el objetivo de acelerar ingresos de divisas. Como contrapartida, el Tesoro debió asumir un costo fiscal superior a los 1.200 millones de dólares y comprometerse a ofrecer seguros cambiarios a bancos y cerealeras, lo que trasladó parte del riesgo al Estado. Esta política, sumada a la colocación de instrumentos de deuda en pesos indexados por tipo de cambio, permitió reforzar la caja en un momento clave y evitar un mayor deterioro de reservas.

En paralelo, la señal proveniente de Washington implicó una inflexión en la relación bilateral. Los anuncios de asistencia financiera desde el Tesoro norteamericano, que incluyeron la posibilidad de una línea de swap por 20.000 millones de dólares, compras de deuda argentina y créditos stand-by a través del Exchange Stabilization Fund, constituyeron un apoyo explícito a la administración de Javier Milei. Aunque el mensaje oficial fue que no habría condicionalidades adicionales a las ya vigentes con el FMI, la discusión de mediano plazo gira en torno a la capacidad de transformar este respaldo en un programa de estabilización más amplio.

Liquidaciones anticipadas y costo fiscal inmediato

Desde 1816 remarcaron que el esquema de retenciones en 0% permitió adelantar hasta 6.300 millones de dólares en liquidaciones, equivalentes al 90% de lo proyectado. Al cierre de septiembre, las cerealeras habían aportado 3.618 millones, quedando pendientes cerca de 2.700 millones a completarse en los primeros días de octubre. Estos flujos fueron clave para sostener la oferta en el mercado de cambios y reforzar las reservas, pero representaron un costo fiscal significativo: unos 1.237 millones de dólares, que equivalen al 0,2% del PIB.

La consultora subrayó que el Tesoro obtuvo un beneficio inmediato: pudo hacerse de casi 1.700 millones de dólares mediante la colocación de bonos por 2,2 billones de pesos. No obstante, advirtió que el carácter transitorio de la medida limita su alcance, dado que una vez concluida la ventana de incentivo el nivel de liquidaciones dependerá nuevamente de las decisiones privadas de exportadores.

Eco Go coincidió en señalar que la medida compró tiempo y sirvió para frenar la sangría de reservas. Sin embargo, aclaró que este esquema no debe interpretarse como un refuerzo estructural, sino como una herramienta electoral que busca garantizar estabilidad cambiaria de corto plazo.

En paralelo, la reinstauración de restricciones cruzadas entre el dólar oficial y los financieros cerró el "rulo" que había implicado más de 1.600 millones de dólares en ventas de personas físicas en agosto. Esto redujo la demanda de divisas minorista, pero también incrementó la percepción de distorsión en el sistema de controles cambiarios.

El respaldo de Estados Unidos y el frente externo

Los expertos de 1816 pusieron el foco en el frente de vencimientos externos, donde se concentran los mayores riesgos. Sus cálculos muestran que entre bonos, FMI, Club de París, organismos multilaterales, Bopreales y repos del Banco Central, el total a pagar entre 2025 y 2027 asciende a 43.100 millones de dólares. De ese monto, más de 33.900 millones corresponden a acreedores privados o compromisos no sujetos a rollover automático.

Para la consultora, esta dinámica obliga a encarar una estrategia de acumulación de reservas y renegociación de deuda mucho más allá del alivio transitorio. La carga de 2026 y 2027 es lo que realmente condiciona la política económica. Incluso los repos del Banco Central, por un total de 3.500 millones, representan un factor de riesgo poco discutido en el debate público, pero que tendrá fuerte impacto en la demanda de divisas.

Eco Go, en tanto, destacó la importancia del apoyo del Tesoro norteamericano en este contexto. Señaló que la promesa de swap con la Reserva Federal, la compra de deuda argentina y la apertura de líneas stand-by a través del ESF representan un cambio inédito en la relación bilateral. La ayuda no tendría condicionalidades adicionales, aunque versiones de mercado sugieren que podría implicar la devolución del swap chino, por unos 19.000 millones de dólares.

Ambas consultoras coincidieron en que este respaldo es clave para descomprimir el corto plazo, en especial los pagos de cupones de 2026. Sin embargo, advirtieron que la estabilidad dependerá de la capacidad de extender el horizonte de la política económica y de diseñar un programa consistente de mediano plazo.

Restricciones financieras y señales al mercado

Desde 1816 subrayaron que la política de tasas elevadas en pesos sigue siendo un instrumento para contener la inflación y sostener la demanda de activos en moneda local. No obstante, remarcaron que este esquema implica costos crecientes para el Tesoro, al mismo tiempo que limita la capacidad de financiarse sin presionar sobre la emisión.

La consultora también observó un incremento en las operaciones de repos entre bancos y con el propio Banco Central, lo que refleja tensiones de liquidez en el sistema. Este punto, a su entender, es un recordatorio de que el equilibrio financiero sigue siendo frágil y depende en buena medida de la credibilidad de la política económica.

Eco Go agregó que la utilización de seguros de cambio para bancos y exportadores trasladó al sector público el riesgo de movimientos abruptos del tipo de cambio, un mecanismo que ofrece estabilidad momentánea pero que puede implicar un pasivo contingente relevante.

Ambas miradas coinciden en que, aunque la reacción inmediata de los mercados fue positiva, la consistencia de las medidas será puesta a prueba en los próximos meses. El verdadero desafío será mantener la calma más allá de octubre, cuando los estímulos transitorios pierdan vigencia y se imponga la realidad de los vencimientos externos y fiscales.

Política, elecciones y sostenibilidad

El informe de 1816 recordó que la gobernabilidad será un factor central en la capacidad del Gobierno para sostener un programa de estabilización. Las reformas que se discutan después de las elecciones necesitarán respaldo político y social, y no alcanzará únicamente con la señal de confianza que brinda Estados Unidos.

Los analistas advirtieron que la percepción de que la ayuda norteamericana busca apuntalar la "reelección de Milei" refleja la naturaleza política del respaldo. En este sentido, el mercado valorará no solo los números fiscales o las reservas acumuladas, sino también la solidez del marco institucional y el apoyo parlamentario para avanzar con cambios estructurales.

Eco Go coincidió en señalar que, más allá de la coyuntura, la verdadera prueba para el Gobierno será la capacidad de articular un plan integral que le dé previsibilidad al mercado y que asegure un sendero de mediano plazo. La política y la economía están más entrelazadas que nunca, y los inversores lo saben.

Ambas consultoras remarcaron que las medidas actuales no resuelven los problemas de fondo, pero sí ofrecen una ventana de tiempo. El desafío será aprovechar esa ventana para sentar las bases de una estabilización duradera. 

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