El riesgo país argentino cae al nivel más bajo en 10 meses: podría perforar el piso de los 600 puntos
El riesgo país argentino descendió a 621 puntos básicos, el valor más bajo en los últimos diez meses, impulsado por la recuperación de los bonos soberanos tras las elecciones legislativas de medio término. El indicador, elaborado por JP Morgan, retrocedió 34 unidades y se acerca a la barrera de los 600 puntos, un nivel que los analistas interpretan como señal de mayor confianza de los inversores en la política económica del Gobierno.
La mejora refleja una percepción más favorable respecto de la gobernabilidad y del rumbo económico, en un contexto de crecientes expectativas sobre un posible retorno al financiamiento internacional. Los títulos públicos extendieron su tendencia positiva, con subas de hasta 3,5% en el bono GD46D, y acumulan un alza significativa desde el inicio del segundo semestre.
Expectativas de acceso a los mercados
Según los especialistas, la reducción sostenida del riesgo país constituye un paso necesario para que la Argentina vuelva a acceder a los mercados internacionales de deuda. Para alcanzar ese objetivo, el indicador debería mantenerse por debajo de los 500 puntos básicos, un umbral que permitiría obtener crédito externo a tasas más competitivas. El país perdió ese acceso en 2018, durante la administración de Mauricio Macri, y desde entonces depende en gran medida de financiamiento interno y acuerdos bilaterales.
Entre los factores que ayudaron a estabilizar el escenario financiero se mencionan la intervención del Tesoro de Estados Unidos, que habría inyectado unos 2.100 millones de dólares antes de los comicios, y el anuncio de un swap de hasta 20.000 millones de dólares, que reforzaría las reservas y contribuiría a reducir la volatilidad cambiaria.
Informes del JP Morgan y perspectivas
Un reporte reciente de JP Morgan destacó que la caída en las primas de riesgo ha acercado la posibilidad de un retorno gradual a los mercados internacionales. Según el banco, un programa de recompra de deuda podría acelerar la compresión de los spreads y respaldar los esfuerzos de estabilización macroeconómica.
El documento señala que, si se concreta el apoyo financiero por 20.000 millones de dólares que el Gobierno negocia con bancos internacionales y organismos multilaterales, y se avanza con éxito en la recompra de bonos, la Argentina podría lograr una mayor estabilidad económica y mejorar su perfil crediticio.
Desde los máximos registrados antes de las elecciones, el riesgo país se redujo más de 450 puntos básicos, al pasar de 1.081 a poco más de 600 unidades. Esta caída alimenta las expectativas oficiales y privadas sobre una eventual reapertura del financiamiento externo en 2026.
Vencimientos y desafíos fiscales
El próximo año, la administración nacional enfrenta compromisos significativos con acreedores externos. En enero vencen pagos por 4.000 millones de dólares, y en julio otros 4.400 millones. Según declaraciones oficiales, esos compromisos serían cubiertos mediante el swap estadounidense, aunque una caída adicional del riesgo país -hacia la zona de 300 a 400 puntos básicos- permitiría refinanciar los vencimientos sin pagos directos.
Para la consultora Cohen, la actual baja de la prima de riesgo "abre el camino para que más provincias y empresas accedan al crédito internacional" y acerca al Tesoro a los mercados de capitales. Sin embargo, advierte que el país deberá presentar un plan concreto para recomponer reservas y levantar los controles cambiarios que aún afectan al sector privado.
Reuniones internacionales e impacto político
Mientras los bonos mostraban nuevas alzas, el presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, viajaron a Estados Unidos para reunirse con inversores institucionales. El objetivo es mantener el interés de los fondos extranjeros y consolidar la imagen de estabilidad macroeconómica ante los mercados.
El comportamiento futuro de los activos argentinos dependerá de las negociaciones legislativas y de los avances en las gestiones internacionales del Ejecutivo. En este contexto, los operadores financieros siguen de cerca las decisiones del Banco Central y del Tesoro, que continúan definiendo la dinámica cambiaria y monetaria.
La jornada bursátil local, en tanto, tuvo menor actividad debido al feriado por el Día del Bancario, aunque se mantuvieron operaciones de negociación sin liquidación de activos, según informó BYMA.
Proyecciones de economistas
El economista Miguel Ángel Boggiano, cercano al oficialismo, sostuvo que el riesgo país podría seguir descendiendo en las próximas semanas y alcanzar un nuevo mínimo. "Está camino a perforar los niveles de enero, en torno a los 500 puntos básicos", señaló en diálogo con medios especializados.
Durante octubre, el índice de JP Morgan retrocedió 552 unidades, y los bonos argentinos mostraron fuertes avances: los Bonares (AL35D) subieron 43%, y los Globales (GD41D), 36%. Para Boggiano, el cambio de expectativas tras las elecciones legislativas "es clave para consolidar la baja del riesgo país y facilitar la reinserción del país en los mercados internacionales".
Qué es el riesgo país y por qué es relevante
El riesgo país mide la probabilidad de que una nación incumpla sus obligaciones financieras. Su cálculo más difundido es el EMBI+ (Emerging Markets Bond Index Plus), elaborado por JP Morgan, que compara el rendimiento de los bonos soberanos de economías emergentes con el de los bonos del Tesoro estadounidense.
Un nivel alto del indicador implica mayor percepción de riesgo y, por lo tanto, mayores costos de financiamiento. Factores como el déficit fiscal, la inflación, la estabilidad política, la calidad institucional y la consistencia de las políticas económicas influyen en su valor.
En el caso argentino, un riesgo país bajo permitiría reducir el costo del crédito externo, fomentar la llegada de inversiones y mejorar la confianza internacional. Por el contrario, niveles elevados suelen limitar el acceso a los mercados y aumentar la presión sobre el sector financiero.
Un indicador de confianza
Más allá de su carácter técnico, el riesgo país actúa como un barómetro de confianza hacia la economía. Su evolución refleja la percepción del mercado sobre la capacidad del Estado para cumplir sus compromisos y sostener la estabilidad macroeconómica.
El desafío, según los analistas, será mantener la tendencia descendente en un contexto de reformas, negociaciones políticas y búsqueda de financiamiento. La consistencia del programa económico y la solidez institucional serán los factores decisivos para que la mejora actual se consolide en el tiempo.