• 8/12/2025
ALERTA

El riesgo país vuelve a perforar los 600 puntos básicos: qué posibilidades se abren para la Argentina

Durante el mediodía, el indicador marcó 595 puntos básicos, lo que implica una baja de 19 unidades respecto del cierre anterior
19/11/2025 - 13:45hs
Riesgo país

El riesgo país vuelve a retroceder y se ubica por debajo de los 600 puntos básicos. Durante el mediodía, el indicador marcó 595 puntos básicos, lo que implica una baja de 19 unidades respecto del cierre anterior.

Si bien la semana pasada ya había logrado atravesar ese umbral, los valores actuales acercan a la Argentina a la posibilidad de recuperar el acceso a los mercados internacionales de deuda, un camino que las empresas y algunos gobernadores ya comenzaron a transitar. 

Por ejemplo, en la víspera, la Ciudad de Buenos Aires colocó una emisión por u$s600 millones. Esta mejora también aportó mayor tranquilidad al mercado cambiario, impulsada por una oferta más abundante de divisas.

El lunes pasado había terminado en 599 puntos básicos y, antes de ese registro, hay que retroceder hasta principios de enero para encontrar un nivel similar.

Qué gana la Argentina con un riesgo país más bajo

El Riesgo País es un indicador económico crucial que mide la probabilidad de que un Estado no cumpla con sus obligaciones de deuda externa, dicho de otra manera, que caiga en default. Es un reflejo de la confianza que tienen los inversores internacionales en la capacidad y voluntad de pago de una nación.

El indicador más utilizado a nivel global es el EMBI+ (Emerging Markets Bond Index Plus), elaborado por el banco de inversión J.P. Morgan.

Se calcula como el diferencial (o spread) de rendimiento entre los bonos soberanos de un país emergente (como Argentina) y los bonos del Tesoro de Estados Unidos de vencimientos similares. La comparación con estos últimos se debe a que se consideran el activo más seguro del mundo, con un riesgo de default prácticamente nulo.

Se expresa en puntos básicos (pb) en vez de porcentaje y un 1% equivale a 100 pb. Obviamente, cuanto más alto es el valor, mayor es el riesgo percibido y más costoso resulta el financiamiento para el país, sus provincias y sus empresas. A manera de ejemplo, si un bono argentino a 10 años rinde un 10% y el bono del Tesoro de EE. UU. a 10 años rinde un 4%, el Riesgo País es de 600 pb.

Estos 600 pb representan la prima de riesgo que los inversores exigen a Argentina por encima de lo que obtendrían al invertir en un activo seguro.

Los beneficios de un riesgo país bajo y sostenido en el tiempo, para la economía en general, las empresas y los ahorristas, serían notables:

  • Crédito más barato: una caída del riesgo país reduce la tasa que pagan el Estado, las provincias y las empresas al endeudarse en el exterior. Menos riesgo = menos interés.
  • Reactivación de inversiones: al bajar el costo de financiamiento, las compañías pueden financiar proyectos productivos o de infraestructura que antes eran inviables.
  • Mayor ingreso de capitales: un país percibido como menos riesgoso atrae fondos internacionales, lo que fortalece el peso, mejora reservas y da estabilidad al mercado financiero.
  • Estabilidad cambiaria y menor presión inflacionaria: la llegada de dólares financieros ayuda a estabilizar el tipo de cambio, moderar expectativas y contener precios internos.
  • Mejores condiciones para ahorristas: con un riesgo país más bajo, los bonos argentinos suben de precio, los fondos de inversión locales mejoran rendimiento y se amplían las opciones de ahorro en pesos o dólares.
  • Más crédito y consumo: si el sistema financiero se beneficia de menores tasas externas, puede trasladar ese alivio a créditos locales más accesibles para familias y PyMEs.

Pero, para la reducción de esa tasa, la Argentina corre con una ventaja adicional: la baja de la tasa de interés de los Estados Unidos, ya que la Reserva Federal podría llevarla antes de fin de año a un valor de entre 3,5% y 4% anual. En este caso, la tasa a la que deberían endeudarse el Gobierno o las empresas en el exterior se ubicaría en el 9% anual, frente al 25% que tenía que pagar la Argentina antes de que llegara Milei al Gobierno.

