Cuenta regresiva para el euro digital: cómo será y cuándo llega la moneda del BCE
El Banco Central Europeo (BCE) ha dado un paso clave hacia la creación del euro digital, un proyecto que busca modernizar el sistema monetario del continente y garantizar un medio de pago público en la era tecnológica. En su última reunión en Florencia, el Consejo de Gobierno aprobó la transición del proyecto a su fase de experimentación, tras más de tres años de preparación.
Si todo avanza según lo previsto y el Parlamento Europeo aprueba la legislación necesaria, las pruebas piloto comenzarán en 2027. Dos años después, en 2029, la nueva moneda virtual podría estar en plena circulación.
Un experimento sin margen de error
Para el BCE, el lanzamiento deberá ser impecable. Su objetivo no es reemplazar los billetes ni las monedas, sino ofrecer una versión digital con la misma seguridad y confianza que el efectivo. El euro digital pretende combinar la estabilidad del dinero físico emitido por el banco central con la comodidad de los pagos digitales.
Christine Lagarde, presidenta del BCE, ha subrayado que la iniciativa busca "asegurar que los ciudadanos sigan teniendo acceso a un medio de pago público, seguro y universal". La medida responde también a un escenario de menor uso del efectivo y creciente dependencia de plataformas internacionales para realizar pagos.
Además de fortalecer la soberanía monetaria europea, el nuevo sistema pretende garantizar la resiliencia del ecosistema financiero incluso en situaciones de emergencia o desconexión.
Innovación, inclusión y competencia
El BCE espera que la moneda digital impulse la innovación en el sector financiero, facilite pagos inmediatos en toda la zona euro y promueva la inclusión digital. El proyecto contempla herramientas accesibles para personas con escasos conocimientos tecnológicos o sin cuenta bancaria, ampliando así el acceso a servicios financieros básicos.
Según destacaron desde el Comité Ejecutivo del BCE, el euro digital va más allá de una simple innovación tecnológica: "Este no es solo un proyecto técnico, sino un esfuerzo colectivo para preparar el sistema monetario europeo para el futuro", afirmaron. "Un euro digital garantizará que las personas sigan disfrutando de los beneficios del efectivo también en la era digital", añadieron.
Costos del proyecto, rol de la banca y marco regulatorio
El BCE estima que el desarrollo del euro digital requerirá una inversión inicial de 1.300 millones de euros, más unos 320 millones anuales para mantenimiento. Estos costos serán asumidos por el propio banco central, aunque financiados mediante cargos a las entidades financieras, como ocurre hoy con el dinero físico.
Y no ofrecerá servicios directos al consumidor: serán los bancos los encargados de distribuir el euro digital, gestionar la relación con los usuarios y cumplir con las normativas de prevención del blanqueo y financiación del terrorismo.
Sin embargo, para que el cronograma se cumpla, la aprobación legislativa debe llegar en 2026. De lo contrario, el proyecto podría retrasarse indefinidamente.
El efectivo no desaparece
El BCE insiste en que el euro digital no sustituirá al dinero físico. Los billetes seguirán en circulación "mientras los ciudadanos los utilicen", asegura el organismo.
Hoy, el efectivo representa más del 50% de las transacciones en la eurozona, aunque su uso disminuye cada año. Para evitar que el euro digital compita con los depósitos bancarios, se evalúa establecer un límite por persona, posiblemente de unos 3.000 euros.