Bitcoin cae por debajo de los u$s 100.000: las razones del desplome y qué anticipan los grandes bancos para 2026
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El precio de Bitcoin cayó con fuerza y perforó brevemente la barrera de los US$ 100.000, su nivel más bajo desde junio. El retroceso, de más del 6 % en la jornada del martes, marcó un punto de inflexión en la narrativa alcista que había dominado buena parte del año.
La caída tomó por sorpresa al mercado, que venía de celebrar un nuevo récord histórico en octubre, cuando la criptomoneda había tocado los US$ 126.000. Aquella euforia se desvaneció en pocos días, dejando en evidencia que los fundamentos técnicos comenzaban a mostrar señales de agotamiento.
El derrumbe tuvo un efecto dominó sobre todo el ecosistema cripto. Ether, Solana y Cardano también sufrieron bajas generalizadas, reflejando que la presión vendedora fue sistémica y no puntual.
Con este ajuste, Bitcoin acumuló su mayor corrección desde inicios de año, aunque todavía conserva una ganancia cercana al 9% en 2025, gracias a los avances logrados en el primer semestre.
Las causas que explican la baja
El primer factor que explica la caída fue la toma de ganancias institucional. Tras un rally de varios meses, los grandes fondos de inversión aprovecharon los picos de cotización para reducir posiciones y asegurar beneficios. Esa venta masiva coincidió con la activación de miles de órdenes automáticas, lo que intensificó el movimiento a la baja.
El segundo factor fue el apalancamiento excesivo en los mercados de futuros. A medida que el precio comenzó a descender, los márgenes se comprimieron y se dispararon liquidaciones forzadas, profundizando el derrumbe.
A nivel global, el endurecimiento monetario y las tasas de interés altas impulsaron un flight to quality: los inversores se volcaron a bonos del Tesoro estadounidense y redujeron su exposición a activos de riesgo, entre ellos las criptomonedas.
El cuarto elemento fue el cambio abrupto en el sentimiento de mercado. En apenas una semana, el optimismo desbordante de octubre dio paso al miedo. Y en el universo cripto, cuando el sentimiento se deteriora, las ventas suelen multiplicarse sin un motivo fundamental claro.
El balance de 2025: ganancias acotadas y señales de madurez
Aunque la reciente corrección borró buena parte de las subas del año, Bitcoin aún acumula un alza de casi 9% en 2025. El número es modesto en comparación con los rendimientos del oro o del S&P 500, pero sigue siendo positivo en un entorno financiero volátil.
Durante el primer semestre, la demanda de ETFs y la entrada de capital institucional habían impulsado la percepción de que el ciclo alcista continuaría sin interrupciones. Sin embargo, el exceso de entusiasmo fue el preludio de un ajuste inevitable.
En la última parte del año, los inversores comenzaron a priorizar la liquidez y a mirar con mayor atención las variables macroeconómicas. Esto explica por qué el impulso comprador perdió fuerza incluso antes de que se produjera la ruptura de los US$ 100.000.
Para los analistas, el 2025 termina siendo un año de transición: el mercado dejó atrás la etapa puramente especulativa y entró en un proceso de maduración donde la volatilidad ya no sorprende, sino que forma parte del funcionamiento normal.
Qué anticipan los grandes bancos para 2026
El 2026 aparece como un año clave para definir si Bitcoin podrá sostener su lugar como reserva alternativa o si se consolidará una fase bajista más prolongada.
Desde JPMorgan, los estrategas sostienen que la cotización actual está "demasiado baja" en relación con su paridad frente al oro. Según su modelo de valoración por volatilidad, Bitcoin debería acercarse nuevamente a los US$ 126.000 hacia fin de año, siempre que el apetito institucional se mantenga.
En un informe reciente, el mismo banco fue más lejos: estimó que, si continúa la búsqueda de cobertura ante la depreciación de las monedas fiduciarias —lo que denominan "debasement trade"—, la criptomoneda podría alcanzar niveles de hasta US$ 165.000 en 2026.
Por su parte, Bank of America no arriesgó un precio puntual, pero destacó que la tokenización de activos reales será una de las grandes tendencias del año próximo y que Bitcoin podría beneficiarse indirectamente de ese proceso, al ser el activo digital de referencia más líquido y visible del mercado.
Escenarios posibles: tres caminos para el precio
El escenario optimista proyecta una recuperación gradual si las tasas comienzan a bajar y los ETF vuelven a captar flujos positivos. En ese contexto, Bitcoin podría consolidar una zona entre US$ 115.000 y US$ 120.000 y volver a posicionarse como cobertura frente a la inflación global.
El escenario intermedio plantea una fase de lateralización prolongada, con un rango de precios entre US$ 90.000 y US$ 110.000. En este caso, la criptomoneda mantendría un piso firme, pero sin un catalizador claro para nuevas subas.
El escenario pesimista considera que, si persisten las tasas altas y la salida de capital de los ETF, el precio podría retroceder hacia los US$ 80.000, donde se ubica el siguiente nivel de soporte técnico importante.
Los expertos coinciden en que el factor determinante será la política monetaria global: si la Reserva Federal adopta un tono más laxo, el mercado cripto podría recuperar rápidamente el impulso perdido.
Qué debe hacer el inversor minorista
Para los inversores particulares, la recomendación más repetida es mantener la disciplina y la gestión del riesgo. En un mercado tan volátil, las emociones suelen ser el peor enemigo de la rentabilidad.
El corto plazo seguirá siendo incierto. Por eso, quienes operan con fines especulativos deberían evitar posiciones apalancadas hasta que el precio muestre señales claras de estabilidad.
En cambio, quienes piensan en el largo plazo pueden aprovechar la caída para acumular de manera gradual, siempre que mantengan una cartera diversificada y no destinen más del capital que están dispuestos a perder.
La historia demuestra que cada gran corrección de Bitcoin fue seguida por un nuevo ciclo alcista, pero también que esos procesos pueden tardar meses en consolidarse. Paciencia y perspectiva son las dos palabras clave para atravesar este momento.
Conclusión
El quiebre del umbral de los US$ 100.000 marca un punto de inflexión en el ciclo del Bitcoin y obliga a revaluar expectativas. Los fundamentos detrás de la baja son claros: toma de ganancias, exceso de apalancamiento, tasas elevadas y cambio en el humor inversor. Pero al mismo tiempo, los grandes bancos ven margen para la recuperación, siempre que las condiciones macro acompañen.
Si los pronósticos de JPMorgan se cumplen, el 2026 podría marcar un nuevo máximo histórico. Si en cambio predomina la cautela institucional, Bitcoin entrará en una etapa de consolidación más parecida a la de los mercados maduros que a las burbujas del pasado.
Lo cierto es que, en el universo cripto, la volatilidad no es un error del sistema: es la esencia del sistema. Y quienes entiendan eso serán los que capitalicen los próximos grandes movimientos.