¿La jugada del año?: cuánto podrían ganar los bonos si el riesgo país toca un nivel clave
Los bonos soberanos argentinos atraviesan un momento inédito: tras años de derrumbe y desconfianza, se convirtieron en el activo más buscado del mercado local. El salto en sus precios coincidió con una fuerte baja del riesgo país, un indicador que refleja cuánto más le cuesta a la Argentina financiarse en comparación con Estados Unidos. En pocas semanas, esa brecha se comprimió con fuerza y abrió el interrogante sobre hasta dónde puede llegar la mejora.
El cambio no fue casual. La contundencia política de las últimas elecciones reconfiguró las expectativas y generó un clima financiero más optimista. Los operadores comenzaron a descontar un escenario de estabilidad, con un tipo de cambio controlado, reservas en recuperación y un Gobierno que avanza hacia una agenda de reformas estructurales. En ese marco, el mercado empezó a proyectar que los bonos todavía tienen recorrido alcista.
El fenómeno también tuvo un componente internacional: el respaldo financiero de Estados Unidos, que aportó 2.000 millones de dólares para sostener la moneda, actuó como un disparador de confianza. Esa asistencia, sumada al reacomodamiento político interno, permitió que la Argentina saliera del radar de los inversores más escépticos y volviera a las pantallas de los fondos globales.
Pero el rally de los bonos —y la caída del riesgo país— no son garantía de éxito duradero. Para los analistas, esta etapa representa una oportunidad que exige consistencia: si el Gobierno transforma la expectativa en resultados concretos, el mercado podría sostener el ciclo alcista; si no, el rebote corre riesgo de agotarse.
Qué dicen los analistas sobre los bonos
Desde Adcap explicaron que la economía argentina está dejando atrás un equilibrio "malo", marcado por la desconfianza, y se encamina hacia un equilibrio "bueno", con el dólar estabilizado y la posibilidad de volver gradualmente a los mercados. Según sus analistas, el resultado electoral fue el catalizador que permitió ese giro, y ahora los inversores vuelven a ver potencial de ganancias en los títulos soberanos.
Los especialistas de la sociedad de bolsa señalaron que el panorama actual abre espacio para una mejora adicional, siempre que se mantenga la disciplina fiscal y se avance en las reformas estructurales. En su visión, el riesgo país podría descender hacia los 400 puntos básicos, lo que implicaría una reducción sustancial en el costo de financiamiento y una suba significativa en las cotizaciones de los bonos.
Por su parte, desde GMA Capital apuntaron que la contundencia política del 41 % de apoyo electoral fue el motor del rally más fuerte de los últimos treinta años. Ese resultado generó un shock de gobernabilidad que redujo la percepción de riesgo y empujó los precios de los bonos a máximos no vistos desde 2020. En su análisis, si la administración mantiene el rumbo reformista, los precios actuales todavía estarían lejos de su techo.
Ambas consultoras coinciden en que el atractivo de los bonos no se agota en la especulación financiera. Detrás del salto de precios hay un cambio profundo en las expectativas: los inversores ya no descuentan colapso, sino un horizonte de estabilidad, aunque aún condicionado al cumplimiento de una hoja de ruta económica clara.
Riesgo país: el número que define la próxima etapa
El riesgo país se convirtió en el termómetro más sensible de la confianza. Mientras más alto, mayor es el costo que el país debe pagar para endeudarse; mientras más bajo, más barata se vuelve la financiación y más atractivos resultan los bonos. Hoy, tras el rally postelectoral, ese indicador muestra una tendencia descendente que podría profundizarse si las condiciones se mantienen.
Desde Adcap explicaron que el respaldo estadounidense no solo estabilizó la moneda, sino que también ancló expectativas. Ese colchón financiero —junto a una política fiscal más ordenada— es clave para que el riesgo país siga bajando. Si el Gobierno avanza en un programa monetario basado en el control de los agregados y logra acumular reservas, la prima de riesgo podría caer a niveles compatibles con la reinserción del país en los mercados internacionales.
Para GMA Capital, la clave está en la credibilidad. El mercado ya empezó a descontar que el Gobierno puede mantenerse competitivo hasta 2027, lo que amplía el horizonte de inversión. Esa mayor previsibilidad, sumada al impacto político del 41 %, genera un escenario en el que el riesgo país podría seguir reduciéndose sin intervención externa. Cada punto de compresión adicional, remarcan, implica una ganancia directa para los bonos.
Ambos equipos técnicos coinciden en un punto: si el riesgo país logra perforar el nivel de 400 puntos, se consolidaría una tendencia de normalización financiera inédita desde 2017. Ese umbral es la "zona mágica" que los inversores marcan como límite entre la esperanza y la realidad. Alcanzarlo implicaría, además, que el mercado comienza a considerar a la Argentina como un deudor confiable.
Los próximos pasos para consolidar el rally
Para Adcap, el desafío inmediato del Gobierno será sostener la estabilidad monetaria y avanzar en una normalización de los encajes bancarios, que hoy se integran casi por completo de forma diaria. Si se recalculan como promedios mensuales y se reducen en torno a diez puntos, el sistema podría liberar liquidez y promover tasas más bajas. Esa baja de tasas, a su vez, mejoraría el crédito y respaldaría el precio de los bonos en pesos.
La sociedad de bolsa advierte, sin embargo, que esta transición debe hacerse con cuidado. Una parte importante de los encajes está invertida en letras del Tesoro, por lo que una reducción abrupta podría tensionar la deuda interna. La coordinación entre el Banco Central y el Ministerio de Economía será determinante para evitar desequilibrios y mantener el sendero de desinflación.
Desde GMA Capital, en tanto, remarcaron que hacia fin de año el Ejecutivo podría eliminar las bandas cambiarias y los controles de capital para las empresas, en el marco de un nuevo régimen basado en agregados monetarios. Si esa estrategia resulta exitosa, el Banco Central podría recomponer reservas durante la cosecha gruesa y sostener la baja del riesgo país, con un efecto directo en los precios de los bonos.
Ambas visiones apuntan en la misma dirección: la continuidad política y la coherencia económica son el combustible que puede transformar el rebote en un ciclo sostenido. Los mercados ya dieron su voto de confianza; ahora esperan hechos que lo respalden.
Qué puede salir mal
Los analistas de Adcap advierten tres riesgos que podrían revertir la mejora. El primero, una relajación prematura de la política monetaria, que desanclaría expectativas y pondría en duda la credibilidad del Banco Central. El segundo, una recuperación económica débil, que frenaría la inversión y afectaría la percepción de sostenibilidad fiscal. El tercero, un frente político que complique la aprobación de reformas clave.
Desde GMA Capital agregan que la experiencia argentina obliga a ser cautos: las mismas fuerzas que impulsan un rally pueden frenarlo de golpe. Si el mercado percibe señales contradictorias o dudas sobre el rumbo, el riesgo país reacciona de inmediato y los bonos corrigen. En ese sentido, la estabilidad de precios actuales depende tanto de la macroeconomía como de la política.
Los analistas resaltan que el escenario internacional también juega un papel. Un repunte de las tasas globales o una caída en los precios de las materias primas podría recortar el apetito por riesgo emergente, afectando el rendimiento local. Sin embargo, el consenso actual es que el principal riesgo sigue siendo doméstico.
En síntesis, los bonos están mostrando un potencial de recuperación, pero su éxito final depende de que la política económica no se desvíe. Un paso en falso puede hacer retroceder meses de avance.
Conclusión: una oportunidad con fecha de vencimiento
El rally de bonos y la baja del riesgo país reflejan el regreso del apetito por los activos argentinos, pero también la fragilidad del equilibrio alcanzado. Para Adcap, el Gobierno tiene la oportunidad de consolidar un ciclo de crecimiento si mantiene la coherencia fiscal y la disciplina monetaria. Para GMA Capital, el mercado ya está apostando a ese escenario: ahora, el desafío es validarlo con resultados.
Si el riesgo país logra perforar la barrera de los 400 puntos, los bonos podrían ganar entre un 20 % y un 40 % adicional, según los cálculos que manejan los traders. Pero ese escenario no se compra con entusiasmo, sino con credibilidad.
La jugada del año podría estar en curso. La pregunta es si el país aprovechará esta oportunidad o si volverá a dejarla pasar, como tantas otras veces. Los precios ya enviaron una señal; ahora le toca al Gobierno demostrar que puede sostenerla.