Mercado en tensión: la jugada clave del Gobierno que puede cambiar para siempre el precio del dólar
El dólar oficial ceró este miércoles 19 de noviembre a $1.430, en la pizarra del Banco Nación. En el segmento mayorista, la divisa se negociaba a $1.410. En cuanto a los dólares financieros, el contado con liquidación se vende $1.481 (+0,7%), y el MEP se ubicó a $1.443 (+0,3%). Por último, en el segmento informal, el blue se negociaba, a $1.430.
La discusión sobre qué pasará con el dólar volvió al centro de la escena financiera argentina. Después de varios meses en los que el tipo de cambio oficial se movió dentro de las bandas sin grandes sobresaltos y los dólares financieros mostraron cierta estabilidad, comenzaron a aparecer señales que modificaron el humor del mercado: compras de divisas por parte del Tesoro, brechas que vuelven a ensancharse, y un Banco Central extremadamente cauto a la hora de acumular reservas.
En este escenario, el debate ya no pasa únicamente por determinar si el dólar está caro o barato, sino por entender la lógica con la que el Gobierno decide cuándo intervenir y en qué condiciones prefiere permitir que el mercado encuentre su propio equilibrio. La política cambiaria, la forma en que se reconstruyen las reservas y el impacto de las regulaciones sobre la operatoria minorista son hoy las variables que concentran la atención de analistas, empresas y grandes inversores.
A nivel internacional, las condiciones también agregan complejidad. Las empresas argentinas están aprovechando ventanas de financiamiento externo, lo que genera movimientos significativos entre dólares onshore y offshore que se trasladan a los precios del contado con liquidación, del MEP y del tipo de cambio spot. Estos flujos, impulsados por emisiones corporativas a tasas relativamente atractivas, tienen efectos directos sobre el mercado local. En este entramado, el rumbo del dólar se define por la interacción de múltiples factores: la velocidad de reconstrucción de reservas, el rol del Tesoro, la prudencia del Banco Central, el comportamiento de las brechas cambiarias y la regulación sobre minoristas.
La nueva lógica oficial para acumular reservas
Para la sociedad de bolsa Max Capital, uno de los pilares de la estrategia actual del Gobierno es su decisión de acumular reservas solo cuando aumente la demanda de dinero y se generen flujos de capital que puedan absorber la emisión asociada. Los especialistas del bróker explicaron que las autoridades no están dispuestas a recomponer reservas de manera más agresiva si eso implica inyectar pesos que el mercado no demanda.
En este sentido, señalaron que esta postura resulta demasiado rígida, porque desplaza el debate hacia una dicotomía incorrecta: no se trata de elegir entre acumular reservas por la cuenta corriente o por la financiera, sino de evaluar si los costos inflacionarios eventuales superan los beneficios de recomponer una posición externa frágil. Subrayaron que, según la metodología del FMI, las reservas netas siguen siendo negativas, lo cual refuerza la necesidad de actuar con más intensidad.
Los analistas también indicaron que el Banco Central podría teóricamente recomponer más reservas, pero no parece dispuesto a hacerlo. Interpretaron que esta prudencia no responde tanto a una limitación técnica, sino a una decisión política, lo que en la práctica reduce el margen disponible para enfrentar turbulencias y condiciona el anclaje de expectativas sobre el dólar.
Para Max Capital, el resultado de este enfoque es claro: la reconstrucción del balance del Banco Central será lenta, y el mercado tendrá que convivir durante un período prolongado con reservas netas en niveles débiles. Esto implica que cualquier shock financiero encontrará a la economía con menos "colchón", un aspecto que los inversores ya incorporan en sus proyecciones del tipo de cambio.
Las compras del Tesoro y las señales cruzadas
Desde el bróker Portfolio Personal Inversiones (PPI) señalaron que el Tesoro Nacional habría vuelto a convertirse en comprador neto de dólares en los últimos días. Los analistas detectaron que sus depósitos en moneda extranjera aumentaron alrededor de USD 20 millones, mientras que simultáneamente se registró una caída de similar magnitud en sus depósitos en pesos, lo que apunta a compras de divisas.
Para sus expertos, la clave es determinar si esas compras se hicieron en el mercado de cambios o directamente al Banco Central. Explicaron que, cuando el Tesoro compra en el MLC, esas divisas sí se computan en las reservas netas; en cambio, cuando lo hace frente al Banco Central —como ocurrió recientemente— esas operaciones no aumentan las reservas. Por eso remarcaron que habrá que esperar los datos oficiales actualizados para confirmar cuál fue el mecanismo utilizado.
Los especialistas de PPI destacaron que el mercado ya tomó nota de estas señales y las incorporó a su lectura sobre la política cambiaria. El hecho de que el Tesoro haya regresado al mercado como comprador, incluso de manera moderada, genera interrogantes sobre cómo se articulará ese movimiento con la prudencia del Banco Central.
Max Capital, por su parte, advirtió que depender de flujos del Tesoro que se conocen con rezago no aporta previsibilidad. Sus analistas consideran que el Banco Central debería establecer un esquema explícito de acumulación de reservas y comunicar intervenciones de manera directa, para ordenar expectativas y reducir incertidumbre respecto de la trayectoria del dólar.
Brechas, dólar cable y el impacto del financiamiento corporativo
PPI explicó que el ensanchamiento reciente de las brechas no puede comprenderse sin mirar lo que ocurre con el financiamiento externo de empresas argentinas. Con emisiones de bonos corporativos en el rango del 7,5% al 8,5%, muchas compañías están demandando dólar cable para suscribir esas operaciones.
Según su análisis, este flujo obliga a transformar dólares del mercado local en dólares offshore, lo que empuja al alza el contado con liquidación, amplía el diferencial con el MEP y aumenta el spread con el tipo de cambio spot. Sus analistas resaltaron que esta dinámica muestra cómo decisiones corporativas vinculadas al financiamiento global pueden reverberar en el sistema cambiario local aun sin eventos macroeconómicos domésticos disruptivos.
Desde Max Capital advirtieron que esta presión se combina con la cautela extrema del Banco Central, que interviene poco en la acumulación de reservas. En su análisis, la ausencia de compras más decididas reduce la capacidad del BCRA para compensar los movimientos que generan estas emisiones en el exterior, lo que incrementa la sensibilidad del dólar financiero ante cambios en la oferta y demanda de divisas.
PPI afirmó que la evolución de las brechas será un indicador crítico en las próximas semanas. Subrayaron que no solo importa si se cierran o se abren, sino el punto al que convergen. Si la convergencia es cercana al contado con liquidación, el tipo de cambio oficial queda más cerca del techo de la banda y se reduce el margen para comprar reservas sin tensión.
Minoristas, regulaciones y el nuevo tablero cambiario
Para PPI, los inversores minoristas podrían cumplir un rol determinante si se desarma la restricción cruzada de 90 días impuesta a fines de septiembre. La sociedad de bolsa sostuvo que, históricamente, los pequeños inversores actuaron como arbitrajistas naturales y ayudaron a corregir distorsiones entre cotizaciones. Devolverles ese rol sería una de las formas más directas de contener la brecha.
Al respecto, remarcaron que, sin la presencia plena de minoristas, el mercado queda dominado por actores institucionales y corporativos, cuyos flujos responden a decisiones de financiamiento o cambios regulatorios que no necesariamente contribuyen al equilibrio entre los distintos tipos de cambio. Por eso consideran que revisar esa regulación podría mejorar la dinámica del mercado.
Max Capital añadió que el efecto de cualquier cambio regulatorio debe analizarse a la luz de la estrategia de acumulación de reservas. Sus analistas indicaron que, si la brecha converge en niveles elevados, el margen para intervenir comprando divisas dentro de las bandas cambiarias se reduce de manera significativa. Eso condiciona de manera directa la capacidad de fortalecer el balance del Banco Central.
Ambas sociedad de bolsa coincidieron en que el futuro del dólar dependerá en gran medida del nivel en el que finalmente cierre la brecha. Una brecha más acotada y cercana al tipo de cambio oficial daría margen para un sendero más ordenado, mientras que una convergencia hacia el valor del CCL comprimirá la capacidad de intervención. En ese equilibrio se jugará gran parte del recorrido del dólar durante las próximas semanas y meses.