Tras la vuelta a los mercados de deuda, el FMI encendió la alarma y el dólar mira el techo
El dólar oficial opera este viernes 5 de diciembre a $1470, en la pizarra del Banco Nación. En el segmento mayorista, la divisa se negocia a $1444. En cuanto a los dólares financieros, el contado con liquidación se vende $1511 (+0,1%), y el MEP se ubica a $1468 (-0,1%). Por último, en el segmento informal, el blue se negocia, a $1430.
La tensión volvió a instalarse en el mercado cambiario argentino luego de una serie de señales que, combinadas, reavivaron dudas sobre la fortaleza del Banco Central y el margen real para sostener la actual estrategia cambiaria. En medio de un programa económico que exhibe avances en materia fiscal e inflacionaria, emergió el tema que desde hace meses funciona como el verdadero talón de Aquiles del esquema: la falta de reservas internacionales.
La preocupación no surge solo de los datos duros del Banco Central, sino también de los diagnósticos de organismos internacionales y actores financieros globales que siguen de cerca cada movimiento del país. Durante los últimos días, el Fondo Monetario Internacional lanzó una advertencia explícita sobre la necesidad de acelerar la acumulación de divisas; bancos internacionales señalaron que la posición neta del Central es incluso peor que a finales de 2023; y consultoras locales detectaron un deterioro sostenido en las reservas netas y movimientos inusuales en el mercado de futuros.
Este cúmulo de información puso nuevamente al dólar en el centro de la escena. El mercado comenzó a preguntarse si el BCRA cuenta con las herramientas suficientes para mantener la estabilidad cambiaria, en especial frente al exigente calendario de vencimientos que llega entre 2025 y 2026. La discusión ya no es solo cuánto vale el dólar hoy, sino cuánto debería valer en un escenario donde el colchón de reservas luce más delgado y la demanda de cobertura podría reactivarse en cualquier momento.
El FMI marca la vulnerabilidad: faltan dólares y las metas no se cumplirán
El primer llamado de atención lo dio el propio Fondo Monetario Internacional durante su última conferencia de prensa. Allí, la portavoz Julie Kozack elogió la reducción de la inflación y la mejora en indicadores sociales, pero encendió una luz roja sobre el frente externo.
Kozack afirmó que Argentina debe transitar "un camino más ambicioso de acumulación de reservas" para fortalecer su estabilidad y recuperar acceso a los mercados financieros. La frase no fue casual: dentro del organismo ya se asumió que el país no alcanzará la meta de reservas establecida para fin de año, aun después de que esa exigencia fuera reducida en USD 5.000 millones durante la primera revisión del programa.
El FMI considera que, sin un colchón de divisas suficiente, la economía queda expuesta a shocks externos, tensiones políticas o movimientos bruscos en el tipo de cambio. Por eso, aunque el organismo valora los avances logrados en materia fiscal y monetaria, advierte que el éxito del programa depende de recomponer rápidamente la capacidad del Banco Central para intervenir cuando sea necesario.
La propia Kozack evitó confirmarlo, pero todo indica que se concederá otro waiver por el incumplimiento de la meta de reservas. De hecho, en Washington ya se da por hecho que el board otorgará un nuevo perdón, respaldado por la Casa Blanca y la Secretaría del Tesoro estadounidense.
El enigma del swap con Estados Unidos y su impacto en las reservas
Más allá del incumplimiento, hay un factor decisivo que podría modificar el panorama: el swap de USD 20.000 millones acordado con Estados Unidos. Parte de ese monto —casi USD 800 millones— ya fue utilizado para pagar vencimientos con el propio Fondo.
Lo que aún no está claro es si ese swap podrá ser contabilizado como parte de las reservas internacionales. Consultada sobre el tema, Kozack explicó que el FMI aplicará su marco técnico habitual para analizar instrumentos de este tipo, pero evitó precisar si el swap será finalmente reconocido en los números.
Sin esa aprobación, la Argentina enfrentará las metas futuras con menos reservas "contables" de las necesarias, lo que dificultaría sostener el programa cambiario sin ajustes. Además, la Secretaría del Tesoro todavía no divulgó los detalles técnicos del acuerdo, lo que complica su evaluación formal por parte del Fondo.
En el mercado especulan que, incluso si el swap se reconoce parcialmente, el alivio sería transitorio, ya que el país necesita dólares genuinos para sostener la estabilidad. Y por ahora, esos dólares no llegan al ritmo esperado.
Barclays complica el cuadro: reservas netas peores que en 2023
A la advertencia del FMI se sumó un análisis del banco de inversión Barclays, que fue categórico: las reservas netas actuales están más bajas que en diciembre de 2023.
Según sus cálculos, en el inicio del Gobierno las reservas netas rondaban los –USD 11.000 millones, mientras que hoy se ubican cerca de –USD 16.000 millones, incluso después de las compras de divisas que anunció el Banco Central.
Barclays detalla que las reservas líquidas rondan los USD 28.000 millones, pero dentro de ese total hay USD 16.000 millones en depósitos bancarios, que no son plenamente utilizables. Ajustando por riesgo, la liquidez real apenas llega a USD 23.000 millones.
El dato más preocupante: los vencimientos de deuda entre 2026 y 2027 superan los USD 33.000 millones entre pagos al FMI y acreedores privados. Aun utilizando todas las reservas líquidas, el país no podría cubrir esos compromisos, lo que incrementa el riesgo financiero y alimenta la incertidumbre cambiaria.
Reservas netas en mínimos y movimientos en futuros
Mientras tanto, la consultora local Portfolio Personal Inversiones (PPI) aportó datos actualizados que muestran un deterioro todavía más profundo. Según sus estimaciones, las reservas internacionales netas (RIN) cayeron a –USD 2.716 millones tras el pago de la Serie 3 del BOPREAL por más de USD 1.000 millones.
Además, la acumulación de reservas desde fines de 2024 se ubica en –USD 12.675 millones, o –USD 15.175 millones si se descuenta el swap con Estados Unidos. Ambas cifras están muy lejos de la meta de –USD 1.000 millones establecida por el FMI para este período.
PPI también advirtió que los depósitos del Tesoro en dólares dentro del Banco Central cayeron a apenas USD 108 millones, un nivel extremadamente bajo que limita la capacidad operativa del Gobierno para enfrentar pagos inmediatos.
Otro dato clave: PPI detectó movimientos que sugieren que el BCRA habría intervenido nuevamente en el mercado de futuros, algo que no se veía con tanta claridad desde hace tiempo. El retroceso de contratos, el salto del interés abierto y la caída abrupta del volumen operado refuerzan esa hipótesis.
¿Qué puede pasar con el dólar si no se recompone el stock de reservas?
La pregunta que domina ahora las mesas de dinero es simple: ¿qué tan sostenible es la calma cambiaria sin más reservas? Hasta ahora, el tipo de cambio se mantuvo estable gracias a la combinación de bandas cambiarias, control de importaciones, mayor demanda de pesos y compras del BCRA. Pero sin una mejora sustancial en las reservas, esa estabilidad pierde anclaje.
El FMI ya advirtió que fortalecer el stock de divisas es imprescindible para sostener el programa. Barclays señaló que las reservas netas están en peores niveles que hace un año. Y PPI mostró evidencia de que el drenaje continúa.
Si el país no logra recomponer dólares, crece el riesgo de que el mercado adelante expectativas y presione los contratos de futuros, los dólares financieros e incluso el tipo de cambio oficial.
No se trata de anticipar un salto inminente, sino de reconocer que la fragilidad externa aumenta la sensibilidad del dólar frente a cualquier shock político, comercial o financiero.