Según los informes de los principales bancos de inversión que operan en Wall Street —entre los que se destacan J.P. Morgan, Morgan Stanley, Citi y Santander—, el riesgo país argentino podría bajar de los 500 puntos en caso de que el Gobierno logre aprobar el Presupuesto 2026 en las sesiones extraordinarias del Congreso, que se desarrollarán desde el 10 de diciembre, cuando asuman los nuevos diputados y senadores, hasta fin de año. Una gran parte de los operadores del mercado local y de Wall Street considera que esa será la primera prueba de fuego del oficialismo en su tercer año de Gobierno.

Lo cierto es que el humor de los inversores mostró un cambio a partir del triunfo electoral del oficialismo y la proyección de mayor gobernabilidad en el Congreso de la Nación, lo que abrió nuevas perspectivas para eventuales reformas económicas.

La intervención del Tesoro de Estados Unidos en el mercado cambiario local por unos 2.100 millones de dólares antes de los comicios legislativos y la confirmación de un swap por 20.000 millones de dólares con el Tesoro estadounidense también contribuyeron a reducir la inestabilidad y el nivel de riesgo país.

Comparación con el resto de América Latina

A pesar de la reciente caída, Argentina mantiene uno de los indicadores de riesgo más altos de la región, superando ampliamente el promedio general y a sus vecinos.

De hecho, el promedio de América Latina se sitúa generalmente entre 300 y 450 pb, por lo que Argentina excede largamente este promedio, lo que implica que el costo de capital (intereses) que debería afrontar el país si pudiera obtener financiamiento es considerablemente mayor que el de sus pares regionales más estables, no obstante que ha logrado alejarse de los niveles observados en países con desafíos de deuda muy marcados, como Ecuador o Bolivia.

Según la última información disponible, el ranking (medido en puntos básicos) para la región es el siguiente:

  • Venezuela: 17.086
  • Bolivia: 2.002
  • Ecuador: 1.098
  • Argentina: 622
  • El Salvador: 431
  • Honduras: 357
  • Colombia: 344
  • México: 315
  • Panamá: 280
  • Brasil: 220
  • Rep. Dominicana: 220
  • Costa Rica: 203
  • Guatemala: 195
  • Paraguay: 168
  • Perú: 158
  • Chile: 122
  • Uruguay: 91

En definitiva, del cuadro surge que en la actualidad Argentina está a mitad de camino entre los países con mayor riesgo y el promedio regional. Esto subraya que, aunque la percepción de riesgo haya mejorado recientemente, Argentina aún enfrenta un costo de endeudamiento sustancialmente mayor que el resto de la región para acceder a nuevo financiamiento en moneda extranjera.

Según el economista Ricardo Arriazu "la Argentina tiene los mejores números macroeconómicos de América Latina, pero sin embargo, la gente no cree porque siempre fuimos estafadores seriales y tienen miedo que volvamos a estafarlos".

Los bonos todavía tienen margen de subas

Desde Adcap explicaron que la economía argentina está dejando atrás un equilibrio "malo", marcado por la desconfianza, y se encamina hacia un equilibrio "bueno", con el dólar estabilizado y la posibilidad de volver gradualmente a los mercados. Según sus analistas, el resultado electoral fue el catalizador que permitió ese giro, y ahora los inversores vuelven a ver potencial de ganancias en los títulos soberanos.

Los especialistas de la sociedad de bolsa señalaron que el panorama actual abre espacio para una mejora adicional, siempre que se mantenga la disciplina fiscal y se avance en las reformas estructurales. En su visión, el riesgo país podría descender hacia los 400 puntos básicos, lo que implicaría una reducción sustancial en el costo de financiamiento y una suba significativa en las cotizaciones de los bonos.

Por su parte, desde GMA Capital apuntaron que la contundencia política del 41 % de apoyo electoral fue el motor del rally más fuerte de los últimos treinta años. Ese resultado generó un shock de gobernabilidad que redujo la percepción de riesgo y empujó los precios de los bonos a máximos no vistos desde 2020. En su análisis, si la administración mantiene el rumbo reformista, los precios actuales todavía estarían lejos de su techo.

Ambas consultoras coinciden en que el atractivo de los bonos no se agota en la especulación financiera. Detrás del salto de precios hay un cambio profundo en las expectativas: los inversores ya no descuentan colapso, sino un horizonte de estabilidad, aunque aún condicionado al cumplimiento de una hoja de ruta económica clara.

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