Por qué el sistema financiero argentino comenzó a ganar menos dinero
El Presidente Javier Milei sostiene a rajatabla una consigna que lanzó en la campaña electoral: "que los bancos trabajen de bancos".
Traducido a los hechos, significa que su negocio sea captar depósitos y dar préstamos al sector privado, en lugar de tener como principal cliente al Estado mediante la compra de bonos del Tesoro y del Banco Central.
El sistema financiero argentino comenzó a ganar menos dinero
El sistema financiero argentino, es el único de la región que entre junio de 2024 y el mismo mes de 2025 vio caer su rentabilidad en relación con el año anterior, según un informe de la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban). En efecto, la utilidad neta de los bancos argentinos cayó de 3.301 a 1.409 millones de dólares en el período analizado, que no incluye el tercer trimestre, donde se agudizaron los factores negativos.
El informe señala que durante el mandato de Milei se duplicó el crédito, que medido contra el PBI roza el 12%. También muestra la escasa profundidad de los préstamos en la Argentina, el país con peor indicador crédito/PBI de la región, cuyo promedio es del 50%.
En tanto, las casas matrices de Santander y BBVA, los dos principales bancos extranjeros que operan en la Argentina, advirtieron que pusieron un freno al otorgamiento de crédito en el país y que serán cautelosos al extremo con el mercado argentino. Las causas de la decisión, en ambos casos, fueron las altas tasas, la volatilidad del dólar y la incertidumbre política. "Con tasas de interés reales en estos niveles, es realmente imposible ganar dinero", señaló a Infobae, Héctor Grisi, consejero delegado de Santander.
¿Por dónde se evaporó la rentabilidad? "En los últimos meses, los bancos perdieron más por la mesa de operaciones que por la mora en el crédito", señaló Diego Pizzulli, CEO de IOL Inversiones.
"Los bancos en el pasado ganaron bastante plata, en general todos. Si uno mira los ROE de los bancos, es menos de la mitad de lo que eran en la época que le prestaban al Estado. Pasaron de 30 o 35% a menos del 10%", agregó.
"El Gobierno dejó las tasas reales por las nubes para desalentar cualquier clase de corrida, y en el fondo sirvió", explicó Pizzulli, al considerar que el Gobierno antepuso bajar la inflación a cualquier otro objetivo.
En el tercer trimestre, se sumó la morosidad, indicó Pizzulli: "Todas las tasas subieron y eso golpeó la mora. La gente no te paga porque fue perdiendo su trabajo".
Según Juan Pablo Grisolía, socio líder de Servicios Financieros de EY Argentina, la caída de la rentabilidad de los bancos se vinculó al impacto de "las medidas más restrictivas que aplicó el regulador para contener la inflación y las tensiones cambiarias, en un escenario de creciente incertidumbre previa a las elecciones".
Los cambios en los encajes hicieron subir las tasas, con dos consecuencias: frenar "de manera abrupta" el crédito y encarecer el costo del fondeo. Esto afectó también los niveles de mora, "afectando el corazón del negocio financiero". La tensión pre-electoral también hizo caer el precio de los títulos públicos, lo que contribuyó a los números negativos.
"La exposición de cada banco a estos instrumentos explicó otra parte de la caída en los resultados de las entidades", agregó Grisolía, sin dejar de destacar que el sistema sigue siendo "robusto, solvente y líquido".
En tanto, el consultor y ex director del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Pablo Curat, estimó que los bancos acumularon una pérdida superior al 25% sobre el patrimonio neto (ROE) entre julio y octubre, lo cual "neutralizó las ganancias" anteriores.
Curat identificó el inicio de "una tormenta perfecta" a partir de julio cuando se implementó el desarme de Leliq y se profundizó la volatilidad del dólar.
En ese marco, precisó a Infobae las dificultades para los bancos:
- el aumento de los encajes con exigencia diaria,
- suba de las tasas pasivas por encima de las activas,
- la caída abrupta en la demanda de crédito,
- el incremento de la morosidad en préstamos de consumo, y
- la suba de las provisiones por incobrabilidad.
Curat destacó también la caída de los títulos públicos en pesos y la "mayor inflación desde el piso de mayo, que repercutió en el gasto salarial y en el resultado monetario.
Además de la coyuntura macroeconómica, se sumó un factor de mercado, "la mayor difusión de cuentas sueldo remuneradas (Banco Nación, Supervielle, Ualá) para competir con las billeteras virtuales".
Pablo Curat planteó también que las expectativas actuales del sector apuntan a "cerrar 2025 con rentabilidad anual nula en el mejor de los casos y a esperar que el nuevo marco de liquidez, con tasas más bajas y moderación del riesgo país, cree condiciones para una eventual recuperación del crédito y la rentabilidad en 2026″.
La suba de las tasas de interés pega de la peor manera en cuanto a la calidad de la cartera crediticia. Cuando el costo de dinero se va hacia arriba "los buenos pagadores se apuran a cancelar sus deudas y permanecen en el sistema los deudores de menor calidad", agrega Curat.
En tanto, el analista Guillermo Barbero, de First Capital, consideró la irregularidad en los préstamos uno de los núcleos del deterioro en el desempeño de los bancos.
"Por un lado, el aumento en la morosidad impidió el devengamiento de intereses en muchos préstamos. Por otro, el empeoramiento de la calidad crediticia obligó a las entidades a incrementar la previsión por incobrabilidad, lo que impactó en el resultado negativo de sus balances", señaló al medio online